“¿Qué? ¿El virus me va a pedir el documento para ver la edad?”.
Oscar Ruggeri sabía la respuesta a su pregunta. La lanzó al estilo del Cabezón, con tanta gracia como sentido común. Y, esta vez, con miedo. Por eso decidió su aislamiento el 15 de marzo, varios días antes de que fuera obligatorio. Esa noche escuchó a Alberto Fernández cuando anunció que se licenciaba de sus trabajos a los mayores de 60 años. No le pareció que cambiara la situación tener 58 cumplidos en enero... Ahí se acuarteló en su casa en Pilar. Ruggeri no lleva la cuenta pero son 31 días sin salir a la calle ni siquiera para hacer las compras. Ahí convive con Nancy, su mujer de siempre, y Federica, la hermana de Candela, Daiana y Stephan. Como no es muy amigo de la tecnología, Fefé lo ayuda para conectarse al Skype y hacer 90 Minutos, el programa donde brilla todos los días. Él arranca su camioneta, “porque si no se clava la batería”, y se baja. “Arrancala vos también”, aconseja en la charla con Infobae. Corta el pasto apenas crece un poquito. Limpia la pileta hasta dejarla impecable. Mira alguna película. La rutina varió por completo. No el pensamiento Ruggeri, que va más allá del campeón del mundo cuando cuenta anécdotas de fútbol. A él le gusta comprometerse con los temas de la gente.
— ¿Qué es lo que más extrañás? ¿Los abrazos con los nietos?
— Qué te parece. Los veo solamente por esta camarita que me ponen acá, qué sé yo... Ni salgo en el teléfono. No me veo. Encima el lunes Milo cumplió seis años. Los extraño mucho. Y mirá que acá está cerquita un barrio del otro. Pero no quiero ir ni me dejarían entrar. No estaría bien por más que sea acá nomás. Extraño a toda la familia en realidad. Los fines de semana siempre estábamos todos juntos. Pero le estoy haciendo caso a la gente que sabe. Si te dicen que es la forma de protegerse del virus, hay que hacer eso. Yo perdí la cuenta de cuántos días llevo en casa... ¿Viste que un viernes dije al aire “señor Presidente, cierre el país”? El domingo habló y desde ese día no salí más. No toqué la calle.
— ¿Por qué pediste cerrar el país una semana antes de la cuarentena obligatoria?
— Pensé que había que anticiparse. Yo dije “si en otros países como Italia y España pasan cosas, nosotros que no estamos preparados nos tenemos que adelantar”. Por eso ahí le pedí que suspenda las clases, que cierre el país... El Chavo (Fucks) ese día me dijo “vos cuando no van a la escuela, te quejás. Ahora que van a la escuela pedís que la cierren”. ¿Viste? Había que cerrarlas. Estuvo bien el Presidente ahí. Se anticipó a una locura. Ya hicieron lugares con muchas camas. Estamos mejor acomodados. Faltan respiradores, sí, pero les faltaron a las grandes potencias del mundo. Imaginate a nosotros...
— ¿Te parece bien cuando el Presidente dice “de la economía se vuelve pero de la muerte no”?
— Sí. Es así. No la tiró por tirar. Es la realidad. Imaginate si tuviéramos 5 mil, 7 mil, 10 mil, 15 mil muertos, como tienen otros países. Sería un infierno. Después, una vez que termine esta locura que estamos viviendo, deberán juntarse todos los que están involucrados, los políticos, para ver cómo se resuelve la economía. Ver cómo salimos todos juntos.
— ¿Cómo creés que maneja la angustia el laburante que genera su plata día a día? Tiene el miedo a la enfermedad pero también la desesperación económica.
— Pará. Me hacés una nota a mí y yo te digo que hay que quedarse en casa. Pero hoy yo tengo esa posibilidad. Ahora, qué pasa con los demás. Con la persona que trabaja por día, que no tiene un sueldo que una empresa le respeta. Que tiene que llevar la guita a la casa... ¿Qué pasará con esa gente? La verdad, no sé cómo se manejará... Me preocupa.
— ¿Pensás que estaría bien que los políticos se bajen el sueldo en este momento?
— Yo lo dije en el programa y lo repito. A mí me gustaría ser diputado pero no cobrar. Cobraría sólo el sueldo de 90 Minutos, que es mi trabajo. Yo creo que la mayoría de los diputados ya tiene otro ingreso de antes. No pueden legalmente pero igual les quedan sus actividades. Hay varios que son abogados... Ahora tendrían que vivir de sus ingresos y no del Estado.
— ¿Hasta qué línea de políticos llegás con esa idea?
— A ver... ¿Al Presidente qué le vamos a pedir? ¿Que siga en la Facultad dando clases para que cobre a fin de mes? Esos cargos no se pueden tocar. Debe estar fuera para que se dedique al país. El tema son los que tienen otro ingreso y no tienen que estar todo el día con el Gobierno. Yo no sé cuántas veces sesionan diputados y senadores... ¿Una vez cada 15 días? Y no siempre. Que les paguen el viaje, la estadía. No sueldos. Ahora no hay sesiones. Me dijeron que es por video...
— ¿Qué sentiste cuando viste las grandes colas de jubilados para cobrar?
— Me volví como loco. Dije “estamos haciendo todos un gran esfuerzo y en un día se pierde”. Le erraron. Después lo corrigieron. Son cosas para las que por ahí no estamos preparados. ¿Sabés cuál es el tema? Que muchos no entienden. Yo mismo. Y eso que tengo una edad que puedo hacerlo. Pero voy al Banco, me atiende una cajera, me da el ticket... Algunos te dicen “¿por qué no pagás por el teléfono?”. Bueno, loco: no me gusta pagar por teléfono. No me gusta por Internet. Me gusta ir al Banco, hacer la cola, pagar y llevarme mi recibo. ¿Qué quieren que le haga? Y como yo, muchos. Me encuentro con un montón de gente cuando voy al Banco. Ahora no puedo ir. No pagaré. Qué sé yo... Espero que el Gobierno no venga con el tema de intereses. O que te hagan lío... Espero que nos den la posibilidad de ponernos al día.
— ¿Ahora tampoco pagaste por Home Banking?
— Pedí ayuda y pagué algunas cosas. Yo vivo en un barrio cerrado y transferí la plata de las expensas porque hay gente trabajando. Como la seguridad, los que recolectan la basura... Y ellos tienen que cobrar. Si no pagamos, ellos no cobran.
— ¿Cómo hacés con tu mamá, que está sola en Corral de Bustos?
— Allá en Corral de Bustos hasta ahora no hay casos. Mi hermano vive al lado y le lleva la comida. En realidad le lleva la mercadería. La comida la quiere hacer ella. Está adentro tranquila. Es una mujer que nunca fue de salir mucho. Así que no le está costando. La llamo todos los días y está muy bien.
— ¿Estás aplaudiendo a las nueve de la noche?
— La verdad, no aplaudí. Pero agradecí, agradezco y vamos a tener que agradecer de por vida a toda gente que está ayudando en esta pandemia. A los médicos, a los que llevan la comida a los supermercados para que podamos ir a comprar, a los bomberos... Los médicos que se meten ahí, que no saben si se van a infectar ellos. Y tienen familia también. A esas personas hay que aplaudirlas todo el año. Siempre. Hay que aplaudirlos y cuidarlos mucho. A los cirujanos... Son los que nos tratan todos los días. No solamente ahora.
— Es increíble se haya discriminado a algunos médicos. De parte de sus propios vecinos. Como ese cartel de “si sos médico andate, nos vas a contagiar a todos”.
— ¿Viste vos? Una locura. Encima de que los tipos se exponen, que después les pase eso. Somos así.
— ¿El “somos así” incluye los sobreprecios que se pagaron para comprar alimentos?
— Ahí estoy muy enojado. Espero que cuando se diga “se terminó con la enfermedad”, el Presidente sea duro con los tipos que sacaron ventaja. Estos que pagaron sobreprecios por ejemplo. Salió en los medios, no sé si es verdad que echaron a 15 funcionarios... Duro hay que ser, loco. No se pueden aprovechar de ver a la gente mal. De los pobres abuelos que hicieron una cola y se pusieron en una silla para cobrar... Con los que se abusan hay que ser malo. Con los que que aumentan porque sí. Hoy 100 pesos, mañana 150 y pasado 200. No se curan más. Les dijeron “no se aumentan las cosas hasta junio, miren que la gente está necesitada”. Y no les importa nada. El que sacó ventaja de esta situación es mala gente.
— ¿Imaginás que vamos a ser distintos después de pasar esta guerra? ¿Más generosos, con otros valores?
— No creo... Somos una raza rara. Me encantaría que esto nos cambie. Hoy decimos “nos va a cambiar, porque estamos todos juntos, nos ayudamos”. Pero es porque estamos en la pandemia. No soy optimista. Después la rueda sigue. ¿Viste cuando te pasa algo grave? Salís a la calle y decís “ahora voy a ir a 60, voy a tener cuidado con esto”. Y a la semana, pim. Te embalaste otra vez. O cuando te pasa algo por manejar con el celular. “No lo uso más”, decís. Al otro día lo agarrás otra vez.
— ¿Cuándo pensás que volverá el fútbol?
— Después de escuchar todo lo que está pasando, no sabemos cuándo va a volver. Primero, que ya dijeron que se olviden con gente. Pero hablando del fútbol aprovecho para decir algo. La mayoría de los jugadores de Primera pueden bancarse esta situación. Pero los de la B, de la C, la pasan mal, eh... Habría que mirar un poco más ahí y que el gremio actúe. Tendría que ayudar a todos esos chicos que viven al día. Si los clubes de Primera están complicados, imaginate los del Ascenso.
— ¿Te pareció bien que los jugadores de Racing se bajaran el sueldo? ¿Creés que las grandes figuras deberían bajarse el sueldo?
— Es meterse en el bolsillo de cada uno. No es fácil. Yo digo “vamos a bajarnos el sueldo”. Perfecto. Quiero saber qué hacen con mi sueldo. Me parece bien la actitud de los jugadores de Racing. Si cobran los empleados del club, bárbaro. Pero si después va para cualquier lado y hacen un desastre, no. Ahora si vos me decís “los de Primera A van a colaborar para juntar para darle a los de la B y la C”, me encantaría. El tema es cómo hacerlo. Si yo estuviera en el gremio haría algo así. Llamaría a los capitanes de los equipos grandes de la A y les diría eso. “Vamos a ayudar a los del Ascenso. Juntemos. Ponzio, a ver, ¿cuánto plata puede juntar River? ¿Tevez, cuánta puede juntar Boca?”. Sabés la ayuda que les daríamos...
— ¿Viste la polémica que se generó por si se puede salir a correr o no en lugares públicos?
— Lo escuché. No me preocupa ese tema. Yo estoy corriendo un poco en casa. Hago un rato de ejercicio. Dejemos de romper las pelotas que se está muriendo la gente. Aguanten un poquito, viejo. Estaremos con un poquito de panza todos... Mirá todo lo que hablamos y vamos a estar pensando si se puede correr. Las personas que entienden del tema dicen que no se puede salir a correr. No salgamos entonces. Vamos a esperar y cuando esté todo bien salimos todos y chau.
— ¿Te da miedo toda esta situación?
— Sí. Ojalá que lo podamos controlar. Me da mucho miedo todo. Me da miedo que se muera la gente. Me dan miedo los viejos. Qué loco que no se pudo prevenir... Después, me da miedo qué nos va a pasar como país una vez que todo termine.
— Te da miedo el día después...
— Sí, me da miedo el día después... Qué va a ser de nosotros. Cómo va a ser la Argentina. Ya con la situación en la que estábamos era difícil... ¿Cómo será ahora? ¡¿Cómo no me va a dar miedo?!
— Si hoy tuvieras la chance de hablar con Alberto Fernández, ¿qué le dirías?
— Que hizo muy bien cuando cerró el país. Que me encantó cuando habló y al lado suyo estaba Larreta, que no es del partido de él. Me gustó esa combinación. Ojalá que tenga la fuerza para unir a los argentinos. Le va a costar. Pero Dios quiera que pueda hacerlo. Y en lo económico, que es grave, veremos cuando se termina esto. Siempre tuvimos problemas con la plata. De alguna manera se solucionará. Yo pienso que ahora podríamos estar peor. Podríamos tener un montón de gente muerta. Es lo que hay que evitar desde el primer día que nos quedamos en casa. Ya lo dije: el virus no mira el documento.