Erviti reveló la verdadera historia de su pelea con Riquelme en Boca y recordó el particular castigo de Ruggeri en San Lorenzo

El mediocampista reconoció el conflicto que tuvo con el ídolo Xeneize durante su estadía en ese club: “Le dije que cuando se había ido seis meses habló criticando al equipo y yo me sentí parte de la crítica"

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Walter Erviti hablando sobre su conflicto con Riquelme

Fueron más de seis meses en los que Juan Román Riquelme decidió suspender su carrera como profesional tras perder la final de la Copa Libertadores 2012 y en su rol de hincha realizó una declaración dirigida a sus ex compañeros que despertó un resquemor que explotó en el vestuario cuando decidió afrontar su retorno a comienzos del 2013. Walter Erviti recordó lo que había dicho públicamente el ídolo cuando estaba fuera de la institución y decidió planteárselo por entonces. No se habían conocido los detalles específicos del conflicto, aunque todos sabían que el plantel estaba fracturado en esa época.

A ocho años de aquel momento, Erviti reveló la verdad detrás de ese cruce con Román: “No me pelee. Tuve diferencias de pensamientos y se lo dije. Cuando Román se fue de Boca y volvió, empezó a entrenar y no teníamos casi diálogo. Me junté y le dije: ¿podemos hablar cinco minutos? ‘Sí, Walter, ¿qué pasó?’. Mirá, la verdad que yo estoy distante de vos porque a mí no me gustó que cuando te fuiste estos seis meses hablaste criticando al equipo, criticando a los jugadores grandes y yo me sentí parte de la crítica. Me dolió porque vos me lo podías haber dicho personalmente, porque para mí escucharte a vos es aprender, le dije. Y porque vos sabes cómo soy, que siempre intento hacer lo mejor. Entonces, mi postura va a ser esta porque no puedo ser de otra manera”.

“Me dijo: mirá la verdad te pido disculpas, yo soy hincha de Boca, me sale el hincha de Boca. Cuando hay algo de Boca que no me gusta lo expreso, pero no es en contra tuyo. A partir de ahí ya después casi no tuvimos relación y yo me fui de Boca”, rememoró el futbolista que terminó su carrera como profesional en el 2018 con la camiseta de Alvarado de Mar del Plata.

Erviti, que brindó esta entrevista al programa Perros de la Calle que se emite por Radio Metro, duró unos pocos meses más en el Xeneize tras aquella conversación: “Él habló de Boca, del equipo, que no jugaba bien. La voz de él es más que recontra autorizada en el club. A mí me tocaba jugar en el mediocampo con Paredes, Pol Fernández y Erbes. ¡Y el responsable del mediocampo era yo! No le iba a dar la responsabilidad a tres chicos de 20 años, me sentía tocado con la declaración y se lo dije bien. No había tenido nunca relación con él, como tampoco la tuve con el 90% de mis ex compañeros”.

El hombre que derrochó su talento con las camisetas de Independiente, Banfield, Monterrey y Atlante (estos dos últimos en México) rememoró sus inicios en San Lorenzo, donde tuvo a Oscar Ruggeri como entrenador y con quien vivió una anécdota insólita. “Fue como un padre porque me mandó a entrenar con la primera y de la nada me hizo debutar. Me levantaba a las 8 de la mañana en la pensión y estaba ahí desayunando con nosotros. Era ese tipo de entrenador, de padre. Lo veíamos así, era ver a Oscar y ver a tu papá. Ese tipo de padre de antes que si hablabas de más venía con la ojota y te daba”, señaló.

Erviti debutó en primera en San Lorenzo de la mano de Ruggeri (FotoBaires)
Erviti debutó en primera en San Lorenzo de la mano de Ruggeri (FotoBaires)

Ese vínculo paternal tuvo un punto crucial cuando el Cabezón se enteró que no había dormido una noche en la pensión, por lo que había infringido una regla fundamental en la relación. “Yo llevaba como 50 ó 100 partidos en la primera de San Lorenzo y me hacía vivir en la pensión. No tenía auto, vivía en la pensión con mis compañeros, porque esa era la regla que tenía que cumplir. Oscar me decía vos salís y entrás en el mismo día. No te podes quedar a dormir en ningún lado. Tenés que avisar lo que haces y lo que no haces. Yo tenía 50 partidos y de titular, porque Oscar me ponía siempre. Un día me voy a comer con mi hermano a Huracán, que jugaba ahí, por Avenida de La Plata y se me hace tarde. La verdad que volver en colectivo al Bajo Flores la dudé. Me quedé a dormir”, repasó.

“Al otro día llegué, no había celulares ni nada, y Oscar tenía la puerta abierta del vestuario siempre. Tenías que pasar por su puerta. Cuando pasé: “Walter, ¿todo bien? ¿algo para contarme?”. Ehh, sí, no dormí anoche por esto y lo otro. ¿Y a quién le pediste permiso? A nadie. ¿A quién le avisaste? No, no le pude avisar a nadie. Bueno, a partir de ahora vas a estar lesionado, no vas a jugar el fin de semana y rezá que el equipo pierda porque no sólo no vas a jugar el fin de semana, no vas a jugar nunca más hasta que el equipo vuelva a perder. Y me dejó corriendo alrededor de la cancha toda la semana. ¡A partir de ahí que le aviso a mi señora cada 15 minutos lo que estoy haciendo!”, relató entre risas.

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