Boca consiguió el primer triunfo oficial de la era Miguel Ángel Russo ante Talleres en Córdoba, donde Sebastián Villa fue uno de sus hombres destacados. Con una corrida memorable y la definición que pedía la jugada tras el contragolpe que surgió en las manos de Marcos Díaz y fue pergeñado por Eduardo Salvio, el colombiano abrió el camino para el triunfo Xeneize en el estadio Mario Alberto Kempes. Su velocidad máxima está a la altura de los grandes atletas del deporte.
Ya lo había mencionado Gustavo Alfaro durante su estadía en la Ribera, cuando lo comparó nada más ni nada menos que con el francés Kilyan Mbappé, que hizo sufrir a la selección argentina con sus arranques durante el encuentro por los octavos de final del Mundial de Rusia. Y Villa no solamente expuso a sus rivales en el 1-0 contra la T, sino que también aprovechó el cansancio de sus adversarios en el complemento para dejarlos muy atrás.
Así fue que reveló que Franco Fragapane le pidió por favor que no picara más, a la vez que José Mauri no pudo siquiera agarrarlo en un contraataque que terminó con definición al cuerpo del arquero y reclamo de Carlos Tevez, que esperaba abajo del arco para empujarla.
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Infobae accedió a números estadísticos que suben a Villa al podio de los más veloces junto Mbappé y el ex atleta jamaiquino Usain Bolt, que también tuvo una corta experiencia como futbolista profesional.
Los números de sus arranques y velocidad máxima frente a Talleres marcan que superó los 34 kilómetros por hora. Sin embargo, el año pasado Villa tocó su pico máximo de 36,7 km/h y fue en la final de la Copa de la Superliga frente a Tigre en el mismo escenario que el domingo pasado, cuando Boca mereció más pero cayó 2-0. Para tener un parámetro, Mbappé ya registraba esas marcas en 2017, antes de su explosión en la Copa del Mundo de Rusia. No obstante el año pasado alcanzó los 38 km/h de máxima y superó la velocidad promedio de Bolt en su récord personal registrado en los 100 metros del Mundial de Berlín 2009. Aunque claro, el jamaiquino tuvo un pico de velocidad máxima en esa carrera de 44,7 km/h.
Pero la capacidad atlética del oriundo de Antioquia también se expone en la aceleración (por encima de los 4 metros por segundo al cuadrado) y las distancias que recorre por encima de los 25 km/h en cada encuentro. En este sentido marca una diferencia abismal entre sus compañeros y oponentes.
Sus estadísticas lo hacen figurar como el jugador más explosivo del fútbol argentino teniendo en cuenta los metros recorridos por segundo en distancias cortas. Y otro dato no menor es que Villa cuenta con una capacidad de aceleración sostenida y progresiva (tocando los 34, 35 y 36 km/h de velocidad máxima constantemente) inclusive en los entrenamientos, donde no existen componentes emocionales ni la adrenalina propia del compromiso oficial. Sus movimientos en el campo de juego son naturales, innatos.
Cuando en una entrevista con TyC Sports le mencionaron la comparación con Mbappé, se limitó a contestar: “En lo personal es muy bueno para uno, pero tengo que mantener los pies en la tierra y estar enfocado. Esto no es nada, no he logrado nada, sólo quiero seguir mejorando, seguir haciendo las cosas bien, aportándole al club, a mis compañeros, esforzándome cada día más. Hacer mi propia historia”.
El colombiano de apenas 23 años se centrará en mejorar la terminación de jugadas y definición. La toma de decisiones, quizás el punto más flojo de su aspecto futbolístico, es la barrera que tiene que atravesar para dar el salto de calidad, ganarse la confianza del hincha, explotar definitivamente en Boca y soñar con el fútbol europeo.
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