Golpearon la puerta de la humilde casa
la voz del cartero muy clara se oyó
y el pibe corriendo con todas sus ansias
al perrito blanco sin querer pisó.
“Mamita Mamita”, se acercó gritando
la madre extrañada dejó el piletón
y el pibe le dijo riendo y llorando
¨el club me ha mandado hoy la citación¨.
El sueño del pibe trascendió las fronteras. La letra del popular tango interpretado por diversos artistas a lo largo de los años llegó a Mozambique, donde un joven de Racing fue convocado a su selección con la esperanza de cambiar su vida y la de su equipo.
Antonio Pedrito Marques Furuma es un adolescente de 18 años que juega en la filial que la Academia creó en África gracias al apoyo del padre Juan Gabriel, el cura fanático que pinta las iglesias de celeste y blanco para combinar su pasión con la fe.
“Es un proyecto que tenemos desde hace un par de años. Yo estoy a 240 kilómetros de Maputo, donde armé un equipo con la parroquia para jugar torneos locales o regionales”, explicó el cura, en diálogo con Infobae del otro lado de la línea telefónica.
Lo que comenzó como una locura amateur impulsada por un hincha pasional, se transformó en una realidad tan profesional que la entidad de Avellaneda invirtió tiempo y dinero en la creación de una sede que tiene como principal objetivo promover los valores solidarios a través de donaciones de material para que el conjunto que atraviesa la segunda división pueda desarrollar sus entrenamientos y partidos.
“Un amigo creó el Racing de Mozambique. Le quemé la cabeza para que le ponga el nombre de la Academia. Incluso se hizo una filial, porque desde Avellaneda mandan indumentaria y pelotas para que puedan jugar”, detalló el padre Juan Gabriel.
La persona que recibió el ADN racinguista es Helder Carlos Muianga, reconocido en su país como Mano Mano. Un ex defensor que jugó en el combinado nacional, el fútbol húngaro y sudafricano. “Procuro buscar jugadores por los barrios periféricos de la capital y localizar promesas que puedan dedicarse al fútbol”, le dijo a Infobae con un portugués españolizado por sus extensas conversaciones con su amigo.
Aquellas búsquedas derivaron en la incorporación del volante que causa sensación en la Academia. Antonio Pedrito Marques Furuma, alias Pipito, se convirtió en el primer jugador de Racing en ser convocado a la selección de Mozambique. “Él está feliz de jugar con nosotros. Una mañana lo vi y me pareció brillante. Cuando volvió a la tarde le pedí que viniera a jugar para nuestro equipo, porque tiene un gran talento”, recordó el manager que está a cargo de la entidad albiceleste.
“Es un joven muy apasionado por la pelota. Desde chiquito demostró que es un gran jugador. Viene de una familia que no tiene muchas condiciones (económicas), y hace un sacrificio muy grande para poder jugar”, detalló Mano Mano, quien aconseja a la futura estrella con palabras dedicadas al esfuerzo y la concentración: “Siempre le digo que tiene que entrenar duro y mucho para poder llegar a las grandes ligas”.
Por su historia, la influencia lusitana en Mozambique también se da en el fútbol. La división por la admiración entre los fanáticos de Messi y Cristiano Ronaldo es apaciguada por las nuevas apariciones que surgen del Porto y el Sporting de Lisboa. Nombres como los de Lisandro López, Marcos Acuña y Renzo Saravia también aparecen en la órbita de los hinchas, aunque en menor medida.
Con la convocatoria de Pipito a la selección y el constante crecimiento del conjunto albiceleste, el nombre de Racing también se está instalando en el sentimiento popular del país africano. Con el deseo de clasificar a la próxima Copa África de Naciones, Antonio Pedrito Marques Furuma sabe que tiene la posibilidad de dar el salto hacia un fútbol mucho más profesional. Por lo tanto, cuando se le consulta sobre su presente, el mediocampista responde con una sonrisa que se percibe a la distancia: “Estoy orgulloso de representar a mí país. Es una gran oportunidad para pasar a las grandes ligas”.
Con potencias como Barcelona o Real Madrid en la máxima aspiración del futbolista promedio, junto con el sueño que puede implicar una posible participación en la Premier League, el Calcio o los campeonatos portugueses, Pipito prefiere alejarse del brillo que encandila de Europa y asegura que su verdadero deseo es jugar en Racing. “En el verdadero, el que está en la Argentina”.
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