En marzo de este año, la imagen sorprendió: con casi seis meses de embarazo, la futbolista Sydney Leroux. entrenaba junto a sus compañeras de Orlando Pride. De esa manera, la jugadora dejó en claro que la maternidad y la práctica del deporte de alto rendimiento no son incompatibles.
Este domingo, Leroux volvió a ser noticia al regresar a los campos de juego solo tres meses y un día después de haber dado a luz a su hija Roux.
La futbolista, de amplia trayectoria en la selección de Estados Unidos, estuvo en el banco de suplentes y entró a los 88 minutos del encuentro en el que su equipo empató 1-1 con el Sky Blue FC en la National Women’s Soccer League (NWSL).
En las redes sociales, Leorux publicó una foto de los minutos posteriores al partido en la que se la ve con la indumentaria de Orlando Pride, cargando a su pequeña hija dentro del campo de juego.
“Amo este juego. Este último año tuvo muchas puntos altos y bajos, pero me prometí a mí misma que volvería, sin importar qué tan difícil fuera. Fue un largo camino, pero lo logré: tres meses y un día después de dar a luz a mi pequeña”, escribió la jugadora de 29 años, que también es madre de un niño de tres años llamado Cassius.
El del domingo fue el primer partido de la delantera -que está casada con el también futbolista Dom Dwyer- desde septiembre de 2018. Al enterarse de su embarazo, dejó de jugar, aunque siguió entrenando junto a sus compañeras hasta el sexto mes de gestación. Su hija nació el 28 de junio de este año y menos de un mes después, el 27 de julio, Leroux se reintegró a los trabajos con su equipo.
De esta manera, la maternidad no significa un punto final ni mucho menos para la medallista de oro olímpica en Londres 2012, campeona del mundo en Canadá 2015 y ganadora de un Mundial Sub-20 (en el que, además, se adjudicó el Botín y Balón de Oro).
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