En las últimas horas, y a través de un comunicado que difundió en su sitio oficial, River Plate informó que a partir de este sábado 14 de marzo las puertas del club se mantendrán cerradas. La institución presidida por Rodolfo D’Onofrio aseguró que procura “resguardar la salud de los socios, los empleados y las miles de personas que concurren diariamente a las distintas actividades” por la situación que atraviesa el país por la pandemia de coronavirus, lo que provocará que el equipo de Marcelo Gallardo no se presentará a jugar frente a Atlético Tucumán.
Ante esta medida tomada por River, la respuesta de la Superliga Argentina de Fútbol no tardó en llegar. La entidad, hoy a cargo de Marcelo Tinelli, el hombre elegido para encarar la transición para el regreso del fútbol de Primera División a la AFA, firmó un comunicado que anticipa que el club millonario podría ser sancionado.
“En momentos de incertidumbre mundial por una situación totalmente atípica, en nuestro fútbol no debería haber lugar para posiciones individualistas o unilaterales”, cita un fragmento del escrito, en el que también se destaca que el accionar de River y marca que “la actitud adoptada unilateralmente por un club integrante de la Superliga será pasible de sanciones”.
El tercer protagonista de esta historia es Atlético Tucumán. La institución que preside Mario Leito se expresó a favor de la resolución que tomó la Superliga de seguir adelante con la programación de la primera fecha de la zona B de la Copa de la Superliga y anunció que se presentarán en el estadio Monumental.
"De conformidad con el comunicado emitido por la Superliga Argentina de Fútbol en el día de la fecha, el Club Atlético Tucumán informa que acata y comparte el mismo en todos y cada uno de sus términos.
Por lo tanto, nuestra institución se presentará este sábado a jugar el partido de acuerdo a la programación establecida oportunamente".
Todo lo contrario a las declaraciones que hizo el arquero, capitán y referente del Decano, Cristian Lucchetti, quien había marcado una postura favorable a la decisión tomada por River de no presentarse. “La postura nuestra es de no jugar, priorizar la salud. Está en riesgo nuestra salud, de nuestras familias, seres queridos. Creo que lo ideal hubiera sido tomar una decisión”, opinó el número 1 del equipo del norte argentino.
Ahora, sólo restará esperar las horas previas al partido, que tiene hora de comienzo para las 17.45, y ver cuál será el próximo capítulo de esta historia.
Este es el comunicado de la Superliga Argentina de Fútbol
En el día de la fecha, ante la inquietud de jugadores y dirigentes, la Superliga Argentina de Fútbol consultó con autoridades deportivas y sanitarias de la Nación respecto de la actitud a adoptar en cuanto al desarrollo del campeonato argentino de Primera División.
Dichas autoridades nos informaron que los partidos de fútbol podrían jugarse, tomando la prevención de hacerlo sin público, con el fin de evitar la eventual propagación del virus COVID-19. También nos aseguraron que los jugadores, al no formar parte de los grupos de riesgo y ser profesionales de una actividad rentada, podrían desarrollar su trabajo normalmente, como lo hacen todos los días miles de argentinos en fábricas, hospitales y tantos otros lugares.
Siguiendo las normas que el sentido común indica, la Superliga acata y adopta las instrucciones de las autoridades nacionales, que son las que definen las conductas colectivas a adoptar en estos casos.
En momentos de incertidumbre mundial por una situación totalmente atípica, en nuestro fútbol no debería haber lugar para posiciones individualistas o unilaterales. Las mismas se apartan del contexto general de prudencia y provocan un gran alarmismo en la sociedad. Todos debemos ser conscientes y tomar en forma conjunta las medidas que aconsejen los científicos y especialistas en el tema. Cumplir las normas que recomienda el Estado es la mejor manera de contribuir al cuidado de los argentinos.
La actitud adoptada unilateralmente por un club integrante de la Superliga será pasible de sanciones. Los reglamentos rigen la competencia y todos los sectores deben subordinarse a ellos. Sobre todo si las autoridades nacionales no encuentran motivos científicos para restringir la disputa de los encuentros, una vez tomado el recaudo de que los mismos se realicen a puertas cerradas y sin público.
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