A 20 días del comienzo del juicio contra Bebote Álvarez, acusado de tentativa de extorsión contra Ariel Holan, el Tribunal Oral 5 de Lomas de Zamora, a cargo de la jueza María del Carmen Mora, dictó sentencia para uno de los barras más famosos de la Argentina: el líder de los violentos recibió una pena de 3 años y medio por la causa de tentativa de extorsión contra el ex director técnico de Independiente.
El hecho por el que Bebote fue acusado sucedió el pasado 19 de octubre de 2017 cuando Holan era el DT del Rojo de Avellaneda. En aquella ocasión, Álvarez esperó a Holan a la salida del complejo de Villa Domínico. Una vez que terminó el entrenamiento, el líder de la barra brava de Independiente ingresó con otros cuatro barras al auto que manejaba el entrenador del primer equipo para pedirle 50 mil dólares con la finalidad de poder financiar parte de su viaje al Mundial de Rusia 2018.
En el transcurrir del juicio, la fiscal Mariana Monti utilizó todos los factores del caso para solicitarle a la jueza Mora 4 años de prisión. La fiscalía se basó en el testimonio de los 53 testigos, en los factores externos que intervinieron en la presunta tentativa de extorsión y habló sobre la preocupación de Holan por el cuidado de su familia y cuerpo técnico -hizo referencia a que el DT sigue viviendo con custodia policial- para solicitar la pena para Álvarez.
Por su parte, la querella, a cargo de estudio Iezzi-Varone, pidió el máximo de la pena prevista para este delito: cinco años de prisión, ya que valoraron no sólo la actuación del barra sino también sus antecedentes.
Bebote Álvarez aprovechó su testimonio en el juicio para mostrarse como una víctima, presuntamente perseguido por Hugo y Pablo Moyano, los dirigentes sindicales que manejan Independiente, y del ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo, al que acusó de haber armado toda la maniobra para que terminara preso. Durante su descargo, Bebote afirmó que fue a pedirle una colaboración a Holan para viajar a la última Copa del Mundo que se jugó en Rusia.
“Los Moyano me querían fuera del club porque sabían que yo era el candidato con más chances de ganar las elecciones. Necesitaban sacarme del camino porque yo iba a ser el próximo presidente de Independiente. Para eso usaron a Ritondo y armaron todo con Lugones (Juan Manuel, denunciante del caso y director de la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte). Todo es una mentira”, dijo el ex jefe de la barra brava del club en su testimonio durante el juicio. Y agregó: “Todo este proceso es un circo romano para entretener al pueblo”.
Álvarez está con prisión preventiva desde los días posteriores al hecho ocurrido con el ex entrenador de Independiente: hace poco más de dos años, fue encarcelado en el penal de Melchor Romero por esta causa y por la de asociación ilícita que tiene elevado a juicio a la cúpula de la barra junto a Héctor Yoyo Maldonado, secretario general del club, mano derecha de la familia Moyano y protesorero del gremio de Camioneros, y a Pablo Moyano.
Desde el 9 de septiembre pasado, el barra recibió el beneficio de la prisión domiciliaria y se instaló en su casa ubicada en el barrio de Palermo, donde es controlado con una tobillera electrónica.
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