Este sábado, luego de 14 años de romance, Rafael Nadal y Mery Perelló se casaron y celebraron la unión con festejo en el que participaron amigos, familiares, deportistas y celebridades. Lo llamativo es que entre los cerca de 350 invitados no estuvo Roger Federer.
El suizo fue el gran ausente y aunque en algún momento se especuló con que su falta era debido a sus compromisos en el circuito ATP, el ex número 1 del mundo dejó en claro lo que sucedió en conferencia de prensa, antes de su debut en el torneo de Basilea.
“No fui invitado, cosa que tampoco esperaba", aseguró Federer, quien de inmediato aclaró que esto no significa que no exista una buena relación entre ambos. "Nos llevamos muy bien. En una boda invitas a las personas con las que quieres compartir la mayor parte de tu tiempo. Por eso no es un problema para mí. Lo felicité por su matrimonio. Sabía que no me contestaría de inmediato porque tendría mejores cosas que hacer, como estar de fiesta. Estoy muy feliz por él y espero que haya pasado un día estupendo”.
Entre los invitados del circuito se destacó la presencia de su entrenador Carlos Moyá, los tenistas Fernando Verdasco y Feliciano López, y los ex tenistas Juan Mónaco y David Ferrer, entre otros.
El suizo y Nadal han compartido la cima del ranking ATP (más allá de las apariciones de Novak Djokovic) durante la última década y sus enfrentamientos ya son un clásico. El español está en ventaja en el historial por 24 a 16.
Dónde fue la boda
El lugar que eligieron para su boda fue Sa Fortalesa, en el municipio de Pollença de su Mallorca natal. Es un castillo cargado de historia que comenzó a construirse en los primeros años del siglo XVII para defender la isla de los ataques por mar, por propuesta del juez Gabriel Martorell. Ya en 1919, la propiedad fue adquirida por el pintor argentino Roberto Ramaugé por 45.000 pesetas y en 1936, con el estallido de la Guerra Civil, fue ocupada por militares franquistas. No sería hasta 1984 cuando los herederos de Ramaugé pudieron recuperar la propiedad. Los nuevos dueños decidieron vender el castillo a John Ogden y este la puso a la venta nuevamente en 2008.
Se convirtió en la propiedad más cara de España en 2011, cuando el político y financiero británico James Lupton pagó alrededor de 40 millones de euros y atraviesa se encuentra una gran batalla con el gobierno de las Islas Baleares, que entienden que Sa Fortalesa es un bien de interés cultural y que debería tener facilitado el acceso al público a pesar de ser una propiedad privada. Por estos días, la finca totalmente inexpugnable salvo para aquellos que desembolsen el precio de su alquiler: 40.000 euros al día. Fue también el escenario de la boda de otros deportistas como Gareth Bale y Rudy Fernández, además de utilizarse para la grabación de algunas series de firmas como la BBC o Netflix.
Alrededor del edificio principal existen otras seis casas con 17 dormitorios, donde este fin de semana se alojarán los familiares cercanos de Rafa Nadal y de Mery Perelló.
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