Qué pasará con el futuro de Gustavo Alfaro: de la salida de Boca por la puerta de atrás a los sondeos del exterior

La nueva dirigencia xeneize, con Riquelme a la cabeza, no le renovará el contrato a Lechuga. En las próximas semanas definirá dónde dirigirá

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Lechuga no va más en Boca: su futuro podría estar en el fútbol argentino o el exterior (Foto Baires)
Lechuga no va más en Boca: su futuro podría estar en el fútbol argentino o el exterior (Foto Baires)

Lo que Juan Román Riquelme insinuó desde hace tiempo se materializó con la victoria de Jorge Amor Ameal en las elecciones. El nuevo responsable del fútbol en el club de la Ribera decidió no renovarle el contrato a un Gustavo Alfaro que se despidió tras la caída con Central en Rosario, justo el mismo día de los comicios en la Bombonera. Criticado por muchos y valorado por otros, dijo adiós después de un año de trabajo y ahora lo tentarán desde el medio local y también del exterior.

Alfaro agarró un fierro caliente tras la durísima derrota de Boca en la final de la Libertadores con River y consiguió levantar la moral de un plantel golpeado anímicamente. Refrescó la plantilla con algunos nombres, llegó a enderezar la nave en el primer semestre, en el que obtuvo la Supercopa Argentina ante Rosario Central, consiguió la clasificación a la Copa 2020 y cayó en la final de la Copa Superliga contra Tigre, y se desinfló en el desenlace.

Su arribo fue gestionado por Nicolás Burdisso, quien convenció a Daniel Angelici de inclinarse por Lechuga y no por Antonio Mohamed. De entrada, el todavía secretario técnico le cerró como refuerzos a Marcos Díaz, Lisandro López, Iván Marcone, Junior Alonso, Jorman Campuzano y Kevin Mac Allister (más la apuesta del juvenil Gastón Ávila) pero no pudo darle el gusto con el mediocampista por izquierda por el que tanto rogó (Maximiliano Meza y Marcos Acuña resultaron sueños imposibles). Para el segundo semestre firmaron Eduardo Salvio, Daniele De Rossi (un fichaje netamente de Burdisso), Jan Hurtado y Franco Soldano. Tuvo dos bajas sensibles en el medio de la disputa de la Libertadores: Nahitan Nandez y Darío Benedetto.

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Su efectividad se mantuvo en el segundo semestre de 2019 así como también las críticas al juego del equipo, que tuvo sus mejores versiones ante Atlético Paranaense (octavos de final de Copa), Liga de Quito (ida de cuartos) y San Lorenzo (fecha 7 de la Superliga en el Nuevo Gasómetro) y careció de esa regularidad. De aceptable primer tiempo en la ida de semifinales frente a River en el Monumental, pagó caro el bajo rendimiento del segundo en una llave que no pudo revertir en la Bombonera pese a haber triunfado 1-0.

Tras el cruce superclásico en el que Alfaro aseguró que Boca mereció más, hizo hincapié en las polémicas arbitrales del VAR y dejó una frase que hizo dudar a más de uno sobre su deseo de continuidad: “Quiero recuperar mi vida”. Días más tarde, aclaró que pretendía seguir ligado al Xeneize.

Gustavo Alfaro se despide de Boca con el 65% de efectividad (Foto: Julián Álvarez/Telam)
Gustavo Alfaro se despide de Boca con el 65% de efectividad (Foto: Julián Álvarez/Telam)

Tuvo un buen porcentaje de efectividad (65%) producto de 27 triunfos, 16 empates y 7 derrotas y, tal como acostumbra, armó una sólida defensa con Esteban Andrada como gran figura y estabilizó a López-Izquierdoz como dupla central. Su conjunto convirtió 71 goles y recibió 28 (apenas encajó 7 en lo que va del actual campeonato siendo la valla menos vencida). Además, si se toman en cuenta solamente los encuentros válidos por Superliga a lo largo de 2019 (excluyendo los de Copa Superliga y los postergados pendientes de 2018), Boca fue el que más puntos cosechó.

Antes de la fase de semis contra River, Burdisso le ofreció renovar el contrato pero el DT prefirió postergar la decisión ante el debate político que reinaba en el club. Sólo si era electo Christian Gribaudo tendría chances de continuar en 2020: su final se concretó tras los resultados de las urnas.

Hoy, de vacaciones en el exterior, Alfaro descansa cuerpo y mente tras el año que más lo desgastó en toda su carrera. Y recarga energías porque le pueden surgir nuevos retos por delante. Los rumores que lo vincularon a Racing no trascendieron de eso, mientras que sí se fijaron en él Colón de Santa Fe y Huracán, paradójicamente el club que dejó para firmar en Boca.

En el exterior también lo nombran como posible entrenador de Deportivo Cali de Colombia y hasta de la selección ecuatoriana, a la vez que asoman como destinos potables el fútbol mexicano o la MLS (¿tomará el mismo camino que Guillermo Barros Schelotto?).

Desconectado de todo, agradeció a sus dirigidos y se fue conforme con su labor: “Había que tomar el equipo en estas circunstancias. Creo que hicimos bien las cosas, nos faltó el final pero me voy tranquilo”.

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