El Ogro Fabbiani contó cómo le ganó al cáncer, reveló su dieta para la cuarentena y dijo que casi firma como DT de un equipo

El delantero de Deportivo Merlo analiza dejar el fútbol este año. Su lucha contra el tumor que lo atormentó y la dieta en la cuarentena

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El Ogro Fabbiani tiene 36 años y estudia la posibilidad de ser entrenador (Maximiliano Luna)
El Ogro Fabbiani tiene 36 años y estudia la posibilidad de ser entrenador (Maximiliano Luna)

Para quien le haya perdido el rastro, Cristian Fabbiani continúa jugando al fútbol en el ascenso. O al menos eso estaba haciendo hasta que la pandemia del coronavirus le puso fin. A la espera de lo que definan las autoridades del fútbol, él cumple con la cuarentena junto a su familia. Aseguró que bajó de peso y también reveló que piensa en ser DT.

“Me estoy cuidando mucho. En casa tenemos cambiados los horarios y parece que estamos en Japón. A la 1 del mediodía se desayuna y después volvemos a comer recién a la noche. Estamos todo el día tomando mate, ni hambre nos da. No es fácil estar así encerrado pero nunca me preocupó el peso y menos me va a preocupar ahora”, contó su particular dieta en pleno aislamiento en diálogo con Planeta 947.

La rutina consiste en jugar con su hijo de 5 años y evitar que se percate de la realidad. Lo ayuda con alguna tarea de la escuela y se engancha con alguna serie o película. Habla con amigos y familiares. Salió apenas una sola vez a comprar mercadería: "Descubrí cosas de mi nene que no sabía por estar entrenando, viajando o concentrado. Y también disfruto a mi mujer, se hace todo más firme".

Actualmente juega en Deportivo Merlo y estuvo cerca de dirigir a un equipo de la Primera Nacional (Maximiliano Luna)
Actualmente juega en Deportivo Merlo y estuvo cerca de dirigir a un equipo de la Primera Nacional (Maximiliano Luna)

El Ogro, con 36 años, no descartó seguir poniéndose los pantalones cortos, aunque ve de cerca la chance de convertirse en entrenador. De hecho en el futuro inmediato determinará si se retira y ya tiene armado el cuerpo técnico: “En diciembre casi agarro Los Andes como técnico. Estoy viendo si sigo jugando o me retiro ahora cuando termine el campeonato”.

Hace cinco años al ex atacante de Lanús, Newell’s y River le extirparon un tumor de la pierna derecha. Sobre ese duro episodio, mencionó: “Al cáncer hay que atacarlo con la mente. Yo no hice rayos, quimio ni nada. Sólo me operaron. Si uno está bien con la mente y no se deprime, puede. Con mi forma de ser y la alegría con la que vivo, lo superé. La únia manera de ganarle a una enfermedad tan hdp es con alegría”.

Por último, remarcó la importancia que tuvo su manera de ser para salir de una brava situación: “Disfruto todo como si fuera el último día, no me guardo nada. La gente se hace problemas por cualquier cosa; yo rara vez estoy enojado o con cara de culo. En el vestuario me dicen ‘nene’, por lo molesto e insoportable que soy. Se los digo a mi hermana y mi mamá, que a veces se hacen problemas por cosas que tienen solución. Lo único que no tiene solución es la muerte”.

EL GOL DE SU VIDA QUE NO FUE

Fabbiani la rompió jugando con la camiseta de Newell's en 2008 y casi concreta el que hubiera sido uno de los mejores tantos en la historia del clásico rosarino. Recuperó la pelota en ataque, dejó en el camino al arquero y un defensor con una calidad tremenda y luego remató por encima del travesaño con el arco desguarnecido. Sobre aquella jugada también habló.

Gol errado por Fabbiani en NOB-Central

· “¿Qué le diría el Fabbiani entrenador al Fabbiani que erró ese gol? Eso queda en el jugador, el técnico no se puede meter. El jugador tiene que ser libre adentro de la cancha aunque aceptando lo táctico que propone el técnico”

· “Tendría que haber definido de rabona contra Central, mi idea era esa, pero cuando vi a Ribonetto en la línea quise asegurar. Me vuelven loco hasta hoy por eso”

· “Newell’s-Central fue el clásico más bravo que jugué, y eso que jugué el River-Boca. Es más picante por la gente. Es una ciudad muy diferente a todas. Es uno de los más pasionales: lo que se vive 15 días antes y después del clásico, no se vive en otro lugar”

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