A pesar de algunos barbijos en supermercados y en centros comerciales, Colombia vive aparentemente tranquila y lejos de la psicosis por el coronavirus, sin embargo, hubo dos ausencias en el sorteo de la serie entre colombianos y argentinos relacionadas con la enfermedad que ha requerido la atención mundial.
Uno de ellos fue el chair umpire Manuel Messina. El árbitro es originario de San Marino y debía arribar procedente de Italia, pero las decisiones sanitarias tomadas en ese país y también en Colombia, en referencia a los pasajeros llegados desde lugares que cuenta con casos positivos confirmados de esta enfermedad, hicieron que se dispusiera un reemplazo y que llegara en su lugar el francés Luois Boucharinc. La otra ausencia fue la del delegado de la Federación Internacional de Tenis (ITF), el paraguayo Julio Ferrari (se dijo que tuvo demoras en su vuelo y llegó un día después), por lo que tuvo que hacerse cargo de todo el sorteo el árbitro general de la serie, el brasileño Ricardo Reis.
Así como en la serie sudamericana hubo pequeñas muestras, en otras partes del mundo las precauciones se hicieron mucho más visibles, en especial en Italia y en Japón. En Cagliari, el equipo italiano recibe a Corea del Sur y el Ministerio de Salud del país europeo ya había tomado la determinación de que se realizaría a puertas cerradas, o sea, sin público. Una decisión que luego extendería a todo el territorio nacional. Ayer, cuando se realizó el sorteo de la serie, se avanzó aún más en las precauciones. Si bien no hubo barbijos, tanto los integrantes de los equipos como los asistentes de la prensa estuvieron alejados. Los periodistas se sentaron a una distancia no menor a 3 metros entre ellos y no pudieron acercarse a los jugadores, después de realizado el sorteo. Sin público y con el único aliento de su cuerpo técnico y compañeros, la serie se desarrolla con la normalidad que la amenaza lo permite.
Algo similar y tal vez más acentuado ocurre en la ciudad de Miki, Japón, en donde el seleccionado de tenis local recibe la visita de su similar ecuatoriano. Allí también el Ministerio de Salud local tomó intervención ni bien conocidos los primeros casos de coronavirus en los países cercanos. La federación nipona no iba a poder solicitar una postergación, algo que tampoco quería la ITF, por lo que se acordó con los responsables de salubridad garantizar las condiciones sanitarias para que se dispute la serie. Por tal motivo, se anunció que se disputaría a puertas cerradas y se le solicitó a la federación ecuatoriana que lo comunicara en su país para evitar que llegasen aficionados para alentar o presenciar una serie en un estadio, cubierto, al que luego no podrían ingresar.
Para ese momento, el mundo ya había empezado a tomar sus recaudos y Estados Unidos, donde la semana próxima se disputará el Masters 1000 de Indian Wells, una de las citas más importantes del calendario, y posteriormente el de Miami, ceñía más los controles migratorios para personas procedentes del este asiático. Si bien los norteamericanos sólo se manifestaron acerca de pasajeros procedentes de China (no les permiten el ingreso), los japoneses son uno de los pueblos que más afectados tiene. Por tal motivo, 24 horas antes de que se realizara el sorteo de la serie Japón-Ecuador, el tenista nipón Yoshihito Nishioka le informó a su capitán que prefería no arriesgar su participación en los torneos estadounidenses y que, por eso, no disputaría la competencia.
Tampoco la máxima figura del tenis de su país disputa la serie. Kei Nishikori alegó que no había superado sus problemas físicos y quedó al margen del Play Off. No obstante están medidas, los recaudos fueron aún más lejos y llegaron hasta el rectángulo mismo de competencia. La costumbre hace que, para agilizar los partidos, haya ballkids en el escenario, quienes se encargan de recoger las pelotitas, alcanzarlas y asistir a los jugadores con bebidas y toallas.
El nivel de prevención es tal, que los ballboys hacen su tarea con guantes de látex, no se les permite el ingreso a la cancha sin ellos, mientras que para el caso lo que respecta a las toallas, se evita que los recogepelotas no entren en contacto con ellas. La federación japonesa dispuso que los chicos reciban y le alcancen al jugador los lienzos en una pequeña canasta rectangular. Así, cuando el jugador la recibe, se la lleva y la deja en un rincón sobre una silla o bien en su banco, en los cambios de lado.
Mientras esto ocurre en los países en donde se están disputando los Play Off de Copa Davis, la ciudad de Miami suspendió, hace 24 horas, el festival Musical Ultra Electronics que se desarrolla a fines de marzo de cada año, para evitar las aglomeraciones y la posibilidad masiva de contagios. Esto puso en el foco del mundo del tenis al Miami Open, que se disputa en la misma fecha.
Aunque los organizadores (IMG) sostienen que el Masters 1000 no corre ningún riesgo ni está comprometida la participación de los tenistas, se ha abierto un compás de espera. Por el momento, las autoridades locales han tomado mayores precauciones sanitarias y están ajustando los controles de detección temprana de posibles infectados.
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