Pablo Zarnicki desafía al tiempo y vuelve al ajedrez: jugará dos mundiales junto a grandes estrellas

El argentino retorna luego de 13 años y participará en Moscú con más de 200 ajedrecistas en los certámenes de partidas rápidas y blitz. Estará presente el actual campeón Magnus Carlsen.

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Zarnicki volverá a medirse con
Zarnicki volverá a medirse con grandes figuras en los certámenes de Moscú. Un retorno que lo ilusiona, luego de haber sido campeón mundial juvenil y de haberse retirado en 2006.

Por Carlos A. iLARDO

Hace más de medio siglo que el físico alemán, Albert Einstein aseguró: lo único inevitable es el paso del tiempo; sin embargo todavía algunos actores se resisten a la sentencia. ¿El último caso? El gran maestro argentino y ex campeón mundial juvenil, Pablo Adrián Zarnicki, de 47 años, que acaba de aceptar un nuevo desafío de ingenio, y tras 13 años y 7 meses de su última participación en una competencia de alto rendimiento (la olimpíada de ajedrez de Turín, en mayo de 2006) volverá a jugar dos campeonatos mundiales, bajo la modalidad blitz (21 juegos a 3 minutos por rival) y rápido (15 partidas a 15 minutos) que se llevarán a cabo entre el 26 y 30 de diciembre en Moscú, y contará con la presencia del campeón mundial y N°1 del mundo, el noruego Magnus Carlsen junto a los mejores ajedrecistas de la élite. Más de 200 maestros de 50 naciones confirmaron su participación.

-¿Tú regreso es como dice el tango, porque siempre se vuelve al primer amor?

-Puede ser, pero con matices. En primer lugar el ajedrez siempre estará en mi alma y corazón; se trata de mi gran pasión. Pero este viaje se armó porque el presidente de la Federación Internacional (FIDE), Arkady Dvorkovich me convocó a Moscú para tratar temas de agendas al cumplirse mi primer año de gestión como Presidente de la Comisión de Ajedrez Social de la FIDE, y como esto coincidía con los mundiales, me pareció fantástico aprovechar el viaje para inscribirme en los torneo, darme el gusto de jugar con la nueva generación de la elite del ajedrez, y tal vez así poner un broche a mi carrera después de 40 años junto a este juego.

-Pero es un torneo fortísimo donde podés cruzarte con Carlsen o con rivales muy jóvenes y que están en forma

-Pero eso despierta mis emociones, me mueve la ansiedad y los nervios; hoy no me dice nada jugar con ajedrecistas con mi mismo nivel. Además, ya jugué contra Kasparov o Karpov, ahora quiero hacerlo con los jóvenes. Soy consciente de la superioridad de mis rivales, pero eso no quiere decir que no me duela perder. Jugar con Carlsen sería un sueño, aunque no tengo chance alguna de ganarle una partida; a lo sumo podría empatarle alguna si voy con blancas, pero él es el mejor jugador de la historia. No me olvido de Karpov o Kasparov, pero el ajedrez evolucionó y Magnus es el rey actual y es el que hace las jugadas más correctas en cada posición, como lo indican las computadoras. Y si no me cruzo con Carlsen sé que habrá otros grandísimos jugadores con lo que me gustaría enfrentarme como Giri (de Holanda), Nepomniachtchi (Rusia), Nakamura (EE.UU.), Shirov (España) o Anand (India), pero la atracción es Magnus.

En 2006, en Turín, Pablo
En 2006, en Turín, Pablo Zarnicki se despidió de la alta competencia. Trece años después intentará mezclarse con las grandes estrellas del momento.

Hasta el momento sólo dos maestros argentinos lograron enfrentarse con el fantástico campeón mundial; Diego Flores (en la Olimpiada en Khanty Mansiysk en 2010, perdió en 43 jugadas) y Alan Pichot (durante una exhibición por Internet en 2019, al cabo de 12 juegos, Carlsen se impuso 9 a 3).

Zarnicki, vecino del barrio de Palermo, hincha de Boca, esposo de Cecilia, y orgulloso papá de Mica (una joven modelo de 19 años) y Sol (de 16), descubrió el ajedrez de la mano de su papá, Alberto, y más tarde se sumó al club de barrio, el Círculo Torre Blanca, en la vieja sede de Almagro, en la calle Diaz Vélez al 3800. En los años noventa, acaso, pasó por lo mejor de su carrera con el ajedrez; se convirtió en el único argentino que ganó tres títulos mundiales: uno individual (el Juvenil de 1992, en Bs.As.) y dos por equipos (el Sub26, en Brasil en 1993 y en Chaco, en 1997), fue rival en 6 ocasiones de Garry Kasparov (con tres derrotas, dos empates, y una victoria), y en 1994, a los 22 años, logró el título de gran maestro más una medalla de plata por su actuación (finalizó invicto, con 10,5 puntos sobre 13 posibles -8 victorias y 5 empates-)en la Olimpíada de ajedrez en Moscú; la misma ciudad elegida para su regreso.

“Sin dudas que Moscú despierta un recuerdo hermoso para mí; no sólo la ciudad es preciosa sino que además se cumplen 25 años de cuando logré el título de gran maestro y obtuve la medalla de plata individual aunque estuve muy cerca de la dorada. Pasaron 25 años y esta será mi tercera visita, y aunque no habrá espacio para el turismo, para cualquier ajedrecista visitar Moscú tiene un sabor especial”, aseguró Zarnicki que tiene el título de periodista (se recibió en TEA, hace dos años) y es autor de libro “Viaje a través del tablero”, una autobiografía de su carrera y anécdotas junto a los trebejos.

Pablo Zarnicki con su familia:
Pablo Zarnicki con su familia: su esposa Cecilia, y sus hijas Mica (19) y Sol (16),

El festival de ajedrez donde jugará el argentino Zarnicki, llevará el nombre de King Salman World Chess Championships 2019 Rapid and Blitz; con 700 mil Euros en premios (350.000 en cada prueba). Se tratará de la 10° edición del Mundial Rápido (el primero sucedió en México en 1988, y el ganador fue el ruso Karpov, y el último en San Petersburgo en 2018, que ganó el joven ruso Dubov). En tanto este será el 13° Mundial Blitz (arrancó en 1988 en Canadá, donde triunfó el letón Tal, y el último se disputó en San Petersburgo 2018, y lo ganó el noruego Carlsen).

En esta ocasión la sede de la competencia será el Grand Sports Arena Complejo Olímpico Luzhniki (que se reinauguró en 2017, con un partido de fútbol del seleccionado argentino, con Messi, justo un año antes del comienzo del Mundial de Fútbol Rusia 2018). Las partidas se jugarán en los salones VIP con vista al campo de juego del histórico estadio con capacidad para 81.000 espectadores. El Luzhniki construido en 1956 con el nombre Estadio Central Lenin fue sede de los Juegos Olímpicos de 1980. A lo largo de los años, diversos artistas brindaron recordados recitales, entre los que sobresalen, Bob Dylan, Michael Jackson, los Rolling Stone y U2.

Como fuera señalado el festival de ajedrez en Moscú constará de dos competencias; el Mundial Rápido, a quince ruedas los días 26, 27 y 28 de diciembre, con cinco fechas por jornada, con ritmo de juego de 15 minutos más un adicional de 10 segundos por cada movida. El Mundial Blitz, se disputará el 29 y 30 de este mes, dividido en 11 ruedas por día, con ritmo de 3 minutos más 2 segundos por jugada, para cada rival.

-¿Pudiste entrenarte con estos ritmos vertiginosos?

-Más o menos. La realidad es que en 2018 yo cubrí los anteriores mundiales para una transmisión en Internet y me despertó el bichito de querer jugarlos en 2019. Por eso este año, aquí en Argentina, representando al Club Obras, jugué muchas partidas rápidas y no tantas pensadas. Se sabe que hay que hacer una salvedad entre lo que es jugar ajedrez rápido que es muy diferente al pensado, donde un jugador puede tener 90 minutos para toda la partida y acá se resuelve todo en 5 o 10 minutos.

-¿Es decir que es muy importante el manejo de los reflejos?

-Sí, eso es una parte. Y si bien aún soy joven y mi mente está sana, sé que ya no tengo la fuerza de hace 20 años, ni el entrenamiento de un ajedrecista de élite, y que en cierta forma mis sentidos están algo más dormidos (risas).

-Pareciera que estás arriesgando mucho y tal vez tu último torneo pueda terminar en un fracaso...

-Soy consciente de eso, pero dependerá de cómo analizarlo, sí desde el resultado, o el de la actuación. Si pienso que estoy preclasificado N°140, creo que si me ubico entre los 120 mejores estaría frente a una gran actuación, pero eso no invalida que la gente piense, pero este finalizó en el puesto 120. La fuerza de los jugadores hace que se trate de un torneo muy exigente, espero ganar algunas partidas, si consigo derrotar a alguno de los buenos, mejor, pero lo más difícil será salir bien parado en cada apertura; eso tal vez sea lo más complicado porque mis adversarios serán jugadores más preparados o más acostumbrados a jugar este tipo de pruebas.

Zarnicki con el gran Miguel
Zarnicki con el gran Miguel Najdorf, y una discuión inicial que los unió.

Desde hace tiempo que el accionar como deportista de Pablo Zarnicki ha transitado más allá del cuadriculado tablero. El marketing de su figura (se paseó por varios de los programas de mayor rating en la TV), sumados a sus convicciones y formas de hablar sin eufemismos o rodeos, lo empujaron al mundo de la política. Y no lo esquivó. Durante el gobierno de Carlos Menem trabajó como Director de la Juventud, en la Intendencia de CABA de Jorge Domínguez, y luego fue asesor de Hugo Porta en la Secretaría de Deportes de la Nación. Durante la gestión de Esteban Bullrich, en el Ministerio de Educación tuvo a su cargo el área de Ajedrez Educativo Nacional. Hoy, en el seno de la actual conducción de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, según sus siglas francesas), se desempeña en el área social.

-¿Qué nos podés contar sobre la agenda de temas que tratarás con el ruso Dvorkovich, en FIDE?

-Es bastante amplia; están mis temas, los que preparó él y otros que estamos llevando juntos desde que me pusieron en la función. El tema central es mejorar el ajedrez social en América, que la FIDE mire más a este Continente. Mi idea es proponer la creación de un Grand Prix para que los ajedrecistas no piensen sólo en viajar a Europa para las fuertes competencias. Es necesario contar con una gran Escuela de Talentos. En particular hablaré sobre los temas del ajedrez argentino y el tema de género (el conflicto de la FADA con las mujeres) y de la estrategia de promoción de la olimpíada en Moscú 2020.

-¿Habrá algo especial para la olimpíada en agosto próximo?

-Las olimpíadas oficiales se juegan desde 1927, y Moscú fue sede en 1956 y en 1994. Para 2020 la idea de la FIDE es convertirla en la mejor de la historia. El armado de una gran fiesta, con mucha presencia en las redes sociales, con participación de los aficionados e incluso con la organización de concursos con premios a los ganadores que incluyan invitaciones para presenciar el evento.

Sobre el final, Zarnicki fijará su posición sobre el conflicto de género que está sucediendo en muchos países, y que en particular en la Argentina que terminó con una intervención judicial.

“Hace poco recibí mi primer premio como Deportista Militante, y estoy muy orgulloso con ello, por eso para referirme a este tema tomaré las palabras del General Perón cuando dijo “la única verdad es la realidad”. Estamos en un mundo de constantes avances de las mujeres porque fueron permanentemente relegadas. En el ajedrez y por varios motivos, sucede que hay muchos más hombres que mujeres, y se ha movido por años en un ambiente machista. Cuando estuve en funciones en Educación, en 2017, dispuse que en los campeonatos nacionales escolares por equipo (de 3 jugadores), un cupo debía ser para una mujer. De esa manera convertimos a esos certámenes con 900 participantes que hubiera de golpe jugando 300 chicas frente a los varones. Es necesario darles la posibilidad de integración”.

Pero no sólo los maestros argentinos se quejan por lo que piden sus colegas mujeres (igualdad en los premios, invitaciones para torneos con hombres, etc.) también protestan los varones de otras federaciones.

“Yo pienso que la primera discriminación es organizar certámenes femeninos. Hay que jugar torneos absolutos (con hombres y mujeres) y si el primero es un varón será el campeón argentino, y si la mejor mujer clasificada figura 5ª, 20ª o 30ª ella será la campeona femenina. Hombres y mujeres somos distintos pero con iguales derechos. Los varones se sienten estúpidamente atacados y dicen que ellas no pueden ganar lo mismo, y no es así. Sí deben ganar lo mismo porque hay que equiparar para arriba. Ellas no piden que los varones ganen menos. Es como en la vida, las mujeres quieren ganar lo mismo que los hombres por las mismas tareas”.

-La última. Fuiste uno de los jóvenes ajedrecistas preferidos por el viejo Miguel Najdorf. Tu relación con él se fortaleció como consecuencia de una discusión. ¿Te animás a recordar la anécdota?

-Najdorf fue una figura muy fuerte para mí, hablar y jugar con él está entre las mejores cosas que me dio el ajedrez. La anécdota la conté en mi libro. Sucedió en la Olimpiada de Manila, en 1992. El equipo lo integraban Cámpora, Panno, Rubinetti, Soppe, Ricardi y yo, que era el más joven. El Viejo era el capitán y decidía que se hacía y qué no. Habían pasado tres ruedas consecutivas y él no me tenía en cuenta en la formación, entonces hubo una charla que empezó en diálogo y terminó en una discusión. Yo le dije: “Mire, Don Miguel, me parece injusto estar tantos días sin jugar. Además usted no me va a decir qué tengo que hacer y qué no. Si no lo hace mi papá, menos lo va a hacer usted. Así que nada de órdenes. Y por si no lo sabe, le cuento que el equipo está de acuerdo en que juegue. Así que si usted no me deja jugar hoy, no juego más. Cuando ustedes vayan al torneo, yo me tomo el avión de vuelta”. Con el tiempo, creo que mi reacción fue exagerada, porque estaba destilando furia contra la persona equivocada. Finalmente, el viejo, molesto, me dijo: “Si tenés tantas ganas, entonces jugá”. Él tenía la sabiduría de no permitir que un jugador se fuera aunque no compartiera su posición. Pero lo mejor sucedió cuando terminó el torneo y le agradecí el gesto. Insisto, no sé si estuvo bien mi actitud pero logré ganarme el respeto de Najdorf para siempre y creo que él vio en mí a alguien con fuerte personalidad. Lo gracioso fue que de ahí en más, cuando me quería dar un consejo o una idea me decía: -“Ya sé que no soy tu papá pero…”. La frase le había dolido y después de repetirla varias veces, le dije que no lo hiciera más, que podía darme todos los consejos que quisiera, que yo estaría eternamente agradecido de recibirlos.

Pablo Zarnicki auténtico. Ajedrecista y gran maestro que aún hoy, con la frente marchita, se atreve a decir volver.

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