El 21 de marzo no es un día más para el automovilismo. Es una jornada de conmemoración ya que es el día del nacimiento de Ayrton Senna, quien hoy hubiese cumplido 60 años. El astro brasileño fue uno de los mejores pilotos en la historia de la Fórmula 1. Logró tres títulos: 1988, 1990 y 1991 (todos con McLaren). Se suman un total de 41 victorias, 80 podios y 19 récords de vuelta. En su país le rinden culto siempre y también tiene millones de fanáticos en el planeta. Su éxito fue el producto de la combinación de talento, agresividad y efectividad. Su manera de conducir con la que nunca especuló le permitió hacer cosas increíbles en la pista. Lo dejó todo arriba de su auto, hasta aquél fatídico 1 de mayo de 1994 cuando perdió la vida en un choque en Imola, Italia. Para recordarlo en su máxima expresión, este el repaso de sus diez mejores maniobras en la Máxima.
GP de Europa 1993. Una obra maestra en la que superó a cuatro autos antes de cumplirse el primer giro. Tuvo a su gran aliada, la lluvia, y eso le dio un marco épico. Ocurrió en el autódromo inglés de Donington Park, sede del Gran Premio de Europa. Largó cuarto, pero perdió en el inicio ante el austríaco Karl Wendlinger (Sauber). Sin embargo, en la primera curva superó al alemán Michael Schumacher (Benetton). Luego se tomó revancha con Wendlinger y más tarde fue el turno del inglés Damon Hill (Williams). Ya era demasiado con un McLaren cuyo motor no era el contundente Honda sino un Ford. Pero Magic (apodo que le pusieron por lo bien que manejaba en pista mojada), siempre mostró un plus. Encima, ante su más acérrimo rival, Alain Prost (Williams). En la penúltima variante, dejó atrás al francés y se puso como líder de la carrera, que terminó ganando.
Mónaco 1988. En Montecarlo siempre se sintió como en el patio de casa. Un circuito tortuoso en el que Senna se lució más allá de ser un velocista nato. Obtuvo 65 poles positions (el 40,37% de las veces que largó una carrera de F-1 lo hizo desde la primera posición). Hasta ahora es el único que logró seis triunfos en el Principado. En la previa del GP de 1988, con su McLaren MP4/4, hizo una vuelta clasificatoria genial. Fue perfecta. Tiempo más tarde recordó ese giro clasificatorio y aseguró que “eso fue lo máximo para mí, no hay lugar para nada más. Nunca más llegué a sentir eso”. El tiempo fue de 1m23s998. Le sacó a Prost 1,427 segundos, la diferencia más grande en la era moderna y la segunda en la tabla histórica, detrás de la que Juan Manuel Fangio logró en 1950, cuando aventajó por 2,5 segundos al italiano Nino Farina, ambos con Alfa Romeo.
Mónaco 1984. Otra vez la lluvia fue su espada en la batalla. Con el humilde Toleman, en su primera temporada, empezó a agarrarle el gustito al tradicional circuito callejero. Bajo un aguacero brindó un show de superaciones en el que dejó atrás a campeones como el finlandés Keke Rosberg (Williams), el austríaco Niki Lauda (McLaren), y otro destacado como el francés René Arnoux (Ferrari). Quedó segundo y cuando se dispuso a superarlo al francés Alain Prost (McLaren), el director de la carrera, el ex piloto Jacky Ickx, dio por terminada la carrera con 31 de las 76 vueltas cumplidas por un tema de seguridad. Ése día el gran circo supo quién era Senna.
Japón 1988. En Suzuka hizo la pole positions, pero su auto tuvo un problema técnico en la largada, se quedó parado y varios lo superaron. Cayó al puesto 16º y empezó su remontada. En la 20ª vuelta ya era segundo. Luego plasmó el sobrepaso a Alain Prost (eran compañeros en McLaren), quien le exigió la maniobra y lo llevó de forma leve hacia el sector externo de la pista. Senna ganó y logró su primer título. “Vi a Dios. Él fue quien me guió. Tuve señales que me indicaron sus deseos y su poder. Por encima de todo, su poder para controlar lo que fuera, todo”, contó después de aquella consagración.
Brasil 1991. En su octavo intento pudo cumplir su otro gran sueño aparte de ser campeón mundial: ganar ante su gente. Partió primero –otra vez- y lideró la carrera en Interlagos. Hasta que en el tramo final su caja de cambios empezó a fallar. A 11 giros se quedó sin la cuarta marcha. Y a solo dos rondas perdió el tercer y quinto cambio. Es decir solo manejó con la primera, segunda y sexta. Su esfuerzo fue notable. La lluvia le dio dramatismo al epílogo. No obstante el paulista pudo celebrar delante de los suyos a pesar de terminar con calambres en su cuello y sus brazos. En 1993 repitió su festejo de local.
España 1991. En la inauguración del Autódromo de Montmeló, en Barcelona, protagonizó una escena que paralizó los corazones. En la larga recta principal catalana, Senna y el inglés Nigel Mansell fueron a la par con sus autos sacando chispas (literal). Solo unos centímetros los separó. Prevaleció el inglés, cuyo Williams ya se era superior a McLaren. Fue en la parte final de aquella temporada en la que el brasileño capitalizó su tercera corona.
Mónaco 1992. Al año siguiente los autos de Grove ya eran la referencia gracias al avance en su suspensión activa (revolucionaria en esa época), que permitía el control en cada rueda y mayor adherencia al piso. Senna no pudo retener su cetro, pero en Mónaco tuvo otra gran lucha con Mansell. Es cierto, fue en un trazado urbano donde son pocos los lugares de superaciones, aunque el brasileño supo defenderse con un auto inferior. Terminó ganando.
Estados Unidos 1990. Tuvo una gran pelea con Jean Alesi (Tyrrell). Si bien fue en el efímero escenario urbano de Phoenix, el trazado tenía algunos sectores anchos que permitieron los sobrepasos. El francés capturó la punta. Pero más tarde en la primera curva Ayrton lo superó, aunque por unos metros, ya que el galo bancó la parada con un auto inferior y recuperó el mando. En el mismo sector, en el siguiente giro, el brasileño se reivindicó. En la próxima variante fueron a la par y si bien Senna mantuvo el liderazgo y ganó la carrera, Alesi vendió cara la derrota.
Alemania 1984. Otra vez con su Toleman poco competitivo. Solo su talento le permitió brillar en esa temporada como en los primeros giros en Hockenheim. Arrancó noveno. Antes de la primera curva ya ganó dos lugares. Al llegar a la chicana inicial era sexto. En la segunda vuelta saltó a la quinta posición. Hasta que en la quinta ronda, producto de la exigencia, terminó golpeando contra el guardarrail. Más allá de su abandono, llegó al top cinco superando a pilotos que tuvieron autos superiores.
España 1986. En el Autódromo de Jerez de la Frontera. Otra vez Senna (Lotus) vs. Mansell (Williams) en una lucha sin cuartel. Fue en la última vuelta. El León, como se lo conocía al inglés, tuvo gomas en mejor estado y superó al brasileño, quien se recuperó rápido. Luego Nigel fue por más, pero en una definición para el infarto Ayrton le ganó la pulseada. Cruzaron la meta casi en la misma línea y hubo una diferencia de solo 14/1000. Espectacular.
Seguí leyendo