*Enviada especial a Francia
"Siempre estuve tranquila con ella". Agustina Barroso no duda cuando habla de la seguridad que les brinda a las defensoras de la selección argentina tener a Vanina Correa en el arco. Aunque el elenco nacional cayó por 1-0 ante Inglaterra en su segunda presentación en el Mundial de Francia 2019, la rosarina de 35 años estuvo firme debajo de los tres palos y fue la gran figura del encuentro.
La FIFA la eligió como MVP no solo por el penal que le atajó a NIkita Parris en el primer tiempo, sino por una serie de tapadas que permitieron que la caída del seleccionado "Albiceleste" no fuera aún más abultada.
"No sé cómo hice para llegar. Me estiré, toqué la pelota y pegó en el palo. Quizás fue un poquito de suerte, quizás fue un poquito de esfuerzo, pero llegué", explicó Correa a la prensa en la Zona Mixta del Stade Océane de Le Havre. En su rostro, se evidenciaba una mueca que mezclaba alegría por su actuación personal con decepción por la derrota del equipo. "Me voy un poco triste porque no se nos dio en el partido", admitió.
Sobre Parris, aseguró que "no la tenía estudiada" en los remates desde los doce pasos. "A veces hablamos de los penales con Mauro (Dobler, entrenador de arqueras de la Selección). Tal vez decimos que tal patea a la derecha o la cruza, pero después en la cancha es diferente", sostuvo.
Durante la tarde del viernes, Correa fue tendencia número uno en las redes sociales. Ella asegura que no se fija en esas cosas y que no tiene mucho registro de lo que está ocurriendo en el país con la Selección femenina. Cree que al regresar adquirirá mayor conciencia y se ilusiona con que este interés que se ha generado sea el puntapié para que la actividad se desarrolle. "Para eso luchamos: para que el fútbol femenino crezca en Argentina", recalcó.
La arquera de la Selección es una fiel exponente del esfuerzo que implica el amateurismo del fútbol de mujeres en la Argentina. En su caso personal, ella cumple una triple jornada: trabaja como cajera en la Municipalidad de Villa Gobernador Gálvez, entrena y juega con Rosario Central, y se encarga de la crianza de sus dos hijos, los mellizos Luna y Romeo de cinco años.
Hace unos años, por el agotamiento de tener que cumplir estas múltiples funciones, había decidido dejar el fútbol, pero Carlos Borrello la convenció de retomar la actividad en 2017.
"Creo que los argentinos me dieron el empujón para llegar (al penal). También mis hijos, mi familia, todos", dijo ante la prensa y, por primera vez, se le dibujó una sonrisa genuina en el rostro.
Vanina tiene 35 años y es una de las sobrevivientes de los Mundiales anteriores en los que participó Argentina. Estuvo en las citas de Estados Unidos 2003 y China 2007. En la primera de ellas, le habían hecho 11 goles en sus primeros 150 minutos de juego, en la segunda, le habían marcado siete en la misma cantidad de tiempo. En Francia 2019 logró revertir esa tendencia y mantuvo su valla invicta durante un total de 152 minutos.
Para las defensoras de Argentina, la experiencia y el aplomo de Correa son fundamentales. "Es muy importante tener una arquera así que te tapa las bolas áreas y que atajó un penalazo. Yo me le colgué como si hubiera sido un gol", dijo Barroso. En tanto que Aldana Cometti agregó, en diálogo con Infobae: "Vani estuvo increíble, nos salvó en el penal y nos ayudó mucho en los centros. Es una genia y tenemos mucha confianza en ella. Sabemos lo que puede dar, lo que nos inculca desde atrás. Es una capitana dentro de la cancha y le agradecemos mucho por ese penal y por todas las atajadas que nos dieron vida en el partido".
En los pasillos del Stade Océane, Dobler -que trabaja todos los días en cada detalle de la preparación de Correa y de las otras dos arqueras del plantel (Gabriela Garton y Solana Pereyra)- reconoció que "se moría de los nervios" cuando Parris estaba por ejecutar el penal.
"Vanina atajó bien todo el partido. Le salieron todas, cuando la arquera agarra confianza es así, parecía que no le iban a hacer ningún gol. Ella tiene un potencial impresionante, después en el fútbol puede pasar cualquier cosa, pero a Vanina le sobran condiciones y eso solo se puede llevar a cabo si se está bien de la cabeza. Ella empezó a ganar confianza, sintió que era su Mundial y lo está tomando de esa manera", planteó el entrenador de arqueras.
"Ahí viene la estrella del partido", dice Barrroso cuando la ve a Correa. Ruth "Chule" Bravo le pasa por detrás, la señala y le canta una canción de aliento. Aquellos once goles que le marcaron las alemanas en el Mundial del 2007 quedarán como un mal sueño. Hoy, a los 35 años, Vanina podrá contarle para siempre a sus hijos que fue figura en una Copa del Mundo y que su nombre -al menos por unas horas- estuvo en boca de todo un país.
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