De la enorme expectativa al conformismo y la sensación de haber sumado un punto como local en un partido que tranquilamente pudo haber sido con derrota ante Independiente. Miguel Ángel Russo se retiró con mal sabor de boca por el empate que expuso falencias en su plantel y que lo alejó del ahora único líder de la Superliga River. Pero le da el valor que amerita por la inesperada inferioridad numérica que atentó contra las chances de victoria de Boca y el planteo que quiso ensayar.
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Hasta que Silvio Romero fabricó una infracción de Carlos Izquierdoz que le valió la segunda tarjeta amarilla al central xeneize, el DT trató de romper los moldes impuestos por la gestión anterior comandada por Gustavo Alfaro. Y más allá de la baja de Esteban Andrada por lesión y la oportuna aparición de Marcos Díaz (figura del cotejo con atajadas descomunales), se vislumbraron otras modificaciones que probablemente se repliquen en los siguientes compromisos.
1. FABRA, SU LATERAL IZQUIERDO
Si bien el colombiano terminó jugando de la mano de Alfaro, al realizar un análisis del ciclo del ex DT se notó que Emmanuel Mas era su preferido. Basado en la condición física y el juego aéreo, el anterior estratega optó en mayor medida por el sanjuanino. En cambio Russo pretende que sea el cafetero el que se adueñe del lateral izquierdo para aportar salida y llegada al área rival. No obstante tendrá que mejorar cuanto antes su condición física, que pareció verse afectada desde su lesión de ligamentos cruzados de rodilla que lo marginó en 2018.
2. CAMPUZANO SÍ, MARCONE NO
Uno de los preferidos de Alfaro fue el ex Lanús y Arsenal, que disputó la mayoría de los encuentros. Desde que la nueva dirigencia asumió en Boca se habló de la posible transferencia del Gordo, aunque no hubo ofertas concretas y se quedó a pelearla. Russo se mostró impresionado con el nivel del colombiano en los entrenamientos y decidió darle una chance de arranque. El cafetero había quedado muy relegado sobre el final de 2019 y casi ni sumó minutos: estaba en la sombra de Marcone, Nicolás Capaldo, Daniele De Rossi y Agustín Almendra. En un encuentro particular por la roja a Izquierdoz, tuvo una actuación discreta.
3. CAMBIO DE DIBUJO EN EL MEDIOCAMPO CON POL FERNÁNDEZ
Juan Román Riquelme lo planteó hace semanas sin recurrir a misterios: “El fútbol es 4-4-2 o 4-3-1-2, con ese dibujo Bianchi ganó todo”. Y Russo también alzó así la Copa Libertadores 2007, apelando al primer esquema cuando Román no estaba disponible y usándolo como manija del equipo en el segundo. Hoy Boca salió con cuatro en el fondo, un cinco definido, dos volantes externos y Guillermo Fernández más suelto, por delante de Campuzano. ¿La idea? Que el colombiano quite y Pol sea el conector de Zárate y Tevez con el apoyo en sus costados. Con un hombre menos, el refuerzo cubrió la banda izquierda y el equipo quedó con un 4-3-2. Y en la etapa final fue Zárate el que se volcó por la izquierda para cubrir ese sector hasta que salió lesionado en su gemelo derecho. Pol Fernández estuvo lejos de mostrar su mejor nivel.
4. OBANDO, LA APUESTA
El correntino de 19 años exhibió un gran nivel en los amistosos y se ganó la titularidad para el primer partido oficial de Boca en la era Russo. El volante por izquierda fue la gran falencia que tuvo el Xeneize durante el período de Alfaro como conductor y en este mercado aún no llegó nadie en ese sector. Para el clásico ante el Rojo Russo lo mandó desde el minuto cero y el chico trató de explotar su arranque en el mano a mano con Fabricio Bustos. Su ímpetu duró apenas 21 minutos, cuando Izquierdoz se fue a las duchas y el DT lo sacrificó para cubrir la defensa con Junior Alonso. Seguramente tenga crédito para figurar contra Talleres en la próxima fecha.
5. DUPLA DE ATAQUE
El 4-2-3-1 fue el sistema empleado por Alfaro en la mayoría de los partidos como entrenador de Boca. Durante la primera parte de 2019 ubicó como referencia de ataque a Darío Benedetto; ya sin el Pipa (transferido), Ramón Ábila tomó la posta. Anoche Wanchope lo vio desde el banco hasta que ingresó a los 38′ST en lugar de Tevez para intentar desnivelar aunque poco pudo hacer con un equipo inconexo y desgastado físicamente por el trajín que le representó la inferioridad numérica. Sin Paolo Guerrero ni otra ficha del mercado, Russo se inclinó por la dupla Zárate-Tevez, que generó muy poco peligro. Ni MZ19 ni Carlitos sienten el área como su hábitat natural. Necesitan salir, generar juego y tener contacto con el balón (y más aún a esta altura de sus respectivas carreras). Será difícil para el entrenador hacer funcionar a dos hombres con características similares desde lo táctico juntos como delanteros definidos. Será difícil para el entrenador ingeniárselas sin el arribo de un centrodelantero.
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