Apenas 10 segundos transcurren desde que el relator de la transmisión oficial, Mariano Closs, elige como figura del partido a Carlos Tevez y el propio Carlos Tevez anota el 1-1 tras el desborde de Franco Cángele. Los siguientes instantes fueron eternos, como salidos de contexto. Como si la revancha por las semifinales de la Libertadores de 2004 se hubiera mudado instantáneamente a otro planeta. Un silencio que habló.
Así lo recordó el hombre que a menos de un minuto de haber ingresado al campo de juego para reemplazar a Diego Cagna, asistió al Apache para sentenciar el arco de Germán Lux.
“No sé si era que no tenía noción porque era joven y quería estar. Cuando Bianchi me llamó pensé ‘quedan 2 minutos, ni la voy a tocar’”. Cángele se había arrimado al límite del campo de juego del Monumental para tratar de ver qué había sucedido entre Guillermo Barros Schelotto y una horda riverplatense. Ricardo Rojas salió lesionado y el Mellizo hizo expulsar a Rubens Sambueza: así River, que tenía superioridad numérica por la roja de Fabián Vargas, ahora quedaba con inferioridad 9 contra 10.
El entonces joven proyecto de crack boquense poco entendió de esa gresca antes de que Bianchi lo pusiera. “Estábamos del otro lado del quilombo, bastante lejos. Después lo vimos por televisión y nos reíamos escuchando a Guillermo en la cena contando lo que había hecho”, le reveló a Infobae. Durante el tumulto, el 7 le dijo a Sambueza que Baldassi lo había expulsado, entonces el mediocampista millonario insultó al juez de línea Gilberto Tadeo, que alertó al árbitro de su agresión verbal.
Cángele pone a prueba su memoria fotográfica y se traslada en el tiempo, más precisamente 15 años atrás. Corría el minuto 88 de partido cuando Schiavi le ganó una pelota dividida a Salas, Villarreal capturó el rebote y cedió para Pablo Ledesma; éste recibió en el mediocampo y soltó a la izquierda para el número 17. Y allí empezó la corrida mano a mano con Juan Fernández, lateral derecho de River.
“La tiré larga y sobre la línea mandé el centro atrás. Era eso o perderla. Terminó siendo gol de Carlitos. Yo me caí para atrás y cuando me me doy vuelta para pararme veo que la pelota está pasando por encima de Lux. Fue tanto el silencio que no sabíamos si había cobrado el gol o no. El mismo silencio nos apagaba a nosotros, no escuchaba a nadie gritar el gol. No nos escuchábamos entre nosotros. Todos venían corriendo, pero el silencio nos calló a todos. Fue tremendo”.
Pero en Núñez habría más tiempo para el suspenso. Tevez vio la roja por hacer el ademán de la gallinita y River llegó a ponerse en ventaja otra vez por el agónico tanto de Nasuti, contrapunto total al del 1-1. "Ahí explotó todo", confesó también Cángele.
En cancha quedaron Roberto Abbondanzieri, Luis Amaranto Perea, Rolando Schiavi, Nicolás Burdisso, Clemente Rodríguez, Pablo Ledesma, Javier Villarreal, Franco Cángele y Pablo Álvarez, que entró sobre la hora por Barros Schelotto. A los ejecutores de los penales los eligió Bianchi: fueron Schiavi, Álvarez, Ledesma, Burdisso y Villarreal. El sexto era Cángele, que no llegó a patear por el fallo de Maxi López.
“Yo rezaba porque no me tocara... ¿Sabés lo que era caminar esos 50 metros hasta el punto de penal?”, contó el ex futbolista que sí erró en la tanda contra Once Caldas en la final disputada en Colombia, encuentro en el que había sido una de las figuras. De aquella vez recordó: “El día anterior le pateé como 35 penales a Willy Caballero y no me atajó uno. Más de la mitad había pateado con cara interna al palo derecho. Henao fue para ahí”.
Ya centrado en la serie de semifinales que pondrá nuevamente a River y Boca frente a frente, Cángele respaldó el planteo de Gustavo Alfaro en el Superclásico por Superliga: "Juega al resultado. Tiene un sistema basado en cuidar el cero y, si te puede ganar, te gana. Gallardo juega intenso y arriesga más". Y agregó: "River no va a cambiar y no veo mal que Boca juegue como la última vez. Tal vez le agregaría algún otro nombre de buen pie. Jugarle de contra a River puede ser la mejor opción. Si le juega de igual a igual no va a aguantar la intensidad. Después en la Bombonera el planteo dependerá del resultado de la ida".
¿Qué tienen en común Bianchi y Alfaro? El ex pupilo del Virrey opinó: “Juegan a cuidar su arco. A mí como delantero me gustaba mucho cuidar el cero porque sabés que tenés 90 minutos para ganar el partido. Si vas perdiendo a los 15′ no tenés chances para errar. Por eso para los delanteros de Boca, tener un equipo que defiende bien, es clave”.
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