Fue casi imperceptible. Una milésima de segundo. Pero en tiempos de tecnología es inevitable no hacer hincapié: la pelota pegó en la mano de Darío Cvitanich durante la jugada previa al gol de Racing que determinó el triunfo en el clásico de Avellaneda ante Independiente.
Cuando Walter Montoya le pega con fuerza a la pelota para lanzar el centro, Cvitanich –mientras forcejea con su marcador– intenta correrse pero el balón le pega en la mano y se le amortigua justo para dar el pase atrás que culmina con la anotación de Marcelo Díaz. Es una clásica “mano de VAR”, muy compleja para ver en el momento, pero que debió ser sancionada con una falta a favor del Rojo.
La reglamentación indica que las manos en ofensiva que finalizan en gol, generación de un ataque peligroso o cambio de posesión, serán sancionadas sí o sí por más que el jugador atacante lo haya cometido de manera accidental. La Regla 12 del Manual FIFA habla de que se debe penalizar la acción en la que el jugador consiga una posesión después de que la pelota toque en la mano o en el brazo –“incluso si se produce de forma accidental”– y marca el gol en la portería adversaria.
“Es de esperar que aquel jugador que toque el balón con la mano sea penalizado si recupera la posesión del balón y, de este modo, se beneficia de la acción. Por ejemplo: al acabar marcando un gol o generando una clara ocasión”, señala el reglamento 2019/20 de la IFAB. De esta manera, no se puede ganar un gol que provenga de una mano.
De esta manera, el gol que definió el clásico en el Cilindro correspondiente a la 19ª fecha de la Superliga debió ser anulado por esta acción previa.
El reglamento en estos casos es contundente, pero también es una maniobra compleja para la terna arbitral: Cvitanich estaba de espaldas a Loustau y el juez de línea tiene parte de su visual tapada por otros futbolistas.
Fue un clásico difícil para la terna, ya que debió mostrar cuatro tarjetas rojas: dos a futbolistas de Racing (Gabriel Arias y Leonardo Sigali) y dos a hombres de Independiente (Cecilio Domínguez y Lucas Romero).
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