Que Luis Scola siga jugando es una gran noticia para el básquet argentino. Para también lo es para el baloncesto internacional. Después de jugar a un altísimo nivel con Argentina en el Mundial de China, que terminó con el equipo de Sergio Hernández en el segundo puesto, la espera sobre cuál sería su destino y si seguiría jugando se hizo eterna.
Con la plaza asegurada para participar de Tokio 2020 junto a la selección argentina, Scola sintió que esa era su chance para continuar con su carrera. Y así lo confirmó en la conferencia de prensa de presentación en el Olimpia Milano.
"Sí, los Juegos Olímpicos me permiten estar aquí. Antes de jugar el Mundial tomé la decisión que si no clasificábamos para los Juegos Olímpicos mi carrera iba a terminar. Cuando clasificamos, se abrieron oportunidades para ver donde podía seguir jugando”, dijo el número 40 del equipo que buscará quedarse con el título de la liga italiana y clasificar a los playoffs en la Euroliga, la gran competencia del básquet.
Para Scola, los Juegos Olímpicos significan el punto más alto al que puede apostar un deportista en su carrera. Su experiencia como abanderado de la delegación argentina en la última edición de Río 2016 lo marcó, por eso fue clave para su futuro que el equipo argentino haya logrado asegurarse un lugar para estar en Japón el año próximo.
“Me sentí bien jugando el torneo, por eso hablé con mi familia y fueron los primeros en animarme a seguir. Se me acercó mi mujer, algo que me sorprendió, y me dijo ‘Tenés que seguir jugando un año más, tenés que estar en los Juegos Olímpicos’. Luego de eso, hablamos sobre las opciones que teníamos y Milano nos pareció la mejor", relató Luis sobre la charla que tuvo con su familia.
Ettore Messina es un personaje decisivo en este nuevo capítulo para Luis Scola. El italiano, un entrenador de extensa trayectoria que dirigió a Ginóbili en Kinder Bologna -juntos ganaron la Euroliga en 2001- y que viene de trabajar durante varias temporadas como asistente de Gregg Popovich en los San Antonio Spurs de la NBA, fue una motivación más para el jugador de 39 años.
Scola aprovechó que varios de sus compañeros de la Generación Dorada fueron dirigidos por Messina y les consultó sobre su experiencia con el coach. “Hablé con Manu (Ginóbili) y también lo hice con otros jugadores que conocen al entrenador Messina: hablé con Prigioni, también con Nocioni. Ellos han jugado con él o contra él en muchas oportunidades, por eso tomé el desafío de venir a Milano”, explicó.
En lo que será, tal vez, la última temporada de su inolvidable carrera como jugador, el campeón olímpico en Atenas 2004 siente que puede sumarle a un equipo que buscará dar el salto en la Euroliga, la competencia por excelencia en el básquet de Europa y en la que Scola jugó por última vez hace 13 años.
“Me siento optimista que lo voy a hacer bien. Tengo 39 años, pero todavía puedo correr la cancha. Tendré que adaptarme a volver a jugar en la Euroliga, pero soy optimista que lo voy a hacer bien”, analizó Scola, que también explicó lo que él cree que podrá aportarle a un equipo que viene de coronarse en la liga de Italia y llegó hasta los mejores 16 equipos en Europa.
“Creo que podré darle al equipo todas las cosas que estuve haciendo en los últimos años. Este es el jugador que soy y es lo que voy a hacer aquí Milano. Jugar duro”, dijo.
Después de jugar durante las últimas dos temporadas en China -actuó en el Shanxi Zhongyu y en el Shangai Sharks-, el desafío será mayor para Scola en una competencia de las mejores del básquet europeo. Pero para el jugador que fue protagonista en cinco franquicias en la NBA, entre ellas en los Houston Rockets, la elección de irse a Milán no sólo tuvo que ver con lo deportivo.
“Fue parte de mi decisión para venir aquí. Tener la chance de vivir en otro país, de volver a jugar en la Euroliga después de tantos años, poder jugar para el entrenador Messina en esta etapa de mi carrera. Estoy en la etapa final de mi carrera, pero será un desafío interesante. Todos los puntos de los que hablé fueron claves para que yo esté aquí”, comentó el capitán del seleccionado argentino.
Antes de despedirse para viajar con destino a Alemania -el Olimpia Milano hará su estreno frente al Bayern-, Scola dejó en claro que su relación con el básquet dentro de una cancha está a punto de terminar.
“Obviamente es el final de mi carrera. No vemos a ningún jugador seguir hasta los 45 años. Probablemente sea el jugador más viejo que jugará la Euroliga este año. Estoy en el final de mi carrera”, concluyó.
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