Ricardo Caruso Lombardi está alejado del Superclásico que se disputará en la Bombonera. Su concentración se fija en las propuestas que recibe del exterior, aunque reconoce que le cuesta dejar el país.
Su teléfono suena y los llamados de Chile, Arabia Saudita y Dubai buscan tentar al carismático entrenador con un posible arribo a un destino exótico, pero su respuesta es negativa. “La de Qatar no estaba tan mal, si agarraba iba a estar cerca para ir a ver los partidos del Mundial”, dice entre risas en diálogo con Infobae.
Su estilo se basa en la motivación. Sus arengas forman parte de un material audiovisual que podría ser utilizado por Gustavo Alfaro para aplicar con sus jugadores antes de salir a la cancha en busca de la hazaña. A horas de la revancha de la Copa Libertadores, Caruso es consciente de que “hay una incertidumbre porque Boca va a querer aprovechar su localía y River su buen momento”.
Sus años en el fútbol le permiten realizar un análisis sobre el encuentro que paralizará al continente. “Está todo muy parejo. La vez pasada River iba ganando 2 a 0 con Cerro Porteño y cuando jugaron la revancha recibió un gol a los 7 minutos. Puede pasar cualquier cosa. Cada uno tiene sus armas en una serie que todavía no está definida”, asegura.
Para Caruso Lombardi se trata de un partido distinto. De esos en los que no hay que tener en cuenta la actualidad de cada protagonista. “Si bien River tiene una leve ventaja, no debería confiarse porque los hinchas van a empujar desde las tribunas”, advierte el DT con la premisa que marca el recambio que hará Alfaro: “El equipo contra River no va a ser el mismo que el que paró contra Racing”.
En su currículum figuran casi 20 equipos en los que dirigió entre el ascenso y Primera. Los más destacados fueron San Lorenzo y la Academia, cuando los grandes corrían el peligro de perder la categoría. Conoce de desafíos y se anima a preparar fórmulas para lograr los objetivos. Por lo tanto, para el complejo panorama que se le presenta al Xeneize, el técnico se anima a brindar su receta para concretar la hazaña y eliminar a River en la Bombonera. “Lo más cómodo para Boca es el 4-4-2 ó el 4-4-1-1, aunque las claves pasan por los jugadores que vayan por afuera”, desliza el DT sin titubear en los nombres que podrían cumplir a la perfección esa función: “Para afrontar el ida y vuelta constante tienen que jugar Salvio y Villa”.
Con los ingredientes externos ubicados para explotar la velocidad, Caruso continúa con su receta en el sector ofensivo. “A Tevez lo guardaría para el segundo tiempo y pondría a Wanchope (Ábila) con Mauro Zárate”.
Con los hombres de ataque puestos a su disposición, el once ideal lo concluye con “el doble 5 para Marcone y Mac Allister; la línea de fondo con Buffarini, Izquierdoz, Lisandro López y Mas; y al arco Andrada”.
De todos modos, el entrenador reconoce que los protagonistas “no se tienen que regalar atrás”. “Cuando le das un espacio a River, te mata. Es bravo. Letal. Tienen que tener los cuidados lógicos porque va a ser un partido largo. Hay que mantener la tranquilidad en este tipo de situaciones”, explica.
Los recaudos son necesarios por el vértigo que propone la Banda. Con atacantes como Borré, Nicolás de la Cruz y Matías Suárez, la línea defensiva del local deberá mantener la concentración para no dejar los huecos que podrían surgir de los contragolpes. “De River me preocupa todo. Los laterales están muy bien, en la mitad de la cancha Enzo Pérez y Nacho Fernández están en un gran momento y los de arriba te matan. Igualmente, éste es un partido aparte. No importa cómo llegue cada equipo”.
A pesar de la tendencia global que marca al elenco de Marcelo Gallardo como favorito en la serie, Caruso se mantiene alejado del exitismo y opta por la cautela. “La gente puede pensar lo que quiera, pero no hay una diferencia de 5 goles. El otro día River jugó con un equipo alternativo y Arsenal le metió 3”, recuerda el entrenador, y agrega otro condimento fundamental para su fórmula: “El VAR puede influir completamente. Los jugadores van a tener que tener cuidado en todo, porque van a estar muy quisquillosos”.
En este sentido, la tarea arbitral no pasará inadvertida. La designación del brasileño Wilton Sampaio para que imparta justicia en el Alberto J. Armando es otra de las preocupaciones del DT. “El árbitro no me gusta para nada. Cuando lo vi en la Copa América me dio la sensación de inseguridad”, explica Caruso; y argumenta: “En el partido de Argentina y Paraguay fue siete veces al VAR para dar el penal, pero en el de Perú y Uruguay no fue ni una vez cuando le anuló los goles a los uruguayos”.
“Con el VAR los árbitros no tienen margen de error. Si se equivocan viendo el partido por el monitor, hay que dudar de todo. Sería insólito que cobren algo que no fue”, agrega.
Con el antecedente recordado por el Panadero Napolitano y la posible reacción de los hinchas locales en caso de que no se logre el objetivo, Caruso pide que el público, los organismos de seguridad y la organización estén a la altura. “Esperemos que hagan las cosas bien y que no se manden ninguna macana. Es un partido de fútbol. Si no hay ningún fallo raro, no hay margen para que se genere lío. La mayoría de los problemas surgen por los fallos polémicos”, resalta el DT y concluye con una frase que invita a gozar de un espectáculo único: “El Boca y River siempre es muy lindo. Hay que disfrutarlo porque es un partido que tiene un sabor especial que se da en muy pocos lugares del mundo”.
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