Allí donde termina el asfalto y los pastizales invaden las zanjas del barrio Martín Fierro se despidió a Braian Toledo, el reconocido atleta que fue finalista en los Juegos Olímpicos de Río. Una bandera argentina descansaba junto a su cuerpo a los pies de Jesucristo, quien en su mirada entristecida también se lamentaba la pérdida del joven, de 26 años.
Los vecinos de Marcos Paz se acercaron a la casa de la calle José Carlos Ingenieros para despedir al héroe local. “Siempre lo veía caminar por el pueblo con una tranquilidad increíble. No podía creer que nos represente en lugares tan lejanos. Festejamos su medalla como propia y ahora teníamos mucha ilusión con lo que iba a hacer en Tokio”, le dijo a Infobae Gustavo, uno de los tantos amigos de Braian que recuerda la coronación de Toledo en los Juegos Olímpicos de la Juventud disputados en Singapur.
Un Fiat Uno sin neumáticos cargado de tierra y un Volkswagen Gol que va camino al mismo destino de abandono formaron parte de la dramática escena que se fue oscureciendo con el transcurso de la tarde. El polvo en el aire se disfrazó de una niebla silenciosa que se mezcló con el quejido de una voz rota de un ser querido que no pudo contener el llanto.
“Nadie esperaba que pase esto. Cuando volví del trabajo y me enteré no lo pude creer. Estamos todos muy dolidos porque él puso a Marcos Paz en el mapa. La verdad es que tendrían que hacer algo con ese lomo de burro, porque fue una tragedia lo que pasó”, continuó el vecino en un relato que intercaló la pena, la indignación, bronca y desazón. “En Marcos Paz somos todos como una familia. Vivimos todos muy cerca y cada vez que lo veía trataba de no molestarlo. Pobre muchacho, yo quería que tenga intimidad”, agregó Eduardo, otro de los presentes.
Con el deseo en vano de contener sus lágrimas, Jennifer Dahlgren también viajó hasta el pueblo natal de Toledo para despedir a su amigo. “Estuvo en casa el martes y el viernes lo fui a ver al Cenard. Hablamos del año difícil que habíamos tenido en 2019 porque los dos pasamos por el quirófano. Yo le decía que me quería preparar para mi último Juego Olímpico y él me cargaba porque él todavía tenía un par más. Estaba súper motivado con Tokio, pero esta noticia nos destruyó”, dijo la atleta que se destaca en lanzamiento de martillo.
Para Jenny, “su legado hay que buscarlo en el A pesar de”… Como lo explicó en medio de un llanto contenido, “a pesar de haber nacido en un lugar tan humilde, de las dificultades y las lesiones; él siempre salió adelante”. “Siempre se preocupaba por el otro y cuidaba mucho a las amistades. Nos decía que teníamos que hacer más asados”, continuó la deportista que estuvo acompañada de Walter Pérez, Paula Pareto, Gerardo Werthein y Germán Chiaraviglio.
Justamente, el experimentado atleta que se dedica al salto con garrocha destacó la faceta solidaria de Toledo: “Nunca se notaron las carencias que tuvo en la forma de dirigirse hacia los demás. Fue un ejemplo. Cada dos por tres iba en bicicleta a lugares carenciados para preguntar qué necesitaban y después se movía para poder conseguirlo. Siempre impulsaba a que lo ayuden a ayudar. Y así consiguió un montón de cosas. En su corta edad vivió todo lo que quería. Fue un deportista olímpico muy querido”.
En la misma sintonía, otro de los vecinos que quiso darle el último adiós a su ídolo reconoció la “humildad que tenía Braian”. “Su historia es muy conocida, pero la verdad es que fue una fuente de inspiración para las nuevas generaciones. Para mí es un héroe porque muchos se pueden sentir identificados con la vida que tuvo. Él demostró que todo es posible”, subrayó Eduardo sin olvidar los gestos que tenía con el barrio: “Siempre dejaba regalos en la radio de acá para que sorteen entre los vecinos. Creo que su figura de héroe se va a agrandar después de lo que pasó”.
Mientras se formaban largas filas para darle el último adiós a Toledo, dos chicas cargadas de dolor y desesperanza no podían encontrar explicación a lo sucedido. Para ellas la muerte caló profundo porque lo conocían a Braian desde la infancia. “Entrenábamos en el club donde él empezó a practicar con la jabalina. Nosotras en ese momento jugábamos al vóley. Fue un chico que se superó siempre con una humildad y un respeto increíble. Creo que la palabra que lo define es la de guerrero, porque siempre luchó ante la adversidad”, aseguró Camila. “Me acuerdo cuando vinieron a hacerle una entrevista por primera vez. No lo podíamos creer. Y después de eso siempre siguió siendo el mismo”, agregó Soledad. Para ellas el nombre de Braian Toledo permanecerá tatuado en la memoria colectiva de un pueblo que perdió a su ídolo. “A mi hermanito le daba vergüenza saludarlo porque lo veía como un héroe, y cuando se lo comentaba a Braian, él se reía y se acercaba a él para saludarlo”, recordó Camila.
Otra de las mujeres que no pudo ocultar su tristeza fue Mónica, una de las responsables de la ONG Arriba Los Pibes, en la que Toledo colaboraba en silencio. “Recuerdo esa sonrisa, que era dura de sacar porque siempre estaba muy serio. Los chicos lo admiraban mucho, porque era mágico”, dijo en diálogo con Infobae y remarcó que “en cada abrazo siempre se sentía el latido de su corazón”.
“El legado que nos dejó se llama Siempre se puede. Él decía que hay que saltar las barreras para poder llegar, porque nunca hay que desistir, ni bajar los brazos. Ya no quedan personas con esa calidad humana. Braian era un ángel muy especial”, aseguró.
Poco a poco las luces se fueron extinguiendo y los vecinos se fueron alejando. Las cámaras de televisión se apagaron y el silencio se instaló definitivamente en Marcos Paz. Como lo resumió Jennifer Dahlgren, “su ausencia se sentirá mucho más allá de Tokio. Hay muchas familias que están de duelo: la familia olímpica, la familia de Marcos Paz, su familia íntima y sus amigos. Braian fue un pibe muy querido”. Que en paz descanse.
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