A un mes de la cuarentena total en el país, los dos clubes más grandes del fútbol argentino acusan el impacto y tratan de encontrar ideas en el tránsito hacia el regreso a la actividad. En Boca aún no habían terminado la auditoría sobre el desempeño de la anterior comisión directiva cuando explotó la crisis global por la pandemia. Con la paralización del fútbol, la falta de ingresos por estos meses se sospecha que opacará de plano a la herencia recibida. En River, entusiasmados en sus éxitos deportivos de los últimos años, pensaban repuntar en lo económico, pero sobrevino la parálisis total. Todo cambió y solo coinciden en algo: tanto la Comisión Directiva del Xeneize como la del Millonario utilizan la aplicación Zoom para las reuniones virtuales donde discuten y proponen ideas para salir de la crisis que impuso el coronavirus.
El Monumental es hoy la imagen de la desolación. En la puerta principal de la avenida Figueroa Alcorta solo se ven dos empleados de seguridad privada a modo de custodia. El movimiento habitual, propio de una ciudad a escala pequeña, es parte de un recuerdo del que ya pasó más de un mes: las puertas del club están cerradas desde la nochecita del viernes 13 de marzo. Entre federados y recreativos, en River se practican 28 deportes. Y a su Instituto educativo concurren más de 1.300 personas por día entre el jardín, la escuela primaria, la secundaria y la Universidad. Sin embargo, por sus instalaciones ya no caminan más de 4.100 personas, tal el promedio diario que calculan en el club.
Una vez por semana ingresan al Monumental tres empleados que se encargan del mantenimiento del césped del estadio y poco más. Lo mismo ocurre con algún que otro empleado administrativo ante alguna urgencia. El parate en las actividades de manera presencial es evidente y se verá indefectiblemente reflejado en la situación económico-financiera de un club que en su último balance tuvo un pasivo de 3.998.735.404 de pesos. Por lo bajo, los dirigentes ya estiman una baja de entre el 40 y el 50% en los ingresos del club a causa de la crisis derivada del nuevo coronavirus.
En Boca se manifestó un tire y afloje desde el inicio, cuando se supo que la pelota dejaría de rodar. Con total franqueza, el presidente Jorge Amor Ameal blanqueó que la Comisión Directiva se iba a tomar el tiempo suficiente para resolver el pago de los haberes de marzo para el plantel profesional, cuerpo técnico y empleados. Desde un primer momento llevó tranquilidad a los rasos y declaró que irían de menor a mayor: abonar los sueldos completos a quienes menos ganan y ver cómo resolver la situación de los que mejor salario perciben.
Con el lema “Gracias por acompañarnos”, la última semana el club lanzó un spot narrado por el vicepresidente primero Mario Pergolini para remarcar la importancia que tienen los socios en esta etapa de cuarentena. Y suena lógico: Boca supera los 200 mil contabilizando los activos y adherentes. Por eso Ameal apretó el puño y celebró como una victoria que más del 70% de los abonos de plateas fueran renovados.
Casi a la par de los sponsors (desde Boca informaron que ampliaron la búsqueda desde que arrancó la cuarentena) y la venta de jugadores, los ingresos mensuales provenientes de la masa societaria representan uno de los mayores aportes. Este parate fue un golpe al mentón para un club que confía tener con Pergolini un ancho de espadas para conseguir un incremento en los derechos de televisación, que corresponden actualmente entre un 4 y 6% de la economía del club, a diferencia de años anteriores en los que llegó a superar el 12%. El vice primero presentará un proyecto ante el Comité Ejecutivo de AFA para la redistribución de los ingresos. Es un punto pendiente.
En caso de River Plate, la Comisión Directiva analiza la posibilidad de plantearle al plantel de fútbol profesional el pago de los próximos sueldos en más de una vez, en el marco de una renegociación salarial que se volverá inevitable. Según pudo averiguar Infobae, los futbolistas estarían dispuestos a financiar una parte de sus salarios. “No estaríamos de acuerdo con una rebaja salarial, como pasó en varios clubes de Europa, pero sí aceptaríamos que nos paguen una parte ahora y otra más adelante porque somos conscientes de que la situación es delicada”, afirmó uno de los referentes del equipo luego de pedir la reserva de su nombre.
Con todo, son muchos los dirigentes de clubes del fútbol argentino que impulsan la idea de plantear ante Futbolistas Argentinos Agremiados un recorte salarial de al menos un veinte por ciento para todos los planteles de Primera División. De aprobarse una medida así, el plantel millonario deberá ceder ante su postura actual de no aceptar recortes.
La Comisión Directiva xeneize dialogó sobre este tema con el plantel. Carlos Izquierdoz y Lisandro López hicieron las veces de interlocutores. Allí acordaron el pago del 100% de los sueldos de marzo, mes en el que se detuvo la actividad, y todo lo que respecta a primas y premios hasta fin de año. “A partir de abril, vamos a depender de las cobranzas que tengamos”, advirtió Ameal. Vale recordar que la plantilla que ni siquiera llegó a recibir el trofeo y las medallas por la Superliga ganada, espera también por el premio económico pactado con la CD.
En esta disyuntiva, quien jugó el papel de nexo fue Juan Román Riquelme, que todavía lleva a cabo la transición de jugador a directivo y pone la oreja para las dos partes. Román no usa pantalones cortos desde 2014 y proyecta convertirse en presidente en las elecciones de 2023. En esta especie de curso avanzado como dirigente, la inesperada materia Coronavirus será sin dudas una de las menos sencillas de su carrera.
Carlos Tevez es uno de los futbolistas a los que se les vence el contrato en junio. En realidad, el Consejo de Fútbol liderado por Riquelme se mantiene a la expectativa de la latente alternativa que baraja la FIFA con los jugadores en esta condición: extender sus vínculos automáticamente hasta fin de año. Si esto se concreta, entonces Román, Jorge Bermúdez, Raúl Cascini y Marcelo Delgado, quienes también dialogan a diario por Zoom, tendrán tiempo para negociar cada caso.
Además de Tevez figuran en lista de espera Marcos Díaz (vence su préstamo de 18 meses), Junior Alonso (su opción de compra con el Lille asciende a 3.500.000 euros), Leonardo Jara (fin de contrato con Boca), Franco Soldano (pertenece al Olympiakos y su opción es de 5 millones de dólares) y Mauro Zárate, quien hizo público su deseo de retirarse con la camiseta xeneize. Caso aparte es el de Nahuel Molina, quien se entrenó separado del plantel y no fue inscripto en la lista de buena fe de la Copa Libertadores. Su representante dejó abierta la puerta para continuar con las charlas pero es una incógnita su futuro.
Al mismo tiempo hay otros jugadores de renombre que más allá de tener contrato vigente con el club, pretenden renegociar los números de sus contratos por la suba del dólar que llevó a que se desvalorizaran sus salarios. Varios con tope de moneda estadounidense no verían con malos ojos emigrar ante una oferta que satisfaga también al club. No obstante evalúan si es acertado mudarse hoy a otro país (sobre todo los que tienen propuestas de Europa) por cuestiones sanitarias con la pandemia al rojo vivo. Y habrá que aguardar por los movimientos del mercado de pases, si es que se abre una ventana y las entidades del Viejo Continente que marcan agenda muestra predisposición para la compraventa.
Los apuntados desde el exterior son Esteban Andrada (en carpeta de algunos clubes europeos) y Sebastián Villa, de magnífico rendimiento en 2020. Podría haber novedades por Bebelo Reynoso y Agustín Almendra, quienes estuvieron cerca de ser transferidos a Estados Unidos, y Daniele De Rossi habría recomendado al venezolano Jan Hurtado para la Roma.
En Europa algunos clubes anunciaron la reducción de los salarios, en su mayoría, entre un 20 y 30 por ciento. Lo mismo sucedió con Racing en Argentina. Y en la última semana el plantel de Newell’s aceptó que se le redujera el sueldo y se efectúe un plan de pagos en los meses de abril y mayo, contemplando que el fútbol, en el mejor de los casos, podría volver en julio o agosto.
Las secuelas de la crisis por el COVID-19 se verán reflejadas también “en un aumento del pago diferido”, según afirman desde el seno de la dirigencia que encabeza Rodolfo D’Onofrio. “La situación no es fácil, pero son momentos para tratar de mantener la tranquilidad”, comentan. En ese sentido, estiman que las mayores dificultades las tendrán con algunos sponsors que buscarán “diferir sus pagos ante la falta de ingresos”.
Ante la incertidumbre reinante, en River hay preocupación ya que necesita vender uno o dos jugadores a mitad de año para equilibrar sus finanzas, y hoy no se sabe si los mercados de pases en el mundo estarán abiertos en el mes de julio. Justamente las ventas de futbolistas representan el principal ingreso para River: el 25%. El resto de la torta de ingresos se reparte de este modo: cuotas sociales, 21%; venta de entradas, 17%; sponsors y marketing, 15%; derechos de televisión, 6%; y 16% repartido entre diferentes ingresos menores, como por ejemplo la venta de entradas al museo del club.
Si se repara en que las cuotas sociales representan un 21% de los ingresos del club (hoy pagan su cuota cerca de 85.000 personas), es entendible la intranquilidad que genera entre los dirigentes la morosidad esperada en ese rubro: estiman que entre un 30 y un 40% de los socios dejarán de pagar su cuota a partir de este mes por las dificultades económicas derivadas del brote del nuevo coronavirus. “Sabemos que al no haber partidos de fútbol y al estar cerrado el club por tiempo indeterminado, mucha gente dejará de pagar la cuota porque tratará de achicar los gastos que no son considerados esenciales”, explican desde la oficina de Socios de River.
En cuanto al rubro contrataciones, Infobae pudo averiguar que Boca se inclinará por la austeridad con la que se manejó en el último mercado estival y, en definitiva, le dio resultados. Pese a la insistencia por la teórica necesidad de incorporar un centrodelantero, el Xeneize apenas sumó a Pol Fernández y el peruano Carlos Zambrano (más Jara que volvió de su préstamo en la MLS).
Durante la cuarentena por el COVID-19 Gary Medel reveló que tuvo y mantiene contactos con Riquelme. A Boca pueden llegar solamente jugadores con nivel de selección, advirtió el Patrón Bermúdez, quien abrió los brazos cuando le mencionaron la posibilidad del uruguayo Edinson Cavani. En sintonía, Manteca Sergio Martínez, quien vio uno de los últimos partidos del campeonato en el palco de Román, aseguró que Boca hará lo posible por contratar al goleador del Paris Saint Germain. El que cortó con la dulzura y mantuvo los pies sobre la tierra fue Ameal, que comunicó que Cavani no está al alcance de Boca en lo económico.
River cuenta con unos 1.400 empleados si se cuentan también los que trabajan en el Instituto educativo y los nucleados en la Unión de Trabajadores de Entidad Deportivas y Civiles (UTEDyC), y es el club argentino con el presupuesto general anual más elevado: unos 6.700.000.000 de pesos. El lucro cesante de estos tiempos tendrá entonces un impacto muy negativo para su tesorería. El hecho de que los campeonatos de fútbol no se estén jugando repercute con fuerza en sus números: se pierde de cobrar unos 18.000.000 de pesos de recaudación por cada partido en el Monumental por torneos domésticos, y unos 75.000.000 pesos por cada encuentro de la Copa Libertadores, más allá de que por distintas suspensiones debería jugar a puertas cerradas los tres correspondientes a la fase de grupos (ya goleó 8-0 a Binacional de Perú y le quedan San Pablo y Liga de Quito).
Por estas horas, la dirigencia analiza la ingeniería económica a seguir para que el impacto de la crisis sea lo más leve posible. Lo hacen, al igual que los directivos de Boca, a través de reuniones virtuales por la aplicación Zoom. Al menos una vez por semana, participan el presidente del club, Rodolfo D’Onofrio; los vicepresidentes, Jorge Brito y Stéfano Di Carlo; el secretario, Ignacio Villarroel; el prosecretario, Darío Santilli; el tesorero, Ignacio Amui; y el protesorero, Mariano Taratuty. “Son tiempos difíciles y vendrán meses muy complicados. Hay que tener lucidez y no tomar decisiones apresuradas”, comenta uno de los integrantes de la denominada Mesa Chica del club. Y agrega: “Acá tenemos que sumar entre todos. Incluso le vamos a pedir opinión o consejos a Juan Nápoli, que es uno de los vocales por la oposición con el cual tenemos muy buena relación”. Al igual que D’Onofrio, Nápoli es economista y preside el Banco de Valores, además de ser el Director de la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA).
Otro punto que Boca tendrá que resolver es la situación contractual de los futbolistas que retornarán al club, entre los que se destacan Agustín Rossi (Lanús pretende retenerlo pero no dispone de opción de compra), Gonzalo Maroni (Sampdoria no hará uso de su opción valuada en más de 11 millones de dólares), Mateo Retegui (Estudiantes debería poner sobre la mesa 2 millones de dólares para quedarse con el 50% de su ficha) y Walter Bou (la cláusula de Unión de Santa Fe por su pase es de 4 millones de dólares). De acá a diciembre también se resolverá el futuro de Cristian Pavón, figura de Los Ángeles Galaxy de la MLS. Si la franquicia norteamericana decide comprarlo, a Boca le entrarán nada menos que 20 millones de dólares por su pase, si la cifra es importante de por sí, con la devaluación y las crisis por el coronavirus será un ingreso valiosísimo para tapar los agujeros que generó la suspensión de actividades.
La coyuntura obligó a la dirigencia de River a solicitar préstamos bancarios y adelantos de dinero correspondientes a contratos. Por caso, le pidieron al banco Francés un adelanto de lo que deberán percibir el año próximo como parte del contrato con Adidas. Y también aceptaron el adelanto que la Conmebol les ofreció a los equipos que participan de la Copa Libertadores y de la Sudamericana, en este caso por los tres partidos correspondientes a la fase de grupos de la principal competencia de clubes del continente. River ya recibió 1.800.000 dólares por parte del organismo sudamericano y con ese dinero afrontará parte de los sueldos de sus empleados y también una cuota de 70.000 dólares que acordó con Belgrano de Córdoba para el pago de una parte de la deuda por el pase de Matías Suárez.
En River creen que el escenario del fútbol a nivel mundial cambiará luego de esta pandemia. “Se manejarán números más austeros seguramente”, remarcan. Pero ahora necesitan reformular sus números y buscar soluciones para una tesorería a la que el agua le llega cada vez más alto.
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