En las tribunas del Cilindro todavía retumba el eco del grito de gol que generó la euforia generalizada. La emoción que se vivió en el clásico de Avellaneda tiene un responsable: Marcelo Díaz.
El volante chileno fue el autor del único tanto que sirvió para que Racing consiga una victoria histórica frente a Independiente. “Creo que se va a recordar año a año, pero por cómo se dio el partido. Estábamos con dos jugadores menos corriendo todas las pelotas, luchando como enfermos de la cabeza porque teníamos una ilusión y un objetivo claro que era ganar; y afortunadamente lo pudimos hacer y qué mejor que de esta forma", dijo el mediocampista en diálogo con TyC Sports.
“Tengo considerado que voy a tener que celebrar todos los 9 de febrero. Cuando estás jugando no le tomás dimensión a las cosas que suceden, pero es increíble lo que generó y va a generar este partido. Estaba con Juan Carlos Rulli y que un veterano de tal talla te diga que este partido va a ser recordado en la historia del hincha es para emocionarse y te hace sentir la importancia”, agregó.
Con relación al gol que permanecerá tatuado en el corazón de la Academia, el Chelo dio detalles sobre cómo fue que se reveló a los pedidos del técnico. “A Lolo (Miranda) no le grité. Es tan inteligente que ya me había visto. Juega con la cabeza tan en alto que ya sabe lo que va a pasar. En el momento que Darío (Cvitanich) la agarró, Lolo vio el reflejo de una camiseta y la dejó pasar. Eso muchas veces marca la diferencia”, explicó.
Mientras tanto, en el programa radial ¿Cómo te vaa, Benedetto? emitido por Del Plata (AM 1030), el ex Defensa y Justicia que habilitó a su compañero sin tocar la pelota completó la intimidad de la jugada: “Nunca me di cuenta que el que venía atrás mío era Marcelo Díaz. Fue una milésima de segundo. Solo vi una camiseta blanca y la deje pasar”.
—¿Me gritaste cuando llegaste al área?— le preguntó el Lolo a su compañero después de celebrar el tanto, cuando estaban en las duchas del vestuario.
—Amigo llegué hasta ahí y no me daba ni para hablar— le respondió el chileno.
Aquella conversación festiva que se dio en la zona de camarines se dio porque Díaz tenía la orden de no cruzar la mitad de la cancha para defender el arco de Javi García. “Yo era el jugador que tenía que mantener más el equilibrio sin pasar al ataque. Sebastián (Beccacece) le dio indicaciones a Miranda para que los avisarle que los únicos que podían desprender eran (Walter) Montoya, Darío (Cvitanich) y él. Entonces, cuando me lo comentó le dije ya estamos entregados, vamos todos al ataque. Estábamos con 8 de campo y esa era las ganas que teníamos todos de ganar. Yo lo reflejé así porque tenía la convicción tremenda de que podíamos dar la estocada final”, reveló.
Uno de los aspectos más llamativos que se viralizó en los últimos días fue el hecho de que el jugador haya comido una banana mientras se disputaba el partido. “Normalmente siempre como una en el entretiempo, pero como en este partido estábamos con 9 y teníamos que correr mucho, la energía se te va yendo y cuando se paró el partido mandé a pedir una para llenar el tanque y seguir corriendo. Estaba muy concentrado, muy metido en lo que tenía que hacer, pero necesitaba energía”, argumentó el Chelo y cerró la nota con una comparación analítica sobre lo que hubiera pasado si la situación hubiese sido a la inversa: “Nosotros hubiéramos ido a buscar el arco como locos si era al revés. Hemos entrenado superioridad numérica e inferioridad numérica. Los hubiéramos atacado por todas partes, la pelota se iba a terminar metiendo como fuese. Racing no lo perdía si éramos 11 contra 9”.
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