Surgido del hockey, Ariel Holan se afianzó perfectamente en el fútbol argentino. Una gran temporada en Defensa y Justicia lo impulsó a Independiente, el club de sus amores.
En el Libertadores de América el Profesor intentó devolverle la mística al Rojo. El tradicional saludo cuando sus jugadores salían a la cancha y la cercanía con las glorias de las décadas del setenta y del ochenta fueron algunos factores que implementó para motivar a su plantel.
A pesar de haber tenido una salida convulsionada de la Garganta del Diablo, Holan consiguió dos estrellas internacionales con el Rojo (la Copa Sudamericana y la Suruga Bank). Sin embargo, el DT de Lomas de Zamora no se conformó con lo logrado en Independiente y capitalizó su tiempo libre para viajar a Europa y nutrirse de los entrenadores que admira.
Reuniones con Pep Guardiola (Manchester City), Mauricio Pochettino (Tottenham) y Manuel Pellegrini (West Ham) significaron un master en Gran Bretaña que lo entusiasmó con volver al ruedo. En ese contexto, apareció el Fluminense, que despidió a Oswaldo de Oliveira por inconvenientes en el vestuario con la figura del equipo de Río de Janeiro, Ganso.
Por el momento es solo una opción, dado que la dirigencia del Flu también analiza la posibilidad de incorporar a Zé Ricardo, quien recientemente dejó de trabajar en Fortaleza.
El Fluminense atraviesa un pésimo presente en el Brasileirao, donde cosechó 22 puntos en 22 presentaciones. La producción del equipo ha sido tan mala que en la actualidad lucha por evitar el descenso, dado que sólo lo separan 3 unidades del Cruzeiro y Alagoano, que se encuentran en la zona roja con 19. Más abajo cierran la tabla el Avai con 16 y el Chapecoense con 15.
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