—Seis y media arrancamos— le aseguró uno de los encargados de la organización a su asistente.
—¿Le dijiste al DJ?— respondió el empleado del club, con la preocupación de evitar cualquier desperfecto que pueda empañar la fiesta.
—Sí, él ya sabe que y cuarto tiene que cortar la música y poner el tema de La Renga. La del León. Ahí vienen...—cerró el responsable del evento.
¡Hola a todos! yo soy el León, rugió la bestia en medio de la avenida, todos corrieron, sin entender, panic show a plena luz del día.
Por favor no huyan de mí, yo soy el rey de un mundo perdido, soy el rey y te destrozaré, todos los cómplices son de mi apetito…
La violenta voz de Chizzo Nápoli interrumpió la melodía electrónica que ambientaba al estadio de 1 y 57. Aquel sonido que imponía el estilo de los bares de Ibiza se diluyó con el ingreso de los jugadores de Estudiantes al campo para presentar la nueva camiseta Under Armour que homenajea a los tricampeones de la Copa Libertadores de la década del sesenta.
Con una caminata serena, hablando por lo bajo con Mariano Andújar, Javier Mascherano pisó el césped de la nueva casa del Pincha y las miradas se posaron sobre él. El Jefecito está “contento por volver al país y vivir situaciones que hacía mucho no vivía”. “Me estoy acomodando a un nuevo club y a una nueva ciudad, pero estoy muy agradecido por cómo me vienen tratando y cómo me han recibido”, le dijo a Infobae antes de comenzar la conversación.
—¿Con qué país te encontraste?
—Estuve afuera mucho tiempo, pero siempre traté de estar actualizado para saber qué es lo que pasaba. Si bien el público es otro, por el hecho de haber jugado tanto tiempo en la Selección uno tiene el parámetro de lo que se puede encontrar.
—Pero venís de China, después de haber vivido más de 10 años en Europa...
—Sí, pero cuando decidí ir a jugar a Asia mi familia se vino para la Argentina. Sabía de las dificultades que tenemos. Soy consciente de que no estamos bien, pero hay un optimismo general para que todo mejore. Creo que todos tenemos que ayudar a que tengamos un país mejor. No sólo depende de la clase política. Todos los ciudadanos nos tenemos que comprometer desde el lugar que nos toca.
—La sociedad también cambió, ¿creés que lo vas a notar en las canchas?
—Acá el fútbol se vive de una manera diferente a la de cualquier otra parte del mundo. Ni mejor, ni peor. Distinta. Somos muy pasionales. Hoy tengo una edad y una experiencia que me hace disfrutar el fútbol mucho más. Uno sabe que está en el final de su carrera y como no me queda mucho, quiero disfrutar de cada momento de una manera especial.
—¿Sabés que le generás mucha expectativa a los hinchas?
—Sí, pero prefiero no tener expectativas porque cada uno podrá manifestarse a su manera. Yo estoy muy agradecido a Estudiantes por cómo me tratan en el día a día. Hoy estoy feliz de volver al fútbol donde di mis primeros pasos.
—Con 35 años, ¿qué le vas a aportar a Estudiantes?
—Cuando un equipo incorpora a un jugador de mi figura busca reforzar el aspecto colectivo. No se busca desde el plano individual porque no soy ese jugador que te va a resolver un partido solo.
—¿Cómo se maneja la ansiedad del debut? ¿Existe todavía?
—No dio mucho para la ansiedad porque pasó todo muy rápido. Tuvimos una pretemporada corta, porque fueron 3 semanas antes del inicio de la competencia. Hoy tengo la ilusión de hacer las cosas de la mejor manera posible.
—¿Dónde te vamos a ver? ¿Como volante o en la zaga central?
—De la posición en la que voy a jugar hay que preguntárselo al técnico (risas). Yo estoy muy bien físicamente, hace dos años que no sufro ninguna lesión grave y mi posición será la misma de siempre: tener la responsabilidad y el deseo de aportar todo lo que pueda desde el aspecto colectivo.
—¿Pero no hablaste con Milito para ver dónde podés rendir mejor?
—Nunca lo hice en mi carrera, aunque no me crean (risas). No voy a hacer algo distinto a lo que hice durante todos estos años. Siento al fútbol como algo colectivo, donde uno tiene que ofrecer su mejor versión para que el entrenador decida lo mejor para el equipo. El técnico es el que sabe cuándo y dónde ponerme.
—¿Hay algún miedo de que las cosas no salgan como las esperás?
—No. No tengo ningún tipo de temor, porque vengo a ofrecer lo mejor de mí.
—Viste que los pibes de ahora vienen cada vez más fuertes y el fútbol argentino tiene una dinámica distinta...
—Sí. Uno mira de reojo algún que otro factor físico porque viene de otro fútbol, pero dentro de la preparación que hice, me sentí muy bien. Después hay que ver lo que pasa dentro de la cancha.
—Vas a ser de los más experimentados en el torneo.
—Sí, es un lindo desafío jugar con gente más joven. Está demostrado que no es fácil porque hay muchos ejemplos de jugadores que volvieron y no les fue bien. Hoy vivo una cuenta regresiva y quiero disfrutar cada momento al máximo. Sigo jugando porque me encanta lo que hago. El día que no disfrute más, terminaré con mi carrera.
—La Brujita Verón dijo que cuando te retires podrías comenzar a dirigir en las divisiones inferiores del club ¿Está el proyecto hablado?
—La realidad es que acá me siento muy identificado. Estudiantes me representa mucho y eso hace que uno se sienta cómodo. Es como si conociera desde siempre el mundo Estudiantes, pero todavía no negociamos nada (risas).
—Pero ya te recibiste de entrenador...
—Hoy todavía me siento jugador y no veo más allá de eso. Soy una persona inquieta que se interesó por conocer y capacitarse. El curso de director técnico no sólo lo hice para un futuro, sino también por el presente. Me gusta ver el juego del otro lado, pero hasta que no me retire no planeo cuál será el otro paso. Todavía es prematuro para hablar de eso.
Con 145 partidos, Javier Mascherano es el jugador que más veces vistió la camiseta de la Selección. Durante sus días con la Albiceleste conoció a muchos integrantes de la familia pincharrata. Los contactos con Mariano Andújar, Gabriel Milito y Juan Sebastián Verón fueron determinantes para que el Jefecito elija a Estudiantes para volver al fútbol argentino.
—¿Con qué grupo te encontraste?
—La verdad es que los conocía a todos. Hay muchos jóvenes que me sorprendieron. Por la posición que juega, me encanta David Ayala. Creo que tiene un futuro enorme. Nahuel Estevez también me gusta mucho porque tiene unas condiciones bárbaras.
—¿Y hablaste con Marcos Rojo?
—Sí, hablamos algunas cositas con Marcos, pero todavía tenemos que ver qué es lo que sucede (risas).
—¿Te preocupa que en algún momento te pidan que lo llames a Leo Messi?
—Noooo. No tiene nada que ver la realidad que tiene él con la mía. Ni hablar de la magnitud. Él es el mejor jugador del mundo, aunque en el fútbol puede pasar cualquier cosa. Todo dependerá de las ganas que él tenga de jugar en el fútbol argentino. También hay que tener en cuenta las circunstancias del plano familiar. Si quieren volver a vivir a la Argentina o no. Son cosas personales y privadas que uno trata de no meterse. Si algún día Leo decide venir al fútbol argentino será un salto de calidad gigante para el deporte y para el país, por todo lo que él representa.
—Hoy de la vereda de enfrente tenés a Maradona ¿Qué significa para vos?
—La verdad es que me pone contento que Diego esté en el fútbol argentino. Es un valor agregado. Además, sería muy demagogo decir que me genera algo que esté en Gimnasia. Prefiero pecar de realista y decir que siempre le voy a estar agradecido por todo lo que me dio, como la capitanía de la Selección cuando yo era muy joven. Así como alguna vez estuvimos del mismo bando, hoy nos toca enfrentarnos.
—Sos el único futbolista argentino en haber ganado dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos, ¿Tokio podría ser el cierre perfecto?
—No lo sé. Cuando pasó lo de los Panamericanos dije que mi etapa en la Selección había terminado hace tiempo. Cuando hablé con el Bocha (Batista) me dijo que la intención era que vaya con los chicos de la Sub 23. Me gustó la idea y el proyecto, pero no me gusta postularme. Ojalá que al equipo le vaya bien en el Preolímpico y tengan la posibilidad de clasificar. Sería muy positivo para el fútbol argentino.
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