Ianina Zanazzi se transformó en una referente del género femenino sin buscarlo. Su pasión por los fierros le permitió convertirse en una de las profesionales más exigentes y competitivas de la Argentina. Y sus resultados son el fruto de ello.
La campeona de la Copa Porsche cuenta con una experiencia notable por las autódromos del país, Sudamérica y Europa. Su sonrisa permanente es un reflejo de la felicidad que le provoca la máxima velocidad. Puede ser arriba de un karting, un auto de fórmula o un clásico, como la Maserati que manejó en Balcarce, donde se dio el gusto de probar las máquinas que navegaron los héroes del pasado.
Detrás de su mirada encantadora y su figura elegante se destacan sus brazos tonificados que dan muestra de una extraordinaria preparación física. En su muñeca izquierda resalta el TAG Heuer “Fangio” Carrera Calibre 16 Edición Limitada, uno de los 300 relojes que hay en el mundo, de los cuales sólo 60 llegaron a la Argentina. La joya que le rinde homenaje al legendario Juan Manuel Fangio es una muestra más de su ADN tuerca.
Ella asegura que su carrera profesional “fue un poco desprolija”, porque se inició en los kartings a los 14 años, una edad avanzada si se tiene en cuenta que la mayoría arranca a los 8 ó 9 años. “Tuve que hacer todo muy rápido: pasé a los autos de Fórmula y por suerte se dieron los resultados en una etapa muy competitiva en el automovilismo argentino. En el TN (Turismo Nacional) había autos que se quedaban afuera de la parrilla de largada por la cantidad que había. Y en los kartings estaban Pechito López y Guerrieri, que son dos fenómenos que pusieron la vara muy alta”, explicó en diálogo con Infobae.
Para Ianina nunca fue un problema abrir sus propios caminos en un mundo que tradicionalmente fue dominado por los hombres. “Lo tomé con naturalidad. Nunca me puse en el papel de víctima, porque tiene sus cosas buenas y sus cosas mala”, reconoció la joven de Chacabuco con una clara visión sobre su trayectoria profesional: “Nunca le dediqué un tiempo a analizar si era algo personal o de género. Simplemente me hice un lugar en un ambiente que históricamente el género masculino se dedicó a esto”.
En tiempos en donde los pañuelos verdes tomaron una postura masiva por los movimientos que luchan para deconstruir a una sociedad conservadora, Zanazzi prefiere alejarse de las polémicas y aclara que no se siente un ejemplo de nadie. “Me pesa la presión social con el movimiento de la igualdad de género. Yo entiendo que todos tenemos los mismos derechos porque somos todos iguales, pero no comparto ciertas cuestiones”, deslizó sin omitir ningún pensamiento de su mirada profunda. “Las cosas llevan su proceso. Una no puede exigir estar en las categorías más importantes del país a los 30 años. Tiene que comenzar de chica, como arrancan los pilotos más destacados de la Argentina. Hay que ver cómo llegó cada piloto al TC (Turismo Carretera). Hay que hacer lo mismo (o más) que los que están hoy en la categoría más grande del país. Hoy se ven más mujeres en el automovilismo, pero van a pasar años para ver a una que pueda correr como Canapino o Matías Rossi”.
Su modelo mental se ampara en el sentimiento que le genera la máxima velocidad. “No estoy del lado de la mujer y ni del hombre. No hago esta actividad por una cuestión de género, sino porque es algo que me apasiona. No me gusta que me tomen como la representante femenina. Tampoco lo hago por mis hijos o mis padres. Lo hago porque me gusta. Si después le puedo abrir el camino a otras mujeres será un plus, pero no es mi finalidad. No estoy representando a nadie. Hay grupos que están muy en contra del hombre, y yo pienso todo lo contrario: crezco y me comparo con ellos”, reflexionó.
A diferencia de lo que sucede en otros deportes, el automovilismo permite que la competencia sea mixta, porque “no hay nada que demuestre que la mujer pueda estar limitada”. En otras disciplinas como el tenis, fútbol, voley, hockey, atletismo y tantas otras, los participantes se dividen según su sexualidad; pero arriba de los autos todos tienen las mismas condiciones. “Si la dirección es muy pesada, es pesada para ambos sexos. Eso depende de la contextura física de cada uno”, explicó Zanazzi.
Sin embargo, el ambiente machista que aún persiste en los circuitos le jugó en contra en más de una ocasión. “Lo tomaba con normalidad. Sabía que cuando empezaba en una categoría nueva, en los primeras carreras tenía que ir más al choque para hacerme respetar. Hay hombres que están mucho más evolucionados que naturalizan la participación de la mujer, pero hay otros que no lo soportan y están muy pendientes de cómo me va”, reveló.
A pesar de los toques intencionales, las intimidaciones en las pistas y los movimientos bruscos que le hicieron sentir el rigor, Ianina jamás sintió el temor que quisieron imponerle algunos colegas. Incluso se anima a soñar en una posible participación en el Turismo Carretera. “Para llegar al TC hay que atravesar por las categorías previas. Hoy estoy en el TC Pista Mouras buscando un crecimiento profesional que me permita seguir elevando mi nivel. Tengo que adaptarme, porque hay un desafío nuevo en el estilo de manejo y el aspecto físico. Por suerte estoy en un equipo con una estructura muy grande, con excelentes ingenieros que me permiten seguir aprendiendo”, aseguró.
Sus complicaciones no sólo se instalan en el asfalto. La búsqueda de sponsors para conseguir los recursos económicos y las tareas domésticas basadas en la crianza de sus tres hijos son otros aspectos que le demandan tiempo, esfuerzo y sacrificio. “Los chicos tienen edades en las que una tiene que estar muy pendiente de lo que hacen. Además, van a colegios distintos y tienen sus actividades extracurriculares. Pero cuando una hace lo que ama, siempre puede resolver todas las adversidades que se le puedan presentar”, afirmó con el amor que le representa compartir su actividad con la familia.
Inspirada en pilotos del pasado, Zanazzi heredó el ADN tuerca de su padre, con el que trabaja en la restauración de los Porsche clásicos. Su estilo está marcado por el éxito, gracias a su talento, audacia y competitividad. Por ello tiene como referencias a las leyendas que dejaron una huella profunda en la historia del deporte motor. “Ayrton Senna fue un grande. Juan manuel Fangio también.. me gustan más los pilotos del pasado. Hoy los corredores tienen tanta información, que pierden mérito. Cualquiera puede acceder al entrenamiento de Hamilton. Hay un montón de cosas que se le inyectan al piloto, más allá de su talento natural. Antes eso no pasaba. Había menos asistencia técnica y seguridad. Incluso ahora saben en qué lugar hacer el sobrepaso”.
Sin embargo, su vida no se limita a los fierros. Entre las obligaciones familiares y laborales, también debe hacerse un tiempo para entrenar al máximo. Al no pertenecer a ningún equipo oficial, su esfuerzo debe ser aún mayor para complementar sus responsabilidades laborales con su pasión y continuar quebrando las barreras que le imponen sectores más conservadores del deporte motor. Pero ella no se considera ninguna heroína. “Los héroes de verdad que trascendieron y superaron un montón de obstáculos fueron Gandhi, Mandela o María Montessori. Ellos generan mi inspiración, más allá del automovilismo”.
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