Sucedió en el epílogo de la primer etapa en el Monumental. River fue más que Colón, en el contexto de un duelo en el que el local tuvo más la pelota, pero le costó ser profundo. Hasta que llegó el centro desde la izquierda de Marcelo Estigarribia para la ubicación de Wilson Morelo. Y Milton Casco, en el afán de rechazar, impactó de lleno el cuerpo del delantero...
Debió ser penal para la visita, con el encuentro todavía 0-0, pero el árbitro Nicolás Lamolina, bien ubicado, no advirtió que la acción tenía identidad de falta. ¿Por qué correspondía el remate desde los 12 pasos para los conducidos por Pablo Lavallén? En el salto para despejar, el lateral de River se desentiende del físico del adversario, golpeándolo de una forma temeraria. Es más, es una jugada con riesgo evidente para el físico del colombiano, por lo que Casco además debió haber visto la tarjeta amarilla.
La jugada se da luego de la polémica por los arbitrajes en el Superclásico. Tanto Boca como River elevaron reclamos con distintas miradas sobre el cruce semifinal de la Copa Libertadores: Gallardo se quedó por la cantidad de faltas que sancionó el brasileño Wilton Sampaio en la Bombonera (utilizó la palabra “escandaloso”), mientras que en el Xeneize hicieron hincapié en la aplicación del VAR.
Todo Colón cerró la primera parte envuelto en reclamos; dado que se trataba de la jugada más peligrosa para los de Santa Fe, que habían puesto mayor énfasis en controlar a River que en elaborar. Ya en la segunda parte, el Millonario logró desentrañar la resistencia del Sabalero y comenzó a aflorar la mejor versión del dueño de casa. Pero el error de Lamolina, de todos modos, tuvo incidencia en el score.
Un acierto del equipo arbitral: la visita también protestó un supuesto fuera de juego de Suárez en el 1-0; sin embargo, estaba en la misma línea en el momento de recibir el balón. Pero en el 2-0 parcial sí hubo offside de VAR: cuando parte el remate de Quintero, Borré saca ventaja de su posición.
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