El 10 de febrero de 2007 se dio inicio al primer ciclo de Miguel Ángel Russo como entrenador de Boca. El entrenador que entonces tenía 50 años y llegó proveniente de Vélez tuvo como misión hacer borrar rápidamente el mal trago que quedó con Ricardo La Volpe y la final perdida ante Estudiantes, en un Apertura 2006 que estuvo prácticamente ganado.
Junto al DT firmaron en ese mercado de pases Mauricio Caranta, Clemente Rodríguez y Bruno Marioni, mientras que empezado el certamen se concretó el regreso (a préstamo del Villarreal) de Juan Román Riquelme, que debutaría en la segunda fecha ante Rosario Central en la Bombonera y sería la gran estrella de la Copa Libertadores de ese año en la que el Xeneize se consagró contra Gremio en Brasil.
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Para la primera cita ante Banfield, en cancha de Racing, Russo paró a: Mauricio Caranta; Hugo Ibarra, Jonatan Maidana, Cata Díaz, Claudio Morel Rodríguez; Sergio Orteman, Sebastián Battaglia, Éver Banega, Neri Cardozo; Rodrigo Palacio y Martín Palermo. Un 4-4-2 definido que mutaría ante la resonante contratación de Román.
Desde el inicio del cotejo no hubo equivalencias con el cuadro de Patricio Hernández: con tantos de Neri Cardozo, Morel Rodríguez (de tiro libe) y Orteman, Boca se puso 3-0 en la primera parte. De hecho Palacio erró varios mano a mano que pudieron significar una diferencia mayor antes de ir a los vestuarios.
En el complemento los muchachos de Russo levantaron un poco el pie del acelerador pensando en el compromiso que afrontarían cuatro días después contra el Bolívar boliviano en La Paz por la primera jornada de la fase de grupos de la Copa (fue 0 a 0), en el que el técnico recurriría a la misma alineación. No obstante un gol en contra de Carlos Galván hizo que el score aumentara con el definitivo 4-0. Con el pleito liquidado, el estratega azul y oro cambió a Marioni y Guillermo por Cardozo y Palacio (más Santiago Villafañe por Ibarra sobre el final).
Tras el match, Russo fue cauteloso: “Es el primer partido, hay que seguir creciendo. ¿Estilo? Es el estilo de Boca, tiene muchas cosas importantes. Lo importante es que vamos recuperando el nivel”.
A horas de su segundo estreno como entrenador boquense, la ilusión es comenzar con el pie derecho el reinicio de la Superliga ante Independiente para aspirar a quedarse con el título dentro de siete semanas.
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