Cómo es la rutina online del niño argentino que está entre los mejores ajedrecistas del mundo: “Extraño jugar al fútbol”

Ilan Schnaider, N°1 en ajedrez entre los menores de 9 años a nivel mundial, tiene a Internet como aliada para batir la cuarentena. Estudia y juega todo el día frente a la pantalla. Netflix, solo los viernes.

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(Julieta Ferrario)
(Julieta Ferrario)

Ilan Schnaider que tiene 9 años -los cumplió el pasado 8 de febrero- acaso, aún no comprenda los alcances y las consecuencias de la pandemia del COVID-19 que alteró las rutinas hogareñas de todo el planeta; a su edad, este prodigio del ajedrez que se ubica N°1 del mundo en la categoría Sub 9, disfruta del hábito de llevar una vida online sin que, la imposición del aislamiento preventivo social y obligatorio, le altere su dedicación y costumbre al colegio y el juego.

“Lo que está pasando con el coronavirus me parece terrible; que muera tanta gente. A veces lo charlo con mis compañeros de 4° grado del colegio (Martín Buber) a través del chat, y a todos nos molesta no poder salir. A mí, particularmente, lo que menos me gusta es que no pueda jugar mis torneos”, dijo Schnaider, tricampeón argentino de ajedrez Sub 8 y ganador del campeonato sudamericano de esa categoría, en diciembre último.

-Y ahora que no podes salir de casa. ¿Cuántas horas estás junto a la compu?

-Y… la verdad (risas), sólo la dejo descansar cuando almuerzo y ceno.

Sobre la calle Nicaragua en el barrio de Palermo se ubica el hogar de los Schnaider, que se completa con papá Ram, mamá Carolina y la más pequeña de la familia, la mimada Dana, de 7, es otro de los tantos casos que frente a los tiempos actuales de necesidad económica aprendieron a reinventarse. Transformaron su empresa distribuidora de bebidas en una fábrica de tapabocas.

“No nos quedaba otra cosa por hacer”, cuenta Ram, que hace sólo cinco años le enseño a Ilan los primeros movimientos del ajedrez. Y agrega: “La necesidad me llevó a adaptarme a este nuevo trabajo de confección de barbijos y por suerte tenemos muchos pedidos por atender”.

Ilan con su papá Ram, mamá Carolina y la más pequeña de la familia, su hermana Dana en la plaza del barrio, el lugar que añora por el encierro de la cuarentena. La foto es de 2019.
Ilan con su papá Ram, mamá Carolina y la más pequeña de la familia, su hermana Dana en la plaza del barrio, el lugar que añora por el encierro de la cuarentena. La foto es de 2019.

-¿Y los chicos qué dicen?

-Ellos siempre están bajo el cuidado de Carolina y el mío. Es cierto que Ilan pasa muchas horas frente a la computadora, pero el mayor tiempo es por el estudio.

“Desde que se implantó la cuarentena hasta el día de hoy las cosas fueron cambiando. Lo nuevo siempre tarda en engranarse”, acota Carolina, y completa: “La primera semana fue un poco difícil pero después el colegio fue agilizando los horarios de cada materia y así fue más fácil fijar los momentos para desayunar, almorzar y cenar todos juntos. Tanto Dana como Ilan toman clases por Zoom y hacen después la tarea. Yo noto que le dan mucho para hacer, desde las 9 de la mañana en adelante tiene a veces hasta cuatro clases online, que incluye todas las materias además de inglés, hebreo e informática. Recién cuando termina con todo él se sienta a jugar ajedrez por Internet o a tomar clases por el chat con sus profesores".

-Te preocupa que Ilan esté muchas horas junto a la pantalla

-Me parece bueno que pueda ver y conversar con sus amigos. Sabe cómo conectarse y conoce sus horarios. Ahora está más ocupado porque desde abril comenzó con los nuevos contenidos en la escuela, marzo fue un mes de repaso. Igual sé que él a veces busca distraerse de otra manera, el otro día estaba jugando al ajedrez con un tablero en el piso y daba la vuelta y jugaba con el mismo de un lado y del otro.

-¿Le gusta leer?

-Sí, antes leía más, pero ahora no puede, nos quedaron los libros en la escuela, incluso los de matemáticas, inglés y lengua y no podemos ir a buscarlos. Es una pena.

Hace un año Ilan Schnaider había logrado por primera vez la hazaña de un ajedrecista argentino de alcanzar el primer lugar del mundo en una categoría. Lo logró con 8 años y el boom mediático atravesó a toda la familia. Pero sin tiempo de reponerse, mientras el pequeño portento continuaba cosechando logros: campeón Panamericano en Ecuador, 8° en el Mundial de China, un empate frente a un gran maestro (Federico Pérez Ponsa) en una rueda de la Liga Nacional, representando al Círculo Torre Blanca, y sumar el 50% de los puntos en la semifinal del Argentino de mayores en marzo último, su Elo (sistema de puntaje para el ranking de los jugadores de ajedrez) pasó de 1825 puntos a 2060, lo que lo ubicó nuevamente como el mejor del mundo, ahora en menores hasta 9 años. Lo siguen, un niño turco Yagiz Erdogmus (Elo 1955), el alemán, Hussain Besou (Elo 1875) y el iraní, Barad Yeganegi (Elo 1863).

“Sí, este es el Elo más alto que alcancé; por ahora estoy conforme. ¿Si lo puedo alcanzar a Alan Pichot, el mejor de argentina con 2631 puntos?, no sé; ojalá pueda hacerlo pero no tengo idea de cuánto tiempo me va a llevar”, dice sonriente, Ilan que además le gusta el fútbol y es hincha de Boca.

-Contanos cómo es tu día ¿cuántas horas estudias y jugás por Internet?

-Bueno… yo me levanto solo, pongo mi despertador tipo 7.30 y si no tengo sueño me siento en la compu a jugar ajedrez por Internet...

Ilan a los siete años, en el Festival Internacional de Ajedrez. Desde esa edad se mantiene en el podio de la categoría que le toca ocupar.
Ilan a los siete años, en el Festival Internacional de Ajedrez. Desde esa edad se mantiene en el podio de la categoría que le toca ocupar.

-¿A esa hora, ya hay gente levantada jugando?

-Y sí, acá no tantos, pero en Rusia o China para ellos ya es de tarde o noche y aprovecho y juego con ellos. Pero es sólo un rato; por lo general juego partidas a 3 minutos o a 10; se definen rápido. Si no tengo ganas de jugar, prefiero estudiar o hacer ejercicios de táctica que están en la página de Lychess.

-¿Y después?

A las 8 tenemos que desayunar. Así que ahí tomó la leche o a veces cereales. Después a eso de las 9 ya tengo que empezar con el colegio. Hay días que tengo una materia a las 9, otra a las 11, después a las 13, y así se me pasa el tiempo volando. Y cerca de las 17 o 18 empiezo a jugar ajedrez, y según el día a veces, más tarde tengo clases online con mis profesores.

-No tenés tiempo para el aburrimiento

-Solo un poco. Extraño jugar al fútbol, ir a la plaza o andar en bicicleta. Pero juego a otras cosas por Internet.

-¿Te gusta el Fornite?

-No lo jugué mucho; todavía no lo aprendí. Prefiero el Monopoly, Black Star, Minecraft o Clash Royale. Pero también con mi hermana jugamos mucho, y nos gusta el Lego. A mí me encanta armar naves espaciales.

-Parece que tenés buena memoria para los juegos y también para el ajedrez. ¿Vos podés recordar muchas jugadas?

-(risas) Qué sé yo… no las cuento, pero si mi rival juega las líneas de una apertura que conozco puede recordar más o menos hasta 20 jugadas.

Ilan en China, donde el año pasado viajó para participar de un torneo, acompañado esa vez, por su padre. (Foto: gentileza familia Schnaider)
Ilan en China, donde el año pasado viajó para participar de un torneo, acompañado esa vez, por su padre. (Foto: gentileza familia Schnaider)

-Ahora con la cuarentena no podés salir de tu casa. ¿Vas a jugar algún torneo por Internet?

-Sí, este fin de semana, el sábado jugaré la Copa AFA representando a Ferro y el domingo, el abierto 115° aniversario que organiza Boca Juniors.

-Pero por Internet no podés ver a tu rival. ¿No tenés miedo a las trampas y que tengan un programa de ajedrez al lado de la computadora?

-Esas cosas pasan, y yo las denuncio. Me pasó un par de veces que después que perdí analicé la partida y mi rival había hecho las mismas jugadas que indicaban las máquinas. Eso está muy mal.

-Por lo que contás, a la mañana y a la tarde estudias y jugás con la computadora. ¿Y cuando llega la noche?

-Depende del día. Generalmente juego un poco después de cenar, lo mejor es cuando mamá hace milanesas. No me dejan quedarme hasta tarde, pero si es viernes y como al otro día no hay colegio puedo ver Netflix

-¿Te gustan las series?

No, las series no tanto. No me gusta esperar y esperar para saber que pasó. Prefiero las películas; me gusta que tenga un principio y un final. Y si es de misterio, mejor.

Frente a la crisis, las personas suelen desarrollar sus capacidades y sentidos. Acaso, por ello, Francois René de Chateaubriand, fundador del romanticismo en la literatura francesa, aseguraba que son esos momentos (crisis) los que hacen que la vida del hombre se vuelva más intensa. El pequeño Ilan Schnaider es apenas un niño de 9 años que frente a una pantalla disfruta intensamente de cada día; no sólo practicando ajedrez, sino también desarrollando su intuición y memoria, mejorando su decisiones, concentración y talento. Él juega a aprender, o aprende jugando. Vive en un mundo interconectado; lleva una vida online

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