Sus ojos cristalizados por las lágrimas, su elegante traje oscuro y su voz quebrada fueron los primeros aspectos que resaltaron en Gerardo Werthein, el titular del Comité Olímpico Argentino que todavía no puede entender la trágica noticia que lo despertó en la madrugada del jueves.
Aún pide disculpas a todos los medios que intentaron comunicarse con él cuando se enteraron de la muerte de Braian Toledo, el reconocido atleta que fue finalista en Río 2016 y tenía las esperanzas de subirse a un podio en Tokio 2020. “Esta mañana cuando me llamaron para avisarme del accidente no lo podía creer. Braian estuvo con nosotros el jueves pasado en el campus del Dakar 2020 (la actividad que se desarrolla en el Cenard con las promesas que participarán de los Juegos Olímpicos de la Juventud en la ciudad senegalesa). Esta noticia fue un golpe, porque es un chico que quiero mucho. Lo conozco desde pichón. Lo vimos crecer. Vimos todos sus logros, pero además de ser un excelente deportista era un campeón de la vida. De los valores, de la humildad, de la generosidad, de la modestia, de la solidaridad… un ejemplo. Siempre pensaba en ayudar. Empezó muy de abajo, cuando vivía en una casilla con su mamá y sus hermanos en un barrio muy humilde”, fueron las primeras palabras que deslizó el titular del COA en el diálogo que mantuvo con Infobae.
Las anécdotas y las vivencias que protagonizó junto con el joven de Marcos Paz fueron los primeros recuerdos que compartió Werthein, todavía compungido por la muerte del atleta de 26 años. “Me acuerdo que una vez, después de la medalla que había ganado en Singapur (en 2010 cuando Toledo era un adolescente de 16 años), estábamos visitando Concordia un domingo por la mañana. Era un potrero que hoy es un centro de alto rendimiento. El termómetro marcaba un grado bajo cero y había unos 30 chicos lanzando la jabalina. Cuando les fui a preguntar a esos chiquitos qué hacían ahí con tanto frío, me dijeron que querían ser como Braian. Ese es el legado que nos dejó”, remarcó.
Naturalmente, la historia de superación del deportista es otro de los aspectos que permanecerán en la memoria colectiva. Como lo expresó el propio Werthein, “Braian fue una persona muy generosa”. “Siempre que lo llamábamos estaba disponible para lo que sea. Estuvo muy presente en los Juegos de la Juventud del 2018 (organizados en Buenos Aires), donde les dio coaching a todos los jóvenes y les contagió su fuerza. Les transmitió su propia experiencia, porque se preparó mucho desde siempre. Estudió varios idiomas, se fue a entrenar a Europa, trabajó en Finlandia en un lugar totalmente desconocido, cambió su biomecánica y su físico. Tuvo un gran entrenador como (Gustavo) Osorio, que es un gran preparador de deportistas. Él también forjó su personalidad”, agregó el directivo que también es miembro del Comité Olímpico Internacional.
El silencio que invadió a la casa olímpica ubicada en la calle Juncal reflejó el sentimiento compartido que dejó el fallecimiento de Toledo. Su espíritu de lucha permanecerá encendido como la llama de la antorcha olímpica que ilumina a todos los deportistas del mundo. “Con la ayuda del Enard, sus sponsors y la municipalidad fue creciendo mucho hasta que pudo construir su casita al lado de la casilla de donde vivía cuando era chico. En su vida siempre estuvo el sacrificio, por eso su mamá pidió que lo velaran en su hogar, donde nació, con su gente y su familia. También hemos decidido cubrir su féretro con la bandera olímpica como homenaje a todo lo que representa. Él es el ejemplo de valores y de todas las cosas buenas que representa el movimiento olímpico. Queremos que su recuerdo permanezca por siempre porque es nuestro hijo que ha representado la gloria y nos deja un legado muy importante. Es alguien a quien hay que imitar”, agregó Werthein.
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Como el dolor sacudió al ambiente deportivo y en las redes sociales se expresaron todos los atletas que compartieron la delegación albiceleste en las ediciones anteriores de las citas olímpicas, el titular del COA aseguró que mantiene un diálogo fluido con muchos deportistas para acompañarlos en la pérdida. “Fue una mañana difícil porque era todo llanto. Nadie lo podía creer. Cuando decidimos comunicarlo oficialmente, que era nuestra obligación, se generó una gran consternación”, aclaró el dirigente.
“Braian era un chico muy querible. Cada vez que te veía, te daba un abrazo. Yo le tenía decir que abrace despacito porque nos podía romper. Y si te daba la mano, también era preferible que te choque con el puño, porque era increíble la fuerza que tenía. Era muy cariñoso y muy cálido. Nos queda un recuerdo enorme de él, pero también nos inunda una gran tristeza. Los que creemos en Dios y miramos el cielo, aún no encontramos una explicación. No sabemos cómo puede ser que un chico tan sacrificado tenga este desenlace. Vamos a acompañar a toda su familia porque su madre, como nosotros, está muy desgarrada”, aseguró.
Antes de despedirse, el titular del COA se tomó el tiempo para revivir otra anécdota que describe la personalidad de Braian: “Recuerdo que cuando comenzó en Marcos Paz no tenían ni una corredera y nos vino a pedir si por favor podíamos construir una para que pueda tirar la jabalina. La hicimos y pusimos un alambre como límite, pero tenía tanta fuerza que cuando la lanzaba, lo pasaba por varios metros”.
Al ser miembro del Comité Olímpico Internacional y Toledo estaba clasificado para la competición que se desarrollará en Tokio entre el 24 de julio y el 9 de agosto, se instaló la posibilidad de observar un emotivo evento en honor al atleta argentino en la capital asiática. Sin embargo, para eso todavía hay tiempo. “Todo pasó muy rápido y ayer resolvimos hacer este homenaje, porque él merece despedirse envuelto en la bandera olímpica, que fue por lo que luchó toda su vida. Hoy todos tenemos un grado de parálisis, porque todavía nos cuesta digerir esta noticia. Ahora hay que apoyar en el dolor, el sentimiento y reconocer a alguien que hizo tanto por nosotros y toda la Argentina”.
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