El 24 de abril de 2018 quedó en el recuerdo como el último partido que, hasta el momento, tuvo a un jugador argentino en el mundo de la NBA. Aquel día fue, sin saberlo hasta su anuncio, el partido final de Manu Ginóbili con la camiseta número 20 de los San Antonio Spurs, que al poco tiempo fue retirada por la franquicia texana y que hoy cuelga del techo del estadio que el bahiense ayudó a construir con su zurda mágica.
Con la competición paralizada por el avance de la pandemia de coronavirus, y sin una fecha definida para el regreso de la actividad, la mejor liga del mundo del básquet todavía mantiene la fecha de lo que será el NBA Draft 2020, a realizarse el próximo 25 de junio en el Barclays Center de Brooklyn. A la espera de lo que será la resolución definitiva de la posible reanudación o la definitiva cancelación de la temporada 2019-2020, los jóvenes proyectos de todo el mundo ya comenzaron a anotarse y participar del sorteo.
Así fue el caso del argentino Leandro Bolmaro, que según confirmó el sitio de la NBA en Argentina, ya envió su solicitud a las autoridades para participar del próximo Draft y que, a diferencia de lo sucedido en el sorteo del 2019, no retirará su nombre de la lista en caso de no ser elegido en la primera ronda.
Con sólo 19 años, el nacido en Las Varillas, Córdoba, explotó en las juveniles de Bahía Basket, el equipo que preside el histórico base de la Generación Dorada, Pepe Sánchez. Bajo la dirección técnica de Sebastián Ginóbili, después de haber disputado 25 partidos de la Liga Nacional con 17 años y de haber mostrado toda su capacidad atlética y su poder anotador, el Barcelona español lo apuntó como uno basquetbolista de enorme proyección y lo contrató para darle rodaje en su equipo B.
“Leandro es un jugador que tiene mucha actitud, tanto en ataque como en defensa, es un combo. Es muy habilidoso con el balón, es muy anotador”, le dijo Diego Ocampo, el entrenador del segundo equipo del conjunto blaugrana, a Infobae el año pasado.
Comparado por la prensa internacional por su parecido a Ginóbili en la forma de correr hacia el aro y por sus dotes ofensivos, ya fueron varios los expertos seguidores de jóvenes jugadores que vaticinan que Bolmaro podría ser elegido en la primera ronda del próximo sorteo de la NBA, algo que sólo sucedió en el básquet argentino cuando Carlos Delfino fue seleccionado por los Detroit Pistons en el puesto número 25 en el 2003.
Fue así que a fines del año pasado, uno de los periodistas experto en analizar las proyecciones del Draft de la NBA en los Estados Unidos, Mike Schmitz, lo posicionó como firme candidato a ser elegido en la primera vuelta de la selección de jugadores. Gracias a su participación en el Basketball Without Borders en 2017 y 2018 -torneo organizado por la liga estadounidense-, del NCAA Next Generation Sunday 2018 -certamen donde las universidades de Estados Unidos ven posibles jugadores para sumar a sus programas- y del Nike Hoops Summit -evento donde pueden verse juveniles con potencial-, pudo mostrar sus capacidades atléticas.
En el caso que el Draft de la NBA se realice en tiempo y forma, las expectativas de Bolmaro son tan altas como sus 2 metros con 3 centímetros. Claro, la diferencia de ser elegido en la primera ronda a serlo en la segunda es relevante: los primeros 30 jugadores se garantizan un contrato con la franquicia que los elija, todo lo contrario a sí su ubicación final va del 30 al 60.
Después de tener un rol protagónico en el Barcelona B que milita en la LEB Oro -segunda categoría del básquet español-, Bolmaro fue promocionado al primer equipo del equipo culé y jugó 13 partidos hasta el parate de la competencia: promedió 4,4 puntos en 13 minutos en la ACB en los siete partidos que disputó. Además, en seis encuentros de la Euroliga -máxima competencia del básquet europeo- sumó casi 2 unidades en poco más de 9 minutos de promedio en cancha.
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