El tenista australiano Nick Kyrgios recibió en septiembre una suspensión de 16 semanas de las competiciones por su mal comportamiento en las pistas en los últimos doce meses, anunció la ATP, que añadió un período de prueba de seis meses a su sanción. Luego, una lesión lo obligó a alejarse de la competencia y para relajarse optó por volar a Oceanía.
Esta semana, sin proponérselo, el tenista volvió a ser noticia. Es que uno de sus amigos sufrió un accidente automovilístico a bordo de un Dodge Challenger SRT Demon, valorado en 300.000 dólares, que pertenece a Kyrgios. Sin embargo, el deportista no estaba a bordo del coche cuando sucedió el impacto.
El Chico Malo del tenis estaba siendo investigado después de las polémicas acciones que protagonizó en el Masters 1000 de Cincinnati, en donde pidió un tiempo para ir al baño y rompió dos raquetas, además de escupir al umpire.
Más allá de la sanción (que entrará en vigencia si reincide), el joven de 24 años deberá recibir un apoyo continuo de un entrenador mental, mientras compite en los eventos de la ATP Tour, así como también buscar apoyo adicional de un profesional especializado durante la temporada de competencia baja (noviembre-diciembre).
Multas económicas y partidos suspendidos fueron los castigos que le había implementado el ente organizador del tenis mundial en primer momento. Sin embargo, tras la revisión de sus diferentes episodios, el vicepresidente ejecutivo de reglas y competición, Hayle David Bradshaw, determinó que el australiano cometió “abuso verbal con los oficiales y/o espectadores en los últimos 12 meses, lo que constituye una violación de lo definido Reglamento Oficial ATP de 2019”.
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