Seis bajas recientes -y la posibilidad de que sean muchas más-, una temporada suspendida que nunca se retomó y la incertidumbre acerca de hasta cuándo se extenderá esta pandemia son los factores principales que hoy llevan preocupación al rugby argentino y que desembocan en una pregunta: ¿Qué sucederá con Jaguares?
Si bien el año pasado no había terminado de la mejor manera con Los Pumas habiendo sido eliminados en la fase de grupos del Mundial de Japón, este 2020 inició con gran expectativa en torno al deporte de la guinda. El comienzo de una nueva campaña de la franquicia argentina en el Súper Rugby, con el difícil pero motivante desafío de volver a conseguir lo hecho en 2019 (llegó a la final del certamen), prometía dar vuelta la página acerca de lo que significó la cita mundialista y seguir apuntalando el proyecto del profesionalismo que la Unión Argentina viene desarrollando desde 2008.
Sin embargo, nadie esperaba lo que ocurrió. El brote de coronavirus a nivel global obligó a pausar el torneo más importante del hemisferio sur al cabo de seis partidos jugados (tres victorias y tres derrotas) y uno suspendido (frente a Highlanders en Vélez, que se computó como partido empatado 0-0) a mediados de marzo, pero que finalmente jamás se retomó.
Con la cuarentena obligatoria decretada por el gobierno nacional, los jugadores continuaron bajo las órdenes del cuerpo técnico de manera remota y desde sus casas, entrenándose por su cuenta con planes individuales que diseñaron los preparadores físicos, de acuerdo con el espacio que contaba cada uno. Y más allá de que hubo un acompañamiento permanente por parte del staff, el tiempo fue limando el entusiasmo del grupo y los planes que tenía cada uno.
Una vez iniciado julio, la temporada se dio por terminada y fue allí donde varios protagonistas decidieron armar sus valijas y buscar nuevos destinos con la seguridad de poder seguir ligados al deporte que aman y con el que se ganan la vida. En las últimas semanas se hicieron públicas las partidas de Marcos Kremer (Stade Français), Guido Petti (Bordeaux), Jerónimo de la Fuente (Perpignan), Matías Alemanno (Gloucester), Matías Orlando (Newcastle Flacons) y hasta la del head coach Gonzalo Quesada (Stade Français). Asimismo, se estima que varios jugadores más recibieron ofertas y que podrían marcharse para Europa antes de 2021.
De esta manera, Infobae consultó al presidente de la Unión, Marcelo Rodríguez, acerca de este éxodo masivo. “La UAR fue muy clara y transparente con todos los jugadores acerca de la actualidad y las opciones que se manejan para el futuro. Toda la estructura se ve afectada por la incertidumbre. Es una realidad que hay algunos jugadores que están recibiendo ofertas. La UAR está dispuesta a escuchar, entender y analizar las propuestas de cada uno. Mientras tanto, seguimos trabajando con nuestros socios de SANZAAR para encontrar el mejor rumbo a largo plazo”, expresó.
¿De qué rumbo habla? Mientras desde Los Pumas anunciaron la lista preliminar de 59 jugadores con los que se va a trabajar (vía Zoom en un principio y luego juntos cuando se habilite el protocolo de entrenamientos) bajo las órdenes de Mario Ledesma con el objetivo de disputar en octubre el Rugby Championship, el que se evalúa poder llevarse a cabo en un lugar centralizado como Australia o Nueva Zelanda, desde la UAR ya diseñan lo que va a ser el próximo año.
“De ninguna manera hay una disolución del Súper Rugby. El vínculo con SANZAAR está intacto y estamos trabajando mancomunadamente las cuatro naciones y viendo cómo establecer las competencias internacionales con relación al impacto que nos sigue imponiendo esta pandemia que afecta a todo el planeta. Son momentos particulares y estamos en una situación inédita. Estamos analizando los escenarios ideales para el 2021. Es poco probable que se siga disputando el Súper Rugby con el formato tradicional. Vamos camino a encontrar la mejor competencia internacional posible. Pero aún no tenemos la información precisa de dónde, cómo y cuándo. El dinamismo es tal que nos encuentra trabajando arduamente en evaluar escenarios posibles, dentro de las pocas certezas que tenemos”, anticipó Rodríguez.
Claro que, sin respuestas sobre cómo seguirá situación sanitaria del mundo, sumado a los ya molestos largos viajes que debían afrontar los planteles entre continentes, cada Unión decidió tomar sus propias medidas -lógicas- pensando en lo mejor para su propio desarrollo. Fue así que ya se rompió con el formato del certamen. Entre tanto en Australia y Nueva Zelanda optaron por reiniciar la actividad de manera local y en Sudáfrica aún aguardan que baje la curva de contagios para ver cómo volver al ruedo, la Argentina quedó oscilando en una especie de limbo a la espera de ver dónde puede insertar a su equipo.
Otra tema que preocupa de cara al futuro es el de los ingresos, ya sea por sponsors o televisión, que percibía Jaguares. Un factor fundamental si se quiere retener a los jugadores. “Sin dudas, en 2021 la Unión Argentina se verá afectada en sus ingresos, como ocurre en el resto de los países del mundo. Nuestra institución, como así también las uniones provinciales y los clubes se vieron fuertemente impactados en sus estructuras por la pandemia”, señaló el mandatario.
Hoy en día, la prioridad de los máximos dirigentes está en poder sanear la situación de los clubes amateurs fuertemente golpeados por la inactividad y la crisis económica en la que se encuentra el país. Por lo que ya se elaboró un plan de ayuda extraordinaria y excepcional de 100 millones de pesos para las 600 instituciones que se encuentran distribuidas por todo el país. Pero en un horizonte no muy lejano aparece el temor por lo que ocurrirá con la franquicia y toda la estructura de rugby profesional que tantos frutos dio desde hace 12 años, luego del tercer puesto en Francia 2007. No solo peligra el equipo de Jaguares, sino todo lo que está detrás como la franquicia de Ceibos en la Superliga Americana de Rugby o el predio de Casa Jaguares en el que se invirtió este año, entre otros proyectos. Habrá que esperar a que la tormenta pase y el sol salga para ver si algún rayo cae sobre el rugby argentino y le devuelve esa luminosidad que viene teniendo en el último tiempo.
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