“Son momentos; son decisiones”, es la frase que suele evocar Miguel Ángel Russo en las conferencias de prensa. El entrenador de Boca no deja títulos y considera elemental mantener el perfil bajo pero la procesión va por dentro. Pasó de la impotencia por jugar con 10 casi todo el partido y las dudas que dejó su equipo ante Independiente a la cuota de confianza obtenida en Córdoba con el triunfo ante Talleres. Y ahora se ilusiona luego de conseguir el primer triunfo de local. Es cierto, ante un rival de menor fuste que llegó con suplentes después de jugar en la altura de La Paz. Pero Boca obtuvo lo que necesitaba: ganar y echarle la presión a River.
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El estratega xeneize superó el mes de trabajo con el plantel y ya evaluó sus piezas en cinco encuentros (teniendo en cuenta los dos amistosos preparatorios de principios de año). Se va dando cuenta de quién sí y quién no. Se convence de lo que está funcionando y piensa cómo mejorar el funcionamiento de una maquinaria a la que todavía le falta mucho aceite.
Hay muy poco (o nada) de margen de error en los próximos cuatro partidos y el objetivo de mínima será llegar con chances a la última jornada de la Superliga ante el Gimnasia y Esgrima La Plata de Diego Maradona. Pero en el seno interno reina la ilusión de arrebatarle el título de Superliga a River.
¿En qué se basa Russo para apostar a pelearle el título al equipo de Gallardo?
1. EL CRECIMIENTO DE EQUIPO CON CAMPUZANO DE EJE
Por el momento el fútbol del Boca de Russo no varía mucho del de Alfaro, aunque está claro que le ensanchó la espalda a un Jorman Campuzano que viene siendo amo y señor del mediocampo y fue la gran figura del partido ante los tucumanos. La dinámica del colombiano aporta esa cuota de oxigenación a la zona media tan necesaria para las transiciones rápidas a las que apunta el DT.
Que sus dos centrodelanteros hayan convertido es una gran noticia (incluso Carlos Tevez también había inflado la red la fecha pasada) y el técnico buscará la regularidad de los otros miembros del mediocampo: Sebastián Villa y Eduardo Salvio no estuvieron lúcidos como el fin de semana pasado y Pol Fernández todavía no termina de asentarse.
Una alarma: da la sensación de que Boca es más frágil en las pelotas paradas en defensa. Perdió de arriba con Independiente, sufrió el descuento con Talleres por esa vía y perdió en reiteradas ocasiones contra el Decano. Es uno de los aspectos a corregir.
2. LOS REFUERZOS PARA LA RECTA FINAL
Russo lo anticipó en la conferencia post partido: la semana que viene volverán a estar disponibles Esteban Andrada y Mauro Zárate, ya recuperados de sus sendas lesiones. Y además retornará Nicolás Capaldo tras su participación con la selección argentina en el Preolímpico Sub 23 en el que el conjunto dirigido por Fernando Batista se consagró campeón y se clasificó a Tokio 2020.
En principio, solamente el arquero recuperaría la titularidad, ya que si bien MZ19 arrancó contra Independiente desde el minuto cero sería llevado de a poco. Lo mismo ocurriría con Capaldo, uno de los puntos más altos de Boca el año pasado. Habrá que ver en qué posición lo piensa Russo: si ocupando el rol de Pol Fernández (por delante de Campuzano) o como rueda de auxilio por la banda derecha en lugar de Salvio, de características más ofensivas.
3. EL FIXTURE ACCESIBLE
Es cierto que River tiene un partido de ventaja (completará esta noche ante Unión en Santa Fe), pero los de Gallardo después chocarán con dos conjuntos durísimos como el Banfield de Julio César Falcioni y el Estudiantes de Gabriel Milito, Mascherano y compañía. Cerrará de local con el impredecible Defensa y Justicia de Hernán Crespo y tratará de dar la vuelta en Tucumán, justamente ante el Atlético del Ruso Zielinski.
Boca ahora se preparará para visitar a Central Córdoba en Santiago del Estero, rival que está peleando por la permanencia, el próximo domingo por la noche, y luego recibirá en la Bombonera a Godoy Cruz (el equipo que más perdió en lo que va del certamen con 15 derrotas en 18 cotejos). Por último visitará a Colón en Santa Fe y concluirá su participación con Gimnasia en la Ribera, dos oponentes que también están luchando por la permanencia.
Boca deberá sacar 12 de 12 y permanecer al acecho de un traspié de un River que, a priori, tiene un panorama apenas más complicado que el de su eterno rival.
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