La árbitra francesa Stéphanie Frappart pitó el final del partido y Soledad Jaimes cayó de rodillas al suelo. Con sus dedos índices señalando al cielo, agradeció a Dios -una vez más- por estar haciendo historia. Alrededor suyo, sus compañeras se abrazaban, saltaban, gritaban. Ninguna podía creer lo que habían logrado: ante Japón (campeonas en 2011 y subcampeonas en 2015) acababan de sellar un empate 0-0 que le daba a la selección argentina el primer punto de la historia en Copas del Mundo femeninas.
El camino por el vestuario fue una fiesta: las 23 jugadoras fueron saltando y cantando por los pasillos del estadio Parque de los Príncipes de París. Se ducharon y se cambiaron a pura sonrisa. De a poco, fueron cayendo en la cuenta de la hazaña que habían alcanzado, de ese logro que hubiera sido impensado un año y medio atrás, cuando volvieron a los entrenamientos después de 24 meses de inactividad y cuando iniciaron un reclamo que transformó su propia historia. Ellas, nadie más que ellas, fueron las artesanas de su éxito.
Miriam Mayorga y Lorena Benítez fueron las designadas para el control antidoping y se ausentaron unos minutos, pero luego se sumaron al grupo para continuar con la celebración. A Aldana Cometti la atendieron rápidamente y le pegaron el diente que había perdido en una jugada en la que recibió un codazo en su rostro.
Uno de los momentos más graciosos fue cuando Estefanía Banini, elegida como MVP (mejor jugadora del partido), se mostró confundida al recibir el trofeo. "¿Qué es esto?", dijo al sostener el premio, causando las risas de todos los que estaban a su alrededor.
Antes de irse, las "Albicelestes" dejaron su huella en el vestuario. "Vamos Argentina, gracias París", rezaba el pizarrón en una de las paredes del estadio que volverá a alojarlas el próximo miércoles 19 de junio, cuando enfrenten a Escocia por la tercera fecha del Grupo D. Un corazón rojo acompañaba al mensaje que las jugadoras le dejaron a la Ciudad Luz.
Un nutrido grupo de hinchas argentinos esperó al plantel a la salida del partido para alentarlas. "Vamos, Argentina, vamos a ganar, yo te sigo a todas partes a donde vas, cada vez te quiero más" y "Que de la mano de Estefi Banini, todas la vuelta vamos a dar" (con una extraña métrica), fueron las canciones que cantaron al unísono los fanáticos y las futbolistas. Como de costumbre, "Chule" Bravo fue la encargada de las selfies que retrataron ese momento para siempre.
Arriba del micro que trasladó a la selección argentina hasta su hotel sonó el "Tuta Tuta". La canción de Los Auténticos Decadentes fue solo una de las que acompañaron la fiesta improvisada en el viaje.
Este martes, la delegación "Albiceleste" ya se irá hacia la ciudad de Le Havre, donde el próximo sábado, desde las 16, enfrentará a Inglaterra. Es por eso que, por la noche, ya no habrá más tiempos para celebraciones, solo para actividades rutinarias: comer y dormir. Tal vez, durante su descanso, las futbolistas ya comiencen a soñar con una nueva hazaña.
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