Es una medida lineal que busca controlar a los clubes más poderosos del mundo. Sin embargo, cuando la rigidez de la norma no permite matices, también puede ser peligroso para las entidades más débiles desde el aspecto económico, ya que la cesión de los jugadores puede ser un recurso para evitar transferencias multimillonarias.
Según un informe interno de la FIFA, a partir del próximo mercado de pases, en junio de 2020, todas las entidades asociadas a las ligas pertenecientes a la Federación Internacional del Fútbol estarán limitadas a realizar 8 operaciones en concepto de préstamo con la misión de evitar la prioridad económica por sobre la formativa de los jugadores.
La norma abarcará a todos los jugadores profesionales, dado que no hay ninguna cláusula referida a los juveniles. Además, la restricción continuará gradualmente durante las próximas temporadas, dado que en la 2020/21 el límite será de 7 préstamos por institución y para el 2021/22 se reducirá a 6.
El concepto será para todas los préstamos que involucran a los futbolistas del ámbito local y extranjero, por lo que no importará si la operación es entre dos clubes de una misma liga, o de una transferencia internacional. Por lo tanto, a partir del primero de julio del 2021, cada entidad podrá realizar como máximo 6 operaciones en concepto de préstamo de un protagonista.
La decisión tiene el deseo de concluir con el constante movimiento que emplean muchos equipos, relacionados a las cesiones de los jugadores como principal recurso para priorizar el aspecto económico, por encima del formativo de los futbolistas.
La interrogante que se plantea a partir de dicha medida se establece en relación a los clubes más chicos, que también pueden salir perjudicados, ya que en la mayoría de los casos se nutren de jugadores que no tienen lugar en los equipos más poderosos. Sin dudas, una norma tan lineal en un escenario tan desigual puede ser (al menos) peligroso.
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