La conexión se produjo vía Facebook. Sebastián y Martín, dos fanáticos de River, decidieron buscarlo a través de esa red social luego de encariñarse con él y con sus vivencias de hincha fiel y sufrido en "Del Sunderland hasta la muerte”, la serie que puede verse por Netflix y que es furor en Argentina y en el mundo por las desventuras del club inglés que entre 2017 y 2018 descendió dos categorías en dos años, de la Premier League a la League One, el equivalente a la Primera B Metropolitana. Los hinchas de River dieron primero con el hijo mayor del taxista, de 39 años y el mismo nombre que el padre. Ese fue el puente. Y desde hace un mes mantienen con los dos Peter una amistad virtual que alimentan todos los días con diálogos sobre Sunderland y River vía WhatsApp y videollamadas.
“River Plate es mi equipo favorito en Argentina gracias a Sebastián y a Martín, que son dos buenos muchachos. Disfruté mucho viendo varias veces el documental ‘River, el más grande siempre’. La multitud que lo alienta es fantástica”, afirma Peter, el taxista de 64 años que aparece en todos los capítulos de la serie del equipo inglés, que ya lleva dos temporadas (por ahora no hay certezas sobre si habrá una tercera).
En las últimas dos semanas vio en la casa que comparte con Marie, su mujer (65 años, jubilada), varios partidos del River de Marcelo Gallardo, como la final de la Copa Libertadores 2018 ante Boca, en el Santiago Bernabéu, y la de la Supercopa Argentina de ese mismo año en Mendoza, también ante el clásico rival del equipo de Núñez. “Disfruté mucho con la película de River, especialmente cuando fue de atrás para vencer a Boca en Madrid”, comenta sobre el 3 a 1 que le dio al equipo del Muñeco la victoria más celebrada de la historia del club.
Sebastián y Martín, los amigos argentinos de Peter, esperan ansiosos el fin de la cuarentena por el nuevo coronavirus, entre otras cosas para enviarle a Inglaterra la camiseta de River y otros productos del equipo de la banda roja. El taxista tiene la esperanza de venir a la Argentina a ver in situ al conjunto de Gallardo. “Quiero conocer el Monumental. Me encantaría ir a la cancha de River con mi hijo Peter. Tengo que ahorrar porque es algo que cuesta mucho dinero”, se entusiasma mientras posa para una foto que le saca su mujer.
Mark, su otro hijo, tiene 33 años e iba a ver siempre al Sunderland hasta que se mudó a Liverpool, a 196 kilómetros de la casa de sus padres, donde se casó y vive con su mujer y su hijo Joseph, de apenas dieciocho meses. Una curiosidad: Mark nació un 25 de mayo (de 1986), en coincidencia con el día y el mes de la fundación de River, en 1901. A Peter le gustaría que su nieto Joseph sea hincha de Sunderland, pero por ahora está en un amable tironeo con los abuelos maternos del bebé, que lo quieren hacer del Liverpool. “Ya habrá tiempo para que él decida a qué equipo apoya”, dice Peter entre risas. Para septiembre espera a su segunda nieto, ya que Lisa, la mujer de Peter, está embarazada (aún no saben el sexo del bebé). El hijo de Peter va a todos los partidos del Sunderland de local, pero con sus amigos y a una tribuna distinta a la de su padre, y también lo sigue de visitante cuando su trabajo de ingeniero se lo permite.
A bordo de su taxi, Peter es un trabajador que tiene que lucharla día a día en Sunderland, una ciudad industrial con una población de 284.000 habitantes y ubicada a 386 kilómetros de Londres. Sunderland –cuenta la serie y ratifica Peter- late al compás del andar del equipo que hoy se ubica en una posición expectante en la tabla de la League One, a tres puntos de uno de los dos ascensos directos al Championship. Coventry City, que tiene 67 puntos con un partido menos, y Rotherham United, con 62 unidades, están consiguiendo los dos ascensos directos cuando quedan once fechas para el final. Oxford United (60), Portsmouth (60), Fleetwood Town (60) y Peterborough United (59) se están clasificando a la liguilla por el tercer y último ascenso. Y Sunderland también reúne 59 puntos, al igual que Wycombe Wanderers, pero se está quedando afuera de la liguilla por diferencia de gol. “Esperemos que esta vez se nos pueda dar el ascenso. Dependerá de lo rápido que los jugadores se vuelvan a poner en forma después de la pandemia. Tuvimos un jugador clave, el defensor australiano Baily Wright, que se lesionó antes de que los juegos se pospusieran. Esperemos que él esté apto para el reinicio del campeonato”, se ilusiona. Al hablar del futuro del equipo, Peter lo hace con cautela, tal vez condicionado por las desventuras de los últimos años: dos descensos seguidos de categoría y luego una derrota 2 a 1 tras ir ganando 1 a 0 en la final de la liguilla, ante Charlton Athletic, que los privó de conseguir el ascenso a la segunda categoría en mayo de 2019.
La entrevista con Infobae se realiza por correo electrónico en uno de los momentos de descanso que se toma Peter, quien sigue trabajando en su taxi al ser considerada una “tarea esencial” en Sunderland en medio de la cuarentena por la pandemia de COVID-19. “La epidemia es muy preocupante. Yo trabajo ya que estoy clasificado como un trabajador esencial llevando enfermeras a los hospitales y también a cuidadores de gente mayor. Cuando no trabajo, estoy en cuarentena”, señala este hombre que dice haber ido a ver a Sunderland por primera vez “a los ocho años, cuando el equipo jugaba en Roker Park”, el anterior estadio del conjunto con camiseta a rayas verticales rojas y blancas, similar a la de Estudiantes de La Plata o Unión de Santa Fe.
El escenario actual del equipo inglés se llama “Stadium of Light (Estadio de Luz)”, inaugurado en 1997, con capacidad para 49.000 personas y uno de los más lindos del fútbol inglés. Para Peter, es su casa alternativa. “Sunderland es mi segundo amor después de mi familia. Desde 1978, solamente me perdí cinco juegos en casa”, remarca. Fanático de su equipo y desde hace un mes también simpatizante de River, confiesa que extraña ir a ver a Sunderland. “Es muy lindo el ritual de hacer la previa en el pub con los mismos amigos con los que hemos estado yendo juntos a la cancha durante 40 años”, expresa y de paso rememora esos encuentros que anteceden a los partidos a pura charla y cerveza tirada, un clásico de los hinchas ingleses.
Desde julio de 2018, el accionista mayoritario del Sunderland es Juan Sartori, un empresario uruguayo que tiene 39 años y que desde el último mes de febrero ejerce como senador en su país por el Partido Nacional. Más de una vez expresó su sueño de ser presidente de Uruguay (la prensa de su país afirma que ya piensa en su precandidatura para las elecciones presidenciales de 2024) y uno de los primeros cambios que le hizo a su oficina del Parlamento uruguayo es poner un televisor para ver los partidos del equipo inglés.
Peter dice estar sorprendido por la repercusión que tuvo en Sunderland su participación en la serie. “La gente me reconoce en los pubs, en la calle y en las tiendas. Es extraño, ya que no soy actor. Siempre están felices de hablar conmigo”, confiesa y parece sentirse complacido por ello.
A la distancia, se muestra tan amable como se lo puede ver en la serie, en la que a menudo aparece con una sonrisa pese a las duras caídas a las que lo acostumbró su equipo en el último tiempo. “Somos uno de los clubes más tradicionales del fútbol inglés y el más importante del noreste de Inglaterra”, saca pecho.
Memorioso, Farrer recuerda con el orgullo de quien fue testigo directo que vio en acción a los ocho futbolistas argentinos que hasta hoy vistieron la camiseta del Sunderland: Claudio Marangoni, Julio Arca, Nicolás Medina, Oscar Ustari, Marcos Angeleri, Ricardo Alvarez, Santiago Vergini e Ignacio Scocco. “El que más me gustó de todos fue Arca, que era brillante en el lateral izquierdo. Marangoni, que fue el primer argentino que jugó para nosotros entre 1979 y 1980, tenía un montón de habilidad, pero era lento para el fútbol inglés. Y Scocco, que sé que hoy está en River Plate, no logró adaptarse al Sunderland. Pero siendo justo con Scocco, estaba jugando en un equipo pobre”, ofrece precisiones y de paso exculpa a Nacho por su olvidable paso por el club inglés, en el que jugó apenas ocho partidos y no anotó goles.
También regala elogios para el fútbol argentino (“es genial por el ambiente que le pone la gente”) y pondera a Lionel Messi, aunque con un reparo: “Es un gran jugador para el Barcelona, pero no parece que le vaya tan bien en la Selección”.
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