Cuando en una charla futbolera se menciona a Claudio Benetti inmediatamente la primera imagen que se viene a la cabeza es la del gol que le hizo a San Martín de Tucumán en la Bombonera que le dio a Boca el título de campeón en el Apertura 92. En ese partido subió a lo más alto del alambrado que separaba el campo de juego con la popular local y también escaló al éxito y fama. Al punto tal que fue invitado para almorzar al programa televisivo de Mirtha Legrand.
Su anécdota despertó las carcajadas de todos los panelistas del programa De Una Otro Buen Momento (La Red): “Me llamaron de la producción a la casa en la que vivíamos en Barracas a 8 cuadras de la cancha. Atendió mi vieja que en su vida había visto un teléfono inalámbrico. En Córdoba ni teléfono teníamos. Cuando me dice que llamaban de parte de Mirtha le respondí ‘mami, nosotros comemos con un cubierto y ella come con 5, ¿qué hago con los otros 4? Cortales que te están cargando’”.
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Pero ante la insistencia de la producción terminó aceptando la invitación y almorzó con dos políticos, Araceli González y Graciela Alfano. “Cuando vi los cubiertos en la mesa... Mirtha se portó re bien conmigo, me trató muy bien a pesar de ser de Racing. Cuando salí me regaló 500 dólares. Yo pagaba 5 australes la pensión de Boyacá y Neuquén y con las alhajas que tenía Mirtha se compraban tres departamentos”, agregó a la divertida historia.
El cordobés de 49 años que actualmente reside en Aldo Bonzi (Provincia de Buenos Aires) recordó su humilde pasado: “Cuando mi viejo se separó había que raspar la olla. Comíamos una sola vez por día o tomábamos mate cocido a full, eso no tenía precio. El pan duro iba adentro y se mezclaba. Si no hacíamos eso no lo cortábamos ni con una pala y un pico”.
Y también contó algunos detalles del plantel boquense de principios de los 90: “Fui un privilegiado por ser cobijado por grandes jugadores. El Maestro Tabárez me daba un libro y me hacía leer las primeras diez páginas. Al otro día tenía que volver y hacerle un resumen de lo que había entendido sin repetir palabras. Así me preparaba para el día que tuviera que dar una nota”.
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