Instalado en Francia y cumpliendo con el aislamiento que exige la propagación de la pandemia del coronavirus, Darío Benedetto recordó uno de los hechos más violentos que le tocó vivir cuando defendía la camiseta de Arsenal de Sarandí.
A través de una videollamada con el programa PH, el delantero del Olympique de Marsella revivió una de las etapas más duras que le tocó atravesar durante su carrera. “En Brasil quedamos detenidos por un problema que hubo dentro de la cancha. Fue en el partido de Arsenal y Atlético Mineiro, que perdimos como 5 a 2”, advirtió el Pipa en referencia al choque de la Copa Libertadores del 2013.
“Ya en el entretiempo hubo quilombo entre Campestrini y uno que estaba a cargo de la seguridad de Ronaldinho, pero cuando terminó el partido Damián Pérez, que es un amigo que en ese momento estaba jugando de tres, le fue a reclamar al árbitro y los policías le pegaron un palazo en el estómago”, relató el goleador sobre lo sucedido en el país vecino.
La violencia entre las autoridades y los futbolistas continuó de una manera inesperada: “Estaban Marcone y Nervo también. La policía nos apuntaba con las armas como para dispararnos; y cuando pasó eso nos hicieron pasar por un túnel para matarnos a palazos”.
El recordado encuentro arrojó imágenes pocas veces vistas en una cancha de fútbol. Incluso hubo escenas que la transmisión oficial no mostró. “Cuando entramos al vestuario todo empeoró porque yo les tiré una silla y le corté una ceja a un policía. Se puso todo más feo, porque ellos querían entrar al vestuario a pegarnos”, recordó Benedetto, y aseguró que terminaron todos los protagonistas detenidos en la comisaría. “Perdimos el vuelo de vuelta y nos hicieron una causa, con la advertencia de que si teníamos algún problema en Brasil durante los próximos 5 años nos iban a meter presos”.
Durante el programa emitido por Telefé, el Pipa también habló de la dolorosa final que perdió Boca ante River en Madrid, al asegurar que fue un “golpe durísimo”. “Es el rival eterno de toda la vida, el clásico, y ninguna cosa se puede comparar con un Superclásico. Dolió muchísimo pero somos profesionales y automáticamente hay que dar vuelta la página para lo que sigue. Si no, te cuesta todo el doble. Terminamos de perder esa final y a los tres meses jugamos una final de Supercopa y por suerte pudimos salir campeones, y eso para un jugador es una alegría enorme después de haber perdido”, analizó.
Otro de los aspectos destacados de su participación se basó en el anhelo de volver al club de la ribera: “Es lo que más deseo en la vida, obviamente pueden pasar un montón de cosas”, reconoció el delantero, quien además se entusiasmó con un posible llamado a la Selección: “Cuando empezás a ser jugador de fútbol, lo primero que querés hacer es debutar en Primera. Después mantenerte, jugar en el equipo del que sos hincha y soñar con jugar un Mundial. Yo agradezco a la vida haber podido estar en unas eliminatorias. Pasó después lo de la rodilla, que fue en mi carrera el golpe más duro que podía recibir, porque en ese momento era tenido en cuenta por (Jorge) Sampaoli y (Sebastián) Beccacece”. En la actualidad, su esperanza radica en tener otra posibilidad en el ciclo de Lionel Scaloni.
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