Lo que se perdió el fútbol femenino: un diálogo imperdible entre Gaby Sabatini y Lucha Aymar

Ambas revelaron que les gustaba mezclarse en partidos con amiguitos, pero sus madres eran implacables. Optaron por el tenis y el hockey donde dejaron huella, pero ahora disfrutan como hinchas de la selección argentina femenina.

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Por Sebastián Fest

Sebastián Fest
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LAUSANA - Tenis y hockey, eso es lo primero que se le viene a la mente a cualquiera cuando los nombres que surgen son los de Gabriela Sabatini y Luciana Aymar. Pero podría haber sido fútbol y fútbol, porque las dos, de chicas, querían jugar con la número cinco. A una la sacaron de las orejas del picado en el barrio con los amigos de su hermano; a la otra le dijeron “pollerita y hockey”. Y ambas obedecieron.

“Siempre me gustó el fútbol”, dice Sabatini con gesto soñador mientras Aymar la mira con admiración y contiene el comentario que un rato después no podrá ya evitar: “Yo a Gaby le digo ‘pasame lo que estás tomando’... ¡Porque está espléndida, increíble!”. El diálogo para Infobae entre las que para muchos son las dos deportistas más grandes de la historia argentina transcurre en Lausana, Suiza, donde el Comité Olímpico Internacional (COI) las colma de atenciones.

Sabatini vive hoy en Suiza, con frecuentes incursiones a Miami y Buenos Aires, además de otras ciudades que ama, como Nueva York. Aymar está en Chile con su pareja, el ex tenista Fernando González, y en 2020 será madre. Las dos saben mucho de deporte, pero a esta altura, más que de eso, hablan de la vida misma.

- ¿De no haber sido deportistas, a qué se hubieran dedicado?

- Sabatini: Difícil, a mí me gusta mucho el deporte, me gusta entrenar, me gusta estar en contacto con el deporte todo el día, así que me cuesta pensarme lejos del deporte. Pero, no sé, la música es algo que me gusta mucho.

- Hubieras sido cantante...

- Sabatini: Y, quizás.

- ¿Y vos, Lucha?

- Aymar: Me río, ¡pienso lo mismo que Gaby! Yo me hubiera agarrado algún otro deporte, seguro. Pero desde muy chiquita me gusta la música aunque soy un perro cantando, así que menos mal que elegí el deporte.

Luciana festeja un gol de la selección argentina, en una gran época de Las Leonas que ella capitaneaba.
Luciana festeja un gol de la selección argentina, en una gran época de Las Leonas que ella capitaneaba.

- ¿Y si hacen un dúo?

- Sabatini: Totalmente, ¡eso se puede aprender también!

- Algo que tienen en común más allá del deporte y la música es que las dos están viviendo afuera, una en Suiza, la otra en Chile. Ven al país desde afuera... ¿Qué ven?

- Aymar: Uh, qué pregunta difícil... Lo que extraño un montón, y eso que estoy cerca, apenas tengo que cruzar la Cordillera, es la forma de ser argentina, la familia, las amistades... Extraño incluso lo rápido que vive el argentino en comparación con otros países, esa forma alocada de ser del argentino.

- Para venir de un país no alocado vos elegiste algo muy diferente...

- Sabatini: exactamente lo opuesto, sí, dos extremos. Está buena la combinación, aunque voy mucho a Argentina, y al no vivir ahÍ o disfruto mucho más cada vez que voy. Se extraña el asado, el dulce de leche... Los amigos.

- Aymar: ¿No conseguís dulce de leche en Suiza? Ya sabemos qué te vamos a traer la próxima vez...

- Sabatini: Se puede, se puede... Y el helado de dulce de leche también me gusta mucho.

- ¿Cuánto deporte hace una ex deportista?

- Sabatini: Y, depende de cada una... Yo estoy un poquito obsesiva con el deporte, todos los días hago algo. Me encanta levantarme y hacer algo de deporte. Empezar el día de esa manera es diferente y me hace sentir. bien. La vida sana me gusta mucho, y por eso hacer deporte es para mí muy importante.

Gabriela sigue disfrutando del deporte, aunque su actividad física ya no incluye el tenis en su rutina.
Gabriela sigue disfrutando del deporte, aunque su actividad física ya no incluye el tenis en su rutina.

- Detalles, detalles... ¿Qué hacés?

- Sabatini: Corro, hago bicicleta, nado, hago un poco de cross training, que es lo que hoy en día se hace mucho. Depende de cómo me sienta, alguna de esas cosas hago.

(Aymar mira asombrada)

- Qué te queda ahora para decir a vos...

- Aymar: ¡No puedo contar nada! Yo siempre le digo: pasame lo que estás tomando, porque está esplendida, está increíble. Cuando dejé de jugar, en 2014, seguí entrenando por un año igual. Después cambié un poquito mi forma de entrenamiento, hoy me entreno todo el día porque lo necesito como Gaby, mentalmente, pero no tengo esa locura, esa necesidad de estar perfecta como cuando jugaba.

- ¿Estoy hablando con las dos más grandes del deporte argentino?

- Sabatini: Eso es difícil de decir... Eso lo tiene que opinar otro. Para mí es un honor muy grande estar al lado de Lucha compartiendo cosas, para mí es un placer, la siento como una amiga y me encanta verla y charlar.

- Aymar: ¡Voy a llorar! Estar al lado de Gaby es de las mejores cosas que me han pasado. Cuando era chica, mis padres eran fanáticos del tenis y me decían “mañana nos vamos a Buenos Aires a ver a Gaby jugando”. Y siempre lo tengo acá, grabado. Uno fue creciendo, llegás a la selección y mi objetivo era seguir a Gaby, seguir a Diego y tener los mismos logros. Hoy la puedo disfrutar desde un lugar de amistad, siempre con la misma admiración y respeto, pero desde un lugar más cercano.

- Hay una explosión del deporte femenino. ¿Cómo la viven?

- Sabatini: Me encanta, me encanta. Vi este año todos los partidos que pude de la selección femenina de fútbol, es tremendo todo el esfuerzo y el sacrificio que hacen. Es súper valioso.

- Es curioso: el hockey y el tenis en primer plano y las marginadas, en el país del fútbol, eran hasta ahora las futbolistas,

- Aymar: Creo en esta revolución del deporte femenino que estamos viendo en todos los ámbitos. Así como están las chicas del fútbol, hay muchas otras deportistas argentinas que están siendo reconocidas, es lo que tiene que pasar, porque es mucho el esfuerzo. Admiración y respeto para las chicas del fútbol que llegaron este año al Mundial.

- ¿Juegan al fútbol?

- Sabatini: Sí, sí. A mi me encanta al fútbol, cuando era chica jugaba. Es otra de mis pasiones.

- Aymar: Sí, también, me encanta. Si no hubiera jugado al hockey hubiera jugado al tenis o al fútbol. Pero en ese momento no estaba tan de moda el fútbol femenino... De hecho, yo jugaba al fútbol con mis hermanos y mis primos, y mi mamá me dijo: Vaya al hockey, pollerita. Y hoy es muy común que las chicas jueguen.

- Sabatini: Tal cual, a mí me pasaba lo mismo. Me venían a buscar los amigos de mi hermano para ir a jugar ahí en el barrio. Mi mamá me venía a buscar de las orejas. Pero siempre me gustó...

- Lucha, dice Mercedes Paz, amiga de Gaby, que el hockey le quitó jugadoras al tenis.

- Aymar: Uh, ¡es la guerra! (ríe). En los últimos años el hockey fue medio como una revolución en Argentina, captó muchas chicas de todo el país. Es más fácil, además, lo jugás con amigas.

- El tenis tiene ese problema, es muy solitario. ¿no?

- Sabatini: Y, sí... Yo creo que sí. Quizás cuando un padre tiene que tomar él la decisión por la hija que es chiquita, mandarla sola con un entrenador o quién sabe con quién, se deciden por el hockey, que es un equipo.

- Aymar: Si vos te ponés a ver la historia de Gaby, es muy dura, compitiendo muy sola desde chiquita. No cualquiera puede hacer eso y menos en las mujeres. Es más fácil un deporte de conjunto que un individual.

Luciana siempre admiró a Gaby Sabatini y la tenía como modelo en su carrera deportiva. Ahora son amigas y suelen coincidir en eventos donde no pierden oportunidad para conversar y recordar anécdotas.
Luciana siempre admiró a Gaby Sabatini y la tenía como modelo en su carrera deportiva. Ahora son amigas y suelen coincidir en eventos donde no pierden oportunidad para conversar y recordar anécdotas.

- ¿Cómo va ese hockey? Estarás jugando a full...

- Aymar: (ríe) Noooo... El palo se quedó en el bolso de hockey y no lo saqué más. A veces hago clínicas o pequeñas exhibiciones y lo uso. Quiero hacer determinadas cosas y no me salen. Qué papelón, me quiero morir me digo. Llamo a uno de los chicos y le digo “¿che, querés mostrar esto...?”. Necesitaba soltar, jugué muchos años y no podía separarme del palo de hockey. Era como un matrimonio. O dejo y hago un esfuerzo enorme, o sigo jugando y no puedo afianzar algunos otros aspectos de mi vida. Y fue lo que hice.

- El presidente del COI, Thomas Bach, está enamorado de ustedes. Querría que fueran miembros del COI algún día. ¿Estarían dispuestas a algo así?

- Aymar: Yo creo que por mi estilo de vida hoy no sé si podría llevar a cabo eso. Sería una posibilidad, la tendría que analizar con mi pareja. Los dos viajamos un montón, somos medio nómades. Pero en un futuro, por qué no.

- Sabatini: No, yo prefiero estar de este lado, como ex deportista. Y si puedo aportar algo desde este lugar, lo prefiero.

- ¿Qué les parece que Buenos Aires sea sede de los Juegos Olímpicos de mayores en algún momento? ¿Les parece bien pensar en esa posibilidad o el país tiene demasiados problemas para algo así?

- Sabatini: Yo creo que sería maravilloso, tuvimos la experiencia el año pasado de los Juegos Olímpicos de la Juventud y necesitamos eso, deportes, valores. El deporte tiene muchos valores, sería muy lindo. No es una tarea fácil, pero no lo veo imposible.

- Lucha, ¿qué le dirías a Gaby si estuvieras a solas y nadie más que ella te escuchara?

- Aymar: ¡Vamos Gaby, vámonos! (ríen). No, igual esto está buenísimo, porque nunca hemos charlado de lo que yo sentía de chica con respecto a Gaby. Era un ejemplo para mi familia y por suerte mis padres me la pusieron como ejemplo. Era Gaby, Gaby, Gaby... Mi ejemplo a seguir, admiración plena, me encanta no solo lo que fue como deportista, sino lo que es como persona. Cercana, cálida, se acerca a los deportistas, no es una intocable. ¡¡Gracias por todos, Gaby, grossa!!

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