Simone Biles ya es parte de la historia grande del deporte mundial. Y más allá que para incorporarse a ese selecto grupo de atletas que trascendieron su deporte no necesitó tener una gran actuación en el Mundial de gimnasia que se realiza en Stuttgart, la gimnasta de 22 años aprovechó el escenario para confirmar su condición de la mejor de todos los tiempos en su disciplina.
Este martes, en la ciudad alemana, se llevó a cabo la definición por equipos de la competencia más importante para la gimnasia. Y gracias a otra actuación deslumbrante de Biles, el equipo de Estados Unidos se quedó con la prueba y el título: sumó 172.330 puntos, producto de su paso por los cuatro aparatos de la gimnasia femenina, en lo que dominó en la prueba de salto, viga y suelo. Rusia, que terminó en el segundo puesto, fue el mejor conjunto en las barras asimétricas y alcanzó un puntaje de 166.529. En la tercera ubicación finalizó Italia, que de manera sorpresiva superó a China para subirse al podio mundialista.
Para Simone Biles, esta medalla dorada fue la número 15 en su historial en los Mundiales, que comenzó en 2013 en el torneo que se realizó en Amberes 2013, cuando sumó dos de oro, una de plata y otra de bronce. Al año siguiente, en Nanjing 2014, la nacida en Ohio consiguió otras cinco medallas -4 de oro y una de plata-, mientras que en el Mundial 2015 que se realizó en Glasgow, la estadounidense ganó otras cuatro de oro y una presea de bronce.
Después de su actuación superlativa en sus primeros Juegos Olímpicos de Río 2016, en los que se subió al primer puesto del podio en la competencia por equipos, en la prueba individual, y en las finales por aparatos de salto y suelo, en la pasada edición del Mundial en Doha 2018 ratificó porque es un de las mejores atletas de todos los tiempos: volvió a repetir su cosecha de cuatro doradas -fue campeona con EE.UU, en All Around, y en los ejercicios de suelo y salto- para, sumado al bronce en viga, llegar a las 20 medallas en total e igualar el récord de Svetlana Khorkina.
La prueba por equipos, en la que Simone Biles fue la más destacada del conjunto estadounidense, ya que consiguió sumar 15.400 puntos en salto, 15.333 en suelo, 14.600 en barras y 14.433 en viga, le permitió alcanzar la medalla número 21 y superar así a la rusa como la máxima medallista femenina en la historia de los Mundiales de gimnasia artística. Un hito para la disciplina, pero que puede mejorarse ya que a la estadounidense le restan otras cinco competencias más para buscar acrecentar su leyenda.
“Cada año que pasa se siente mejor y mejor porque estamos sumando para el legado de este deporte”, dijo Biles al finalizar la prueba. Y agregó: “Me siento bien. Nunca pienso en los récords, sólo salgo a competir por mi país”.
Este jueves, en el recinto Hanns Martin Schleyer, en Stuttgart, Biles buscará una nueva medalla dorada en la prueba individual All Around, que incluye la competencia en los cuatros aparatos y la gimnasta que más puntos suma se queda con el título. El próximo sábado será el turno de volver a ver a Simone en las finales por aparatos, otras cuatro nuevas chances de subirse al podio.
Con 1,42 metros, Biles comenzó a dominar la gimnasia artística mundial hace seis años. Una década antes, en Anaheim 2003, fue la última vez que la rusa Khorkina compitió en un Mundial de la disciplina. Su historial comenzó en Brisbane 1994 y en siete participaciones mundialista cosechó nueve oros, ocho platas y tres bronces. Con más de 20 centímetros de distancia (1,65 metros), Svetlana también dejó su marca en la gimnasia olímpica: entre Atlanta 1996, Sydney 2000 y Atenas 2004 logró siete podios, entre ellos dos medallas de oro.
Una vez más, Simone Biles está en boca de todos. Tras haber estrenado dos nuevos movimientos que generaron polémica, y que llevaron a la Federación Internacional ha tomar posición por su peligrosidad, esta leyenda viviente del deporte mundial escribió un nuevo capítulo de su inolvidable historia.
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