Por Carlos Ilardo
Los protocolos de seguridad por los avances de la enfermedad coronavirus 2019 también llegaron al mundo de los escaques y trebejos. De manera inesperada, uno de las principales competencias que organiza la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), el Torneo Candidatura, programada para el 15 de marzo próximo en la ciudad de Ekaterimburgo (Rusia) se encuentra bajo un jaque de reservas e incertidumbres por la presencia de dos jugadores chinos.
China es actualmente la 3ª potencia en el juego de ajedrez, detrás de Rusia y Estados Unidos; más de un millón de chinos practican el ajedrez de manera federada y casi un centenar de ellos participan en competencias en los cinco continentes. Justamente, dos de sus mejores representantes, Liren Ding (N°2 del mundo) y Hao Wang (N°11) lograron la clasificación al ciclo Candidatura, por sus actuaciones en la Copa del Mundo 2019 y el Grand Suizo Isla de Man, respectivamente.
El torneo de candidatos “al título”, se trata de una prueba que la FIDE organiza desde 1950 (la 1ª edición se realizó en Budapest); en esta ocasión, programada entre el 15 de marzo y el 3 de abril próximos, en los salones del hotel Hyatt Regency, reunirá a ocho grandes maestros que por sistema de doble liga, todos contra todos, se enfrentarán para determinar al nuevo aspirante a la corona mundial, en poder del noruego Magnus Carlsen. Además de los chinos Ding y Wang, también tomarán parte del certamen los rusos, Ian Nepomniachtchi, Alexander Grischuk y Kirill Aleseenko, el azerbaiyano, Teimour Radjabov, el holandés Anish Giri y el norteamericano Fabiano Caruana.
“Pese a la implementación extensiva de medidas de control, la epidemia en curso de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) es devastadora”, aseguro la revista médica The Lancet hace algunas horas. Los casos y la cantidad de países afectados por el virus que se inició en Wuhan (capital de la provincia de Hubei en China) alcanzó a más de 90.000 personas infectadas en más de 60 países, y con más de 3000 muertos hasta el momento. La pandemia, que posiblemente anuncie en las próximas horas la OMS, amenaza con convulsionar los distintos ámbitos sociales, incluso el deporte (los Juegos Olímpicos, en julio próximo en Japón podrían cambiar de sede) y ahora, el ajedrez.
Lamentablemente los escuetos comunicados de prensa de la FIDE, la falta de respuestas a la prensa y las posteriores acciones que toman sus dirigentes, en lugar de aclarar, oscurecen. Se sabe que el titular de la federación, el ruso Arkady Dvorkovich (visitó la Argentina en agosto último) es un hombre ligado al deporte, y al riñón del presidente Vladimir Putin. Trabajó para el gobierno y fue director del Mundial de Fútbol Rusia 2018. Desde su llegada a la FIDE trabaja detrás de un sueño: la inclusión del ajedrez en los Juego Olímpicos. Incluso trasladó la sede de la FIDE a la ciudad de Lausana junto al COI. Sin dudas que la jugada de organizar al torneo Candidatura se trata de una gran apuesta personal y patriótica. Se sabe que el ajedrez es utilizado como un complemento más de la acción diplomática de Rusia en el exterior. Pero el temor está latente.
Por lo pronto, Moscú ordenó el cierre de la frontera (4250Km), y la suspensión de los enlaces ferroviarios y vuelos chárter con su vecino país. Además, según informó Tatiana Golikova, Ministra de Salud en Rusia, desde el pasado 20 de febrero, la entrada de pasajeros de la República Popular China fue suspendida temporalmente a esa región; la prohibición afecta a los ciudadanos chinos que viajan con fines privados, educativos, laborales y turísticos. La prohibición no alcanza a las visas oficiales, comerciales y humanitarias. Los representantes chinos que participarán del torneo Candidatos recibieron ésta última, que alcanza fines deportivos, culturales o científicos. Otra curiosidad para comprender el temor de los cuidados es que el Cónsul chino en Ekaterimburgo, Tsui Shao Chun, pese a su condición de diplomático también fue puesto en cuarentena.
Desde el país asiático, la Asociación de Ajedrez planificó que sus jugadores llegaran a Rusia a partir del 1 de marzo (dos semanas antes del inicio de los juegos), pero ante la presión de autoridades rusas es probable que hayan anticipado el viaje y que ya estén sometidos a una cuarentena obligatoria y alojados en una casa de campo, en las afueras de Moscú, con asistencia médica permanente. Pero no existe un comunicado oficial con los detalles.
En el caso particular de los ajedrecistas chinos, es más grave la situación de Ding Liren (favorito junto a Caruana para ganar el certamen) dado que su lugar de residencia Wenzhou (cuyos habitantes están en cuarentena, y se registraron casi mil casos de personas hospitalizadas por el virus) se encuentra a 800Km de Wuham, el epicentro del coronavirus.
“Estuve bajando las escaleras y caminando por el edificio, pero no salí a la calle. Para eso, debes informar al gerente del edificio y te medirán tu temperatura” comentó hace algunos días, Liren, a través de sus redes sociales, y agregó, “planeaba entrenar junto con mis segundos, pero ahora sólo nos queda la posibilidad de comunicarnos por Internet”.
En tanto, Wang Hao sólo vio alterada su preparación para la competencia, dado que se encontraba en Japón cuando se conocieron los primeros casos de la infección y se le impidió retornar a Pekín y fue obligado a viajar directamente hacia Moscú, sin entrenadores ni el material de estudio que había dejado en su hogar en China.
“Había logrado crear un equipo de trabajo y planeaba un campamento de entrenamiento, pero el presupuesto de la federación y el patrocinador se basaron en mantenerlo en Pekín, y ante mi imposibilidad de regresar tuve que cancelarlo”, dijo Hao en una entrevista.
Sobre casos que afectaron directamente a jugadores chinos, hasta el momento sólo es conocido el del maestro Wei Yi, de 20 años, que frente a los primeros síntomas desertó de su participación en el torneo de Praga que arrancó el pasado 11 de febrero. En tanto, como medida de seguridad, la ajedrecista china Zhao Xue fue excluida su invitación del torneo Grand Prix de mujeres que comenzó en Suiza, el último domingo.
La política de protocolo de seguridad médica no se detiene, y para ello preparó: estaciones de evaluación para todos los asistentes al congreso; entrega de desinfectantes para manos en base de alcohol para todos los delegados; máscaras N95 para los participantes a la conferencia; la sala de reuniones cuentan con circulación de aire y entradas de aire fresco; en las salas de reuniones debe haber suficientes separación física entre las personas; en los descansos para tomar café o ingerir comidas, se realizan medidas para evitar el hacinamiento y el contacto personal. Se aconseja también, el lavado de manos, la práctica de higiene respiratoria, y eludir los saludos de mano, besos entre los presentes, y evitar pasarse las manos por los ojos, nariz y boca.
¿Sería posible llevar a cabo este protocolo en un certamen de ajedrez? Los jugadores tienen por ritual y está dentro del código de ética, el saludo al comienzo de las partidas; estrechan sus manos también al final del juego. No tienen un contacto físico extremo, pero toser o estornudar es algo posible que suceda durante un juego que puede extenderse por más de cinco horas. Los jugadores capturan con sus manos las piezas que tocó su rival, y en la mayoría de los casos, la postura de los ajedrecistas es con sus manos sobre su cabeza, boca o cara.
Más allá de la situación extrema de la salud, en lo que se refiere al plano deportivo, los aficionados esperan con gran ansiedad el comienzo del certamen Candidatura, previsto para el 15 de este mes. Muchos especialistas son coincidentes en el pronóstico que los casi siete años de reinado de Carlsen (ganó el título mundial ante el indio Anand, en noviembre de 2013) podrían estar amenazados seriamente por el avance arrollador del chino Ding. Acaso por ello, el mundo del ajedrez aguarda impaciente que éste resulte vencedor del torneo en Rusia y se consagre en el aspirante oficial al título del noruego. Un match entre los dos mejores ajedrecistas del planeta, con la corona mundial en juego, despertaría el interés de neófitos y entendidos. Pero la aparición de la nueva enfermedad puso en jaque a los organizadores; el coronavirus amenaza con patear el tablero y relegar a los aficionados de su gran sueño.