Volvió de Europa y se encerró en una casa rodante para cumplir con la cuarentena: así son los días del medallista olímpico Javier Conte

No padece los síntomas del coronavirus, pero se mantiene aislado por precaución. Entrenamientos con mancuernas, análisis de videos y series de ficción forman parte de su rutina en menos de tres metros cuadrados

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No padece los síntomas del coronavirus, pero se mantiene aislado por precaución. Entrenamientos con mancuernas, análisis de videos y series de ficción forman parte de su rutina en menos de tres metros cuadrados

Javier Conte arribó a la Argentina el viernes en un vuelo procedente de Madrid. Luego de estar concentrado con el equipo de Estados Unidos en Palma de Mallorca, el regatista decidió encerrarse en soledad para hacer la cuarentena que exige el protocolo preventivo contra el coronavirus.

“Primero pensé en alquilar un departamento cerca de mi casa, pero me di cuenta que no cumplía con los requisitos estrictos de la cuarentena. Incluso tenía que ir alguien a darme la llave. Entonces, surgió la idea de la casa rodante”, reveló desde el improvisado hogar que lo albergará durante más de dos semanas.

Su llegada al país fue propia de una escena de película. Un amigo lo esperó en el aeropuerto, dejó la casa rodante con las llaves puestas y lo saludó a la distancia. Previamente, su esposa Laura acondicionó el rodado con alimentos y artículos de limpieza.

El regatista que ganó la medalla de bronce junto a Juan De la Fuente en los Juegos Olímpicos de Sídney (2000) lleva su cuarto día de aislamiento y se mantiene tranquilo. Continúa encerrado en el motorhome que le prestó su padre y se limita a tener el contacto con su familia a través de las ventanas. Sus días se pasan entre los entrenamientos físicos, las películas, las series, la TV abierta y los análisis de los videos propios de su deporte. “Tengo mancuernas y bandas elásticas para entrenar. Hago todo tipo de ejercicios, aunque lo único que no puedo hacer es correr. Me sirve para mantenerme físicamente y entretenerme un poco”, advirtió entre risas del otro lado de la línea telefónica.

Javier Conte en la casa rodante que le prestó su padre
Javier Conte en la casa rodante que le prestó su padre

A pesar de la soledad, Conte mantiene una vida activa. Se despierta temprano en la mañana, desayuna y realiza la primera tanda de ejercicios. Luego se prepara el almuerzo, observa varios videos del equipo estadounidense que lidera y descansa con alguna película que descargó de Netflix o alguna serie. “Espartacus y Blindspot son mis preferidas”, reconoció.

A pesar de no padecer ningún síntoma relacionado al coronavirus, decidió alejarse de todos. “Como llegué de España, que es una de las zonas de riesgo con cuarentena obligatoria, decidí aislarme”, explicó el regatista antes de recordar cómo fueron sus días en Europa: “Allá estaba todo paralizado. Cuando nos volvimos estaban tomando medidas muy fuertes, y mientras estábamos en el vuelo decretaron el aislamiento obligatorio para toda la sociedad. En Barajas estaban todos los negocios cerrados”.

Durante el vuelo interno de Mallorca a Madrid no recibió ningún estudio médico, pero cuando llegó a Buenos Aires la situación cambió. “Ni bien llegué a Ezeiza tuve que presentar la declaración jurada en donde manifesté que no tenía ningún síntoma. Me tomaron la temperatura con unas cámaras como al resto de los pasajeros y me dejaron salir, pero hubo gente que fue separada porque tenía fiebre”, aclaró.

El rodado lo estacionó en la puerta de su casa en Pilar, donde observa los movimientos habituales de su barrio. “Me veo con la familia a través de la ventana, pero tampoco le quiero romper mucho las pelotas porque los chicos tienen que hacer las tareas con el aula virtual. Si necesito algo les mando un WhatsApp, pero prefiero que cada uno esté concentrado en sus cosas”, aseguró.

El motorhome en el que se instaló Javier Conte y está estacionado en la puerta de su casa en Pilar
El motorhome en el que se instaló Javier Conte y está estacionado en la puerta de su casa en Pilar

Consciente de la crisis global que genera la pandemia, el bonaerense comparó lo sucedido en Europa con lo que ocurre en la Argentina. “Tenemos la ventaja de estar leyendo el diario del lunes. Se pueden tomar las mismas medidas que se tomaron allá con más anticipación. En Italia la gente emigró de forma masiva del norte al sur y llevaron el foco del virus hacia las zonas donde no había. Espero que en nuestro país eso no pase. Para que nos salvemos, tenemos que contribuir todos con responsabilidad y solidaridad”, reflexionó con un argumento basado en su experiencia: “En Europa veía que la gente no cumplía con los requisitos que imponía el Gobierno y es muy peligroso. En Argentina estamos a tiempo de frenar el impacto que esto genera”.

Como su nueva cocina es bastante completa, su dieta no sufrió ninguna modificación; y los fideos y el arroz son su especialidad. Sin embargo, su preocupación se instala en lo que podría pasar en el futuro cercano. “Hay mucha incertidumbre con lo que pasará, porque no se sabe si se reanudará el circuito de competencias antes de Tokio y las clasificaciones. En principio pensamos quedarnos en Palma de Mallorca, pero no tenía sentido encerrarnos allá. Preferimos que cada uno haga la cuarentena en su país”.

En tiempos de suspensiones de las competiciones profesionales, con modificación de varios calendarios en los eventos deportivos más importantes del planeta, las autoridades del Comité Olímpico Internacional aseguran que todavía no hay que precipitarse y se entusiasman una ceremonia de apertura para el 24 de julio, como estaba previsto. “Son decisiones muy difíciles para los miembros del COI. No somos nosotros los que tenemos que decidir si se postergan o no. Si están pensando en hacerlos, creo que se tomarán todas las medidas preventivas para los deportistas, voluntarios y la gente que se involucra en un Juego Olímpico”, concluyó.

Todavía le restan 10 días de aislamiento y asegura que no lo lleva mal, porque tiene todo lo necesario para la supervivencia. Sin el contacto de sus hijos ni su esposa, Conte está lejos de sentirse un héroe. Tampoco cree que su historia podría trasladarse a la pantalla grande. "Sólo soy consciente de lo que hay que hacer para cuidar al resto. Si uno está contagiado, lo aíslan. Yo no tengo los síntomas, pero es importante quedarse encerrado”, cerró.

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