Instalado en París junto a su familia, Ángel Di María reveló intimidades de lo que pasó en los días previos a la final de la Copa del Mundo en Brasil, donde la Argentina cayó por 1 a 0 ante Alemania.
El combinado albiceleste se quedó en las puertas de la gloria en el mítico Maracaná. Una oportunidad única que no se dio por esas cosas que tiene el fútbol. Levantar la copa más codiciada del planeta en territorio brasileño hubiera convertido a Messi en leyenda y a los hombres de Sabella en Héroes (como alguna vez tituló El Gráfico a los campeones de 1986 y los subcampeones de 1990).
Uno de los ausentes en el último partido fue Di María, quien se lesionó durante la competición y llegaba al límite desde el punto de vista físico. Además, como por esos años el rosarino vestía la camiseta del Real Madrid, la potencia europea también presionaba para que no juegue la final, ya que en la Casa Blanca tenían previsto transferir al argentino a cambio de una fortuna.
“Cuando me trajeron la carta yo ya me imaginaba todo, porque se decía que James (Rodríguez) iba a ir al Real Madrid; y es un jugador que iba a ocupar mi posición. Yo sabía que me iban a querer vender, y cuando me llegó la carta del Real Madrid, me cerró todo. Sin abrirla la rompí. No quise leerla, ni mirarla. Sabía que el que tenía que tomar la decisión de jugar era yo”, reveló el atacante en diálogo con PH.
La videollamada durante el programa televisivo se extendió, dado que la pandemia de coronavirus motivó a los productores a cambiar momentáneamente el formato. Por lo tanto, el ex Rosario Central continuó describiendo la intimidad de la concentración argentina en el país vecino: “Cuando me reuní con Alejandro (Sabella) le dije llorando que no estaba al 100%. Sabía que él me amaba y quería que juegue; y yo estaba en un 90%. Lo único que pensé, fue en lo mejor para el equipo. Me tenía que infiltrar para no sentir el dolor, pero estaba la posibilidad de que me rompa todo. Yo lo quería intentar, pero le pedí a él que elija a los mejores 11”.
El encuentro entre el técnico y el jugador determinó que Fideo se quede en el banco de suplentes. “En la reunión que tuvimos antes del partido puso a Enzo (Pérez). Después todo el mundo sabe lo que terminó pasando. Lamentablemente no se nos dio, no tuvimos la suerte para ser campeón, pero fue el mejor partido que hicimos”, agregó.
En medio de su cuarentena parisina, Fideo analizó la preocupación globalizada que instaló el virus COVID-19 al asegurar que “es algo loco lo que estamos viviendo”. “No lo estamos pasando muy bien. Estamos aislados hace 14 días, desde que el presidente de Francia hizo la cuarentena. Nosotros dos días más por pedido del club”, manifestó la figura del PSG, sin omitir ningún detalle: “Yo voy mucho al súper, tengo una vida normal porque la gente es respetuosa. Aunque con esto, fue solamente una vez mi mujer. Se sacó toda la ropa en la puerta antes de entrar a casa y se fue a bañar. Te asusta un poco todo. La situación que uno mira y escucha te da miedo”.
Además, Di María contó cómo sobrelleva la situación en medio del encierro y el aislamiento obligatorio: “No salgo de casa. La tele francesa no la miro. Pregunto a gente que conozco del club, que habla en español y me explica la situación acá. Todo es una incertidumbre. Cada vez hay más muertos e infectados. Te pone muy mal y uno no sabe qué pensar. Uno está encerrado. Tengo una casa que puedo estar cómodo y que mis hijas pueden disfrutar, salir afuera y no estar encerradas. Todo eso es importante. Lo que vi en Argentina es que la gente está haciendo caso, respetando lo que el Gobierno dice. Si nos quedamos adentro, más rápido vamos a poder estar con el otro”.
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