Lo que parecía iba a ser un trámite terminó complicándosele mucho más de la cuenta a un Boca que venía de sacarse de encima a Vélez y Libertad de Paraguay en las instancias anteriores. Cúcuta Deportivo se convirtió en la Cenicienta de la Libertadores 2007 y salió a jugar sin nada que perder.
Pegó en el duelo de ida disputada en el estadio General Santander pese a haber arrancado abajo en el tanteador por el gol de Pablo Ledesma. Un doblete del panameño Blas Pérez (ausente en la revancha por estar comprometido con su selección) y otro golazo de tiro libre Rubén Bustos dejaron con un pie en la final de la Copa al conjunto dirigido por Jorge Luis Bernal.
Las apostillas de aquel 3-1 a favor del Cúcuta pasaron por la presencia del Burrito Martínez en la ofensiva del elenco rojinegro y la lesión de Mauricio Caranta, quien fue reemplazado por el paraguayo Aldo Bobadilla (responsable en el 1-2).
Aquel once de Miguel Ángel Russo salía de memoria y contaba con: Caranta; Hugo Ibarra, Cata Díaz, Morel Rodríguez, Clemente Rodríguez; Ledesma, Éver Banega, Neri Cardozo; Juan Román Riquelme; Rodrigo Palacio y Martín Palermo. Tal era la confianza del DT con estos nombres que pese a la caída en el primer chico, mantuvo idéntica alineación para el desquite en la Bombonera.
El cotejo se llevó a cabo en el Alberto J. Armando el 7 de junio de 2007 -con más de 55 mil personas- y tuvo un particular condimento: la niebla.
Este fenómeno climático llegó a poner en duda el inicio y la continuación del encuentro. Se barajó la idea de posponerlo para el día siguiente pero las autoridades de ambas instituciones, la Conmebol y la transmisión televisiva concordaron en jugarlo, aunque retardando el arranque.
El primer pitazo se originó 55 minutos más tarde de lo pactado en un principio y, en el complemento, el árbitro uruguayo Roberto Silvera lo detuvo 8 minutos por la espesa neblina que impedía la visibilidad.
A los cortos de vista se les hizo difícil. Quienes estuvieron ubicados en las bandejas más altas tuvieron que adivinar qué sucedía en el campo de juego. Incluso la TV oficial optó por mostrar el partido desde diferentes cámaras porque en la habitual costaba encontrar la pelota. Algún distraído no se habrá percatado del tiro libre en el travesaño de Caranta que casi pone 1-0 en ventaja a la visita. El que sí se percibió fue el golazo de Riquelme sobre el final de la primera parte. El 10 frotó la lámpara, la colgó de un ángulo y dejó al Xeneize a un tanto de la clasificación. Ahí la Bombonera explotó por primera vez.
En la segunda mitad otros dos referentes boquenses decretaron cifras definitivas a través de la vía aérea. Primero Martín Palermo igualó el resultado global que metía al dueño de casa en la final por el gol de visitante obtenido en Colombia. Más tarde Sebastián Battaglia, quien había ingresado en el complemento, sentenció el pleito.
En las tribunas festejaron la victoria Diego Armando Maradona y Carlos Tevez, que disfrutaba de sus vacaciones en Argentina y en ese momento estaba por concretar su transferencia desde el West Ham al Manchester United en Inglaterra.
Esta fue la primera vez en la historia de la Copa Libertadores que un semifinalista logró revertir -en serie de mata o muere- una diferencia de dos goles en contra. En la edición del 65, Independiente había derrotado a Boca 2-0 y el Xeneize ganó la revancha pero solamente 1-0. Vale remarcar también que en el 68 Racing venció 2-0 en la ida a Estudiantes de La Plata, que se impuso 3-0 en la vuelta y forzó así un partido desempate.
En la otra semifinal de la Copa 2007 se enfrentaron Gremio y Santos. Los de Porto Alegre ganaron 2-0 en casa y los paulistas hicieron lo propio 3-1 (quedaron afuera por la diferencia del gol visitante). Hasta ahora, el otro club que dio vuelta una semifinal de Libertadores estando dos goles abajo fue Atlético Mineiro en 2013. Aquel equipo de Ronaldinho perdió 2-0 con el Newell’s de Martino en Rosario pero ganó 2-0 en Belo Horizonte y se clasificó a la final en la tanda de penales.
No hubo ningún tipo de equivalencias en las finales ante Gremio. El equipo argentino, con idénticos intérpretes titulares que en las semifinales, vapuleó al de Porto Alegre conducido por Mano Menezes en la Bombonera. Fue 3-0 con goles de Rodrigo Palacio, Juan Román Riquelme y Patricio -en contra-.
Los argentinos Sebastián Saja y Rolando Schiavi, identificado con la camiseta azul y oro, sufrieron en carne propia la magia de un Riquelme que terminó consagrándose como figura de la final y el certamen (conquistó 8 goles en total).
Con una realidad muy diferente, el plantel conducido por Gustavo Alfaro intentará lograr la proeza que Boca hizo en 2007 frente a Cúcuta Deportivo. Será ante un equipo mucho más poderoso y paradójicamente el adversario de toda la vida. Contra River este martes, el Xeneize buscará hacer historia en el mismo escenario.
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