El doblete con el que hizo historia para River en la final de la Libertadores 96 ante América de Cali catapultó a Hernán Jorge Crespo a la gloria y el fútbol europeo. Valdanito construyó una carrera profesional en Italia e Inglaterra vistiendo la camiseta de equipos de elite y también de la selección argentina, con la que disputó tres eliminatorias y posteriores mundiales (1998, 2002 y 2006) más la Copa América de 2007.
Su devoción por el fútbol lo llevó a tomar la decisión de convertirse entrenador tras un regreso frustrado al fútbol argentino, más precisamente al Millonario, donde se formó como futbolista y debutó como profesional.
“Siempre estuve cerca de River desde que me fui en el 96 pero nunca me interesó aparecer y contar las cosas que hice en función a River. Era satisfacción personal y nada más”, declaró hace algún tiempo el hoy entrenador de 44 años que visitará por primera vez el Monumental desde su nuevo rol dentro de su deporte predilecto. Anteriomente sólo había pisado el estadio Antonio Vespucio Liberti con partidos en el combinado nacional.
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A horas de enfrentar a River con el buzo de DT de Defensa y Justicia, válido es repasar por qué se truncó su vuelta como jugador e la institución de Núñez.
En la temporada 2010/2011 con un Parma que finalizó en la mitad de la tabla en la Serie A disputó 29 encuentros y convirtió 9 goles. La entidad italiana le ofreció renovar su vínculo pese a su avanzada edad (36 años) pero él se negó porque tenía decidido volver a Argentina: “Dije que quería ir a River y me vine sin que nadie me llamara. Llamé a Passarella y le avisé que estaba en el vestuario, que quería hablar con él. Daniel me dijo que también quería hablar conmigo y nos encontramos”.
Pero el careo terminó siendo poco feliz: “Me dijo ‘¿tenés 300 mil dólares para el fideicomiso?’. Le respondí ‘Mirá, Daniel, no’. Me di vuelta y me fui. Agarré a mi señora y le avisé que nos ibamos al día siguiente. ¿Si dolió? Sí me dolió, era la satisfacción de volver”.
Crespo reveló detalles de esta historia años después y aseguró que optó por el silencio en aquel momento para evitar un peor escarnio público de un Passarella sobrepasado por las críticas como presidente del club justo en ese 2011 en el que River descendió. El Kaiser lo había mencionado como posible incorporación junto a otros ex y había generado el interés del punta del Parma. Para afrontar la temporada en la B Nacional, repatrió a Fernando Cavenaghi y el Chori Domínguez y más tarde sumó a un hincha confeso como David Trezeguet, quien transitaba sus últimos días como jugador.
Todavía no se había consumado el retroceso de categoría del equipo conducido por JJ López cuando Crespo viajó a Argentina para encaminar su retorno y buscar casa y colegio para sus tres hijas. Fueron diez días de espera sin que su celular sonara. Entonces se comunicó con Matías Almeyda, todavía futbolista, quien le recomendó acudir directamente a un entrenamiento. Recién así pudo dar con el paradero del ex mandatario millonario.
Completamente desilusionado regresó a Italia con la idea de retirarse, pero el presidente del Parma lo convenció de continuar una temporada más. Renovó vínculo por un año pero apenas aguantó seis meses más con los botines puestos (quedó a seis tantos de los 100 en el equipo italiano en el que es máximo goleador). Al mismo tiempo que empezó a perfeccionarse como entrenador (debutaría oficialmente con el Módena en 2016) lanzó críticas contra Passarella, se mostró aliviado por la asunción de Rodolfo D’Onofrio y se puso a disposición de Enzo Francescoli, ex compañero en River y manager de la institución.
El destino puso frente a frente a Crespo y River, a Crespo y Marcelo Gallardo, hace poco más de un año en cancha de Banfield, cuando el Millonario visitó al Taladro por la fecha 19 de la Superliga. Fue un 1-1 con sabor a poco para ambos y con chispas entre los técnicos.
Fue el anfitrión el que comenzó mejor el cotejo haciendo revolcar a Franco Armani en un par de oportunidades hasta el corte de luz que produjo un parate de 18 minutos cuando promediaba el primer tiempo. El Muñeco entendió que el desajuste había sido obra de su colega porque tenía jugadores que necesitaban ir al baño y en pleno campo de juego lo increpó, aunque Crespo se desentendió del asunto.
“Me parece que fue adrede. Sé que Crespo lo tomó en joda y le restó importancia pero desestabilizar con una pavada así no me convenía a mí ni al espectáculo. Quedó en el pasado eso de hacer estas cosas. A Hernán hace mucho que no lo veo pero vivimos un montón de cosas juntos y está todo bien. Me enojé porque creo que esas cosas no deben pasar en el fútbol argentino, no suman para nada”, se desquitó Gallardo en conferencia.
Pero en la vereda opuesta también echaron sus cartas sobre la mesa: “Me acusó a mí de apagar la luz y yo no soy electricista. ¿Que había gente que quería ir al baño? Sí, pero muchas veces hay gente que ve fantasmas donde no los hay. Creo que Marcelo más bien estaba preocupado por cómo estaba jugando Banfield y que no nos podían parar. Es un estratega, sabe cómo manejarse dentro y fuera de la cancha. La tiró... pero se encontró del otro lado a uno al que no se le mueve un decibel”.
Esta tarde noche el irreverente Defensa y Justicia de Crespo pondrá a prueba al mejor equipo del fútbol argentino. Será un partido con sensaciones y emociones encontradas para él.
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