12 frases de Fernando Gago: el día que la prensa hizo llorar a su mamá, los diez años con dolor, su relación con Messi y la influencia de su hijo Mateo en la decisión de volver a jugar

El jugador de Vélez habló de cómo superó las lesiones, del día que pensó en el retiro, la importancia de su familia para seguir adelante y del peso que le da a los memes en las redes sociales

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Fernando Gago habló a corazón
Fernando Gago habló a corazón abierto (@velezoficial)

Fernando Gago es un sinónimo de resiliencia. En una carrera marcada por las lesiones graves, el mediocampista supo reinventarse en múltiples oportunidades para seguir “jugando a la pelota”, tal como él llama a esa actividad en la que brilla hace 15 años.

En una charla a corazón abierto, y a pocos días de cumplirse un año de la lesión que sufrió en la final Copa Libertadores en Madrid, Pintita habló en el podcast del periodista Juan Pablo Varsky y repasó los momentos más importantes de su vida a nivel profesional y personal. Se refirió a los tramos más difíciles, a esos aspectos que no le gustan del ambiente del fútbol y al enorme valor que siempre ha tenido su familia.

Gago realizó una entrevista con
Gago realizó una entrevista con Juan Pablo Varsky (Twitter: @JPVarsky)

Las frases más destacadas de la entrevista a Fernando Gago:

Al cumplirse 15 años, el recuerdo del día de su debut en Boca: “Fue medio raro. La semana previa había jugado en la quinta división porque si ganábamos salíamos campeones. Ese día sufrí un traumatismo de cráneo con pérdida de conocimiento y eran 10 o 15 días sin jugar. Llegué el lunes al entrenamiento de Primera y el Chino Benítez me preguntó si estaba preparado para jugar y le dije que sí sin hablar con los médicos sobre el proceso de recuperación. Tuve una negociación con el médico que me conocía desde los 8 años porque él no quería que jugará. Al final lo convencí. El miércoles entrené y jugué el domingo”.

(Foto Baires)
(Foto Baires)

Su relación con el ambiente del fútbol y la prensa: “No me gusta, pero aprendí a convivir. Al principio era muy negado, no soy de dar entrevistas y no me gusta mucho la exposición. En ciertos momentos sufrí más por lo que me llegaba o lo que le llegaba a mi mamá o a mis hermanos. La vi a mi mamá llorar por comentarios que hicieron. Cuando mi papá estuvo 22 días internado, yo no falté ni a un entrenamiento ni a un partido, pero sí bajé mi nivel porque no dormía: estaba al lado de la camilla hasta las cuatro de la mañana y dormía una hora tirado en un sillón. Lo hacía porque tomé al fútbol como un trabajo y era lo que mi papá quería que hiciera. Mi papá falleció a las 4.30 de la mañana de un domingo y 16.30 jugamos con Racing. Jugar a la pelota estaba muy sujeto a mi familia y verla sufrir a mi vieja no fue lindo. Había comentarios en la prensa sobre mi nivel bajo, pero estábamos pasando un momento mucho más difícil que jugar a la pelota".

Los cambios en su estilo: “Hoy corro mucho menos. Eso es porque vas entendiendo más el juego y a mí me gusta mucho analizarlo, ver al rival cómo se va a mover o el que me puede llegar a marcar”.

La relación con su hijo mayor: “A Mateo no lo dejo ganar. Lo hago llorar y un poquito se enoja. Me gusta que tenga eso competitivo de querer ganar y que le duela perder. Le cuenta a la madre y después llora. Son cosas que me divierten, lo disfruto mucho al enano, está en una etapa hermosa de querer aprender de jugar al fútbol. Está aprendiendo a jugar y quiere ganar. Me gusta porque yo también era igual de chico”.

La influencia de Mateo para volver después de su última lesión: “Influyo muchísimo, casi todo. Fue difícil el día que se lo planteé. Le dije que papi por ahí no jugaba más, que no iba a ir más a la cancha a jugar. Me respondió: ‘Pero papi yo quiero que juegues’. Eso quedó. Después nos fuimos casi dos meses de vacaciones, necesitaba despejarme, estar con mi familia. En una situación Mateo estaba haciendo un osito de juguete y tenía que pedir tres deseos: pidió volver a jugar a la pelota con papá. Ahí se me cayó el mundo. Me fui a llorar solo y mi señora se fue por otro lado. Fue una situación hermosa que al día de hoy seguimos recordando. Fue el clic para decir vamos a probar una vez más y ver qué pasa”.

Los diez años que convivió con el dolor: “No podía ni tocar la sábana con el pie. Imaginate un botín, una zapatilla o correr. Jugué con dolor, infiltrándome y los días de partido tomaba antiinflamatorios. El tema era la semana: no podía entrenar bien, tenía cuidados especiales en mi casa. Fueron diez años donde me levantaba y no podía caminar. Todo era por un hueso que se me deformó en los dos tendones y con el correr del tiempo nos dimos cuenta de que eso comió el tendón. Cuando fue la rotura, me limaron ese hueso. Todo ese tiempo podía usar un solo par de zapatillas y me tenía que comprar tres pares para tirar todo el año. Yo no caminaba descalzo en la playa, iba en zapatillas”.

El entrenador que más lo marcó: “El que a mí me abrió la cabeza fue Luis Enrique (en la Roma). Yo tenía 26 o 27 años, y ahí ya empezás a ver el fútbol desde el lado del entrenador. No sé si voy a serlo, pero me empezó a gustar más eso”.

Cómo reacciona ante los memes y las burlas: “No le doy importancia. No me gusta cuanto se genera tanto de algo que es una desgracia. Yo todo lo tomé como de quien venía: de una red social en la que cualquiera puede decir o escribir, pero yo le doy más importancia a las cuatro veces que me levanté”.

Qué piensa de Lionel Messi: “Futbolísticamente es el mejor, no hay jugador que se le acerque. Tiene todo lo que tiene que tener un futbolista y algo que lo hace más grande: lo simple y lo humilde que es. Tiene un cerrojo bastante importante y es lógico: es el mejor del mundo y a dónde va la gente lo ve, lo busca, se saca fotos. Eso te puede jugar en contra, pero a él no. Él no cambió absolutamente en nada en su forma de ser respecto al grupo y en cómo manejarse en el día a día”.

“Una vez jugaron Barcelona y Valencia, y me quedé en Barcelona porque jugaba con la Selección. Con Leo fuimos a comer y estacionó a una cuadra del restaurante. Le pregunté si iba a caminar y me dijo que sí, que no pasaba nada. Bajó y caminó, pero a la media cuadra ya se había hecho fotos con la mitad de Barcelona. Eso te da la sensación de que es un chico normal”.

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zzzzinte1Argentina's forward Lionel Messi and midfielder Fernando Gago (R) attend a training session at the Cidade do Galo base camp in Vespasiano near Belo Horizonte during the 2014 FIFA World Cup on July 2, 2014. AFP PHOTO / JUAN MABROMATA zzzz

El Mundo Boca: “El mundo Boca no es para nada fácil. Hay muchísimas cosas externas que si te dejás llevar te pueden hacer mal. Cuando ganas sos dios y cuando perdés sos el peor del mundo. No hay un punto límite donde eso se pueda manejar”.

La final del Mundial de Brasil 2014: “Nunca más la vi, no la puedo ver. Estuvimos muy cerca. No me acuerdo de nada. (El gol de Alemania) traté de borrarlo, no lo tengo en la cabeza. Con el tiempo nos vamos a dar cuenta de lo que se logró en ese Mundial. Fue un golpe durísimo. El vestuario fue todo llanto. Fue un mérito muy grande haber llegado a una final, no es nada fácil. Estuvimos a un pasito”.

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