Ricardo La Volpe es un personaje que se instaló en el fútbol gracias a su personalidad polémica y divertida. Cada vez que el entrenador afronta las cámaras expone sus pensamientos sin filtros. Por lo tanto, en la tradicional sección de Líbero, el ex arquero reveló detalles de un pasado inolvidable cuando estuvo a cargo de los planteles de Boca, Vélez y la selección mexicana.
Una de las anécdotas más destacadas se basó en el día que debutó con el Xeneize. Aquella tarde el DT se presentó en la Bombonera con una camisa blanca y una corbata roja: los colores de River. “Había 50 personas en el vestidor y nadie me dijo nada. Siempre salgo con algo rojo en contra de la envidia porque creo en esas energías. Cuando iba a la platea me quería morir. Me dijeron de todo. Y tenían razón”, aseguró el entrenador.
El torneo del 2006 quedó marcado por la insólita definición en la que Estudiantes se quedó con el título en las últimas fechas. “Para mí, el paso por Boca fue muy bueno. El tema es que el resultado final es el campeonato. La ventaja siempre la mantuvimos y el único partido que habíamos perdido como visitante fue contra RIver. Yo me sentía campeón. El tema es que en la cancha de Boca no podés perder, porque tenés una plusvalía que es la gente. La cancha de Boca pesa mucho. Perdí tres partidos seguidos y todos me preguntan por qué. Pero también se lo tienen que preguntar a los jugadores. Después de la final dejé mi cargo porque sentí que la responsabilidad era del técnico. Además, contra Estudiantes ya estábamos derrotados anímicamente”, destacó.
Con la cicatriz todavía abierta por la derrota con Lanús en su último compromiso como local, y la caída en el encuentro definitorio ante el Pincha, La Volpe dio detalles de lo que sucedió en el vestuario después de la decepción que generó el subcampeonato: “Hubo un jugador, que no voy a nombrar, que es un tarado que quise ir a pelarlo; pero me controlé para terminar mejor las cosas. Lo que pasó fue que cuando estaba hablando con los dirigentes, asumiendo mi responsabilidad como culpable, uno de ahí adentro dijo ahora que se vienen las malas, se va. Escuché y sé quién es. Uno de los grandes. Un estúpido y un cagón. Yo podría decir que los culpables fueron los jugadores, estos fenómenos que no pudieron sacar un punto en dos fechas, porque los jugadores son los que juegan. Yo fui jugador antes que técnico. Dentro de un vestidor no manda un técnico".
En ese convulsionado equipo, La Volpe también contó la vez que un grupo de referentes le pidieron una reunión para hablar del sistema táctico. “Estaban Gago, el Cata (Díaz), Krupoviesa, Silvestre, Palermo e Ibarra. Fue una orden de Macri por si estaban a gusto o no con la línea de cinco defensores. Me dieron la razón. El equipo jugaba muy bien, tenía toque, protagonismo desde atrás y salían jugando. Algo que pasó llegó a oídos de Macri y Pompilio, y algo pasó con los jugadores”, reconoció el hombre que se caracteriza por su tupido bigote y no se niega a una posible revancha en el futuro: “Si volviera, haría una revolución dentro del fútbol. Dirigir a Boca es una plusvalía; es estar ahí arriba peleando el campeonato. Lo dirijo casi de taquito”.
Por otro lado, el técnico también hizo referencia a su trato con las figuras de Vélez, cuando estaba trabajando en la entidad de Villa Luro. “A Mauro Zárate lo eché por la gambeta. Hay veces que el jugador se cree que lo más importante es el individualismo, y cuando eso pasa deberían buscar otro deporte, como el tenis. Cuando Mauro me puso esa carita, levantando la ceja y mirada sobradora lo mandé a correr alrededor de la cancha para que aprenda. Hay veces que abusan porque teníamos un equipazo. También estaba Escudero. Si hubiéramos concretado todo lo que generábamos hubiésemos hecho una mejor campaña”, relató.
Una situación similar es la que vivió con Castromán, a quien considera un “gran jugador”. “Cuando volvió de Europa quería jugar de 9, y la realidad es que no tenía el fútbol para esa posición. Fui vivo e inteligente, porque me llevé bien con él y lo recomendé para el América de México. Después el técnico me quiso matar, pero tenía que hacer negocios con Vélez”, confesó.
Finalmente, Ricardo La Volpe también hizo referencia al gol de Maxi Rodríguez en la Selección, cuando la Argentina eliminó al combinado azteca de los octavos de final del Mundial de Alemania. “Lloré porque quería llegar al quinto partido con México. Lo lamenté porque fuimos claramente superiores. Así es el fútbol. Igual le reclamé a mis laterales, porque no fue a cerrar cuando sacó el zurdazo. Fue un pase de 30 metros que él no fue a presionar. Y está trabajado. Cuando la paró y la clavó no lo podía creer. Eso es lo que más me lamento, porque si fuera un derecho uno puede creer que le pegó como los dioses. No me van a decir que desde ahí quiso hacer el gol. No se lo creo”, concluyó.
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