Aldana Cometti y Ruth Bravo son dos de las futbolistas de la selección argentina que juegan en España. La defensora es una de las figuras del Sevilla, mientras que la mediocampista brilla en el CD Tacón que acaba de lograr el ascenso a la Liga Iberdrola, la Primera División. Ambas disfrutan de un presente en el que pueden dedicarse al fútbol al 100 por ciento y dejar de lado otras preocupaciones. Sin embargo, en la previa del Mundial de Francia 2019, no se olvidaron de los esfuerzos que debieron hacer en sus comienzos y de los obstáculos que vencieron para llegar a este prometedor presente.
"Chule"-como todos conocen a Bravo- tenía un futuro pensado para ella de antemano: debía ser modelo y bailarina. Con ese objetivo, su papá, que era militar, la mandó a clases de danza desde muy corta edad. Pero en ella pesó más la influencia de mamá, que se juntaba con sus hermanas a jugar a la pelota y tenía el sueño de que su hija siguiera sus pasos. "Tuve que bailar para poder jugar al fútbol", aseguró.
Aunque lo disfrutaba, le daba vergüenza contarle a la gente a qué deporte jugaba por qué la respuesta siempre era la misma: la tildaban de "machona" y eso, en ese momento, le dolía. Aún así decidió seguir adelante: llegó a Estudiantes de La Plata y fue convocada a las selecciones juveniles. Todo parecía ir en ascenso pero, cinco días antes del comienzo del Mundial Sub 20 del 2012, se rompió los ligamentos. "No quería saber absolutamente nada con el fútbol, fue un momento muy triste de mi carrera". recordó Bravo, que dejó la actividad por tres años y empezó a trabajar en una panadería. "Engordé muchísimo", dice hoy mientras se ríe de aquellos tiempos y valora el hecho de estar frente a un desafío que alguna vez se tornó impensado.
Boca fue el club que apostó por Bravo cuando regresó al fútbol y se convirtió en el trampolín que le permitió dar el salto a Europa. El objetivo de jugar en el exterior se cumplió, pero aún queda un anhelo: "Mi sueño es levantar la Copa del Mundo. Sé que en algún momento va a llegar esa gran ilusión que tenemos todas".
Para Cometti, la convocatoria a la selección argentina fue la clave que la llevó a decidirse por el fútbol. Antes, lo practicaba como hobbie y también había incursionado en otros deportes como el hockey. Pero jugar a la pelota siendo mujer en Argentina implica tener que hacer otras actividades para solventar los gastos: en su caso, trabajaba junto a su mamá en una mercería.
La decisión de volcarse por el fútbol terminó siendo acertada: Aldana pasó por clubes como Excursionistas, Independiente, Arsenal, Boca y Granada de España. Antes de llegar a Sevilla (donde acaba de renovar contrato), estuvo en el Atlético Huila, club con el que ganó la Liga de Colombia y la Copa Libertadores.
Sin olvidarse de cómo fueron sus comienzos y de las postergaciones que aún deben atravesar las jugadoras en el medio local, la defensora se ilusionó con que "el fútbol femenino crezca y se equipare con el masculino". Según "Chule", en tanto, la fuerza que ha adquirido el movimiento de mujeres en la Argentina "es el camino" y, en ese marco, señaló que aún es muy difícil para las futbolistas vivir de su actividad: "Nosotras no nos 'salvamos', nos vamos a jugar afuera para poder dedicarnos exclusivamente a esto".
Aunque la Liga Profesional de España les permite a ambas desarrollar sus carreras sin estar obligadas a tener otros trabajos en paralelo, hay algo muy característico de la Argentina que no pueden obviar. "Cuando las chicas de Boca jugaron en la Bombonera fue algo increíble. Mis compañeras del Sevilla me preguntaban si me hubiese gustado estar. Es que acá el fútbol se vive de otra manera, es más pasional", planteó Cometti, de 23 años.
En pocos días, Argentina volverá a jugar un Mundial después de 12 años. Será un paso más en la reconstrucción del fútbol femenino nacional, luego de una época de desidia y olvido.
"En el 2014 la Selección fue campeona en los Juegos Odesur y lamentablemente eso no tuvo difusión. Después de ese grandísimo logro nos entristeció saber que no íbamos a tener un técnico, que se iba a dejar de entrenar y que tampoco teníamos la base de jugadoras de la sub 15 o la sub 17, algo que es fundamental", repasó "Chule" respecto del período que se vivió entre 2015 y fines de 2017, cuando el elenco nacional femenino no tuvo actividad y "virtualmente" dejó de existir. Sin usarlo como excusa, la realidad marca que las repercusiones de ese mal manejo perduran hasta el día de hoy: "Eso nos juega un poco en contra, pero estamos teniendo varios meses de gran preparación, sabemos a lo que vamos a ir a jugar al Mundial y que queremos llegar a lo más alto".
Cometti, por su parte, se refirió a cómo fueron las jugadoras las que batallaron para lograr una ansiada mejora en sus condiciones de trabajo: "Cuando volvimos a entrenar en el 2017 hicimos un paro por la falta de reconocimiento. En ese momento llegamos a un acuerdo y hubo una conversación muy interesante con el presidente Claudio Tapia, pero en la Copa América se dio el reclamo más grande. Fue ahí cuando comenzamos una relación bastante linda con AFA y agradecemos que nos hayan escuchado". En ese sentido, fue tajante: "Toda lucha tiene su recompensa. La unión del grupo es lo que más fuerte nos hace y lo que nos hizo llegar a donde estamos".
En Francia 2019, Argentina integrará el Grupo D y, desde que se enteraron de qué equipos las acompañarán, las jugadoras han visto videos y analizado el juego de las rivales con el objetivo de lograr el mejor desempeño posible. "Japón tiene juego muy explosivo, sin pausas y con jugadas dinámicas. Inglaterra, por su parte, hace un juego de posesión y son más grandotas. Escocia, finalmente, es más vertical: hace uno o dos toques y lanza la pelota hacia arriba para sus delanteras", detalló "Chule", en tanto que Aldana no dudó: "Estamos para dar una sorpresa, para que la gente nos conozca, se identifique y nos apoye. Nuestro objetivo es pasar la primera ronda, llegar lo más lejos posible y conseguir la primera victoria para Argentina en un Mundial".
Días antes de partir hacia el Viejo Continente, la Selección tuvo un partido despedida en la provincia de San Luis en el que se impuso por 3-1 ante Uruguay. Bravo, de 27 años y subcapitana del equipo, sostuvo que el contacto con el público fue clave: "Necesitábamos ese mimo, irnos de acá con todo ese aliento nos da un plus".
"Identificación". Esa es la palabra que Cometti eligió para hablar del deseo máximo de esta generación: lograr que los fanáticos generen un lazo estrecho con el equipo.
"Soy agradecida de las jugadoras que son pioneras de este deporte ya que sin su lucha no se hubiera logrado esto. Las que estamos actualmente estamos disfrutando y queremos dejar un legado para las que vienen atrás", afirmó "Chule", y Aldana completó: "La visibilización es importante para que esto crezca, lo mismo que la profesionalización que impulsa la AFA. Son pasos que vamos dando para las chicas que vienen después que nosotras".
Días atrás, antes de viajar a Francia, Cometti y Bravo participaron de un evento de Nike en un reconocido shopping porteño en el que dieron una charla inspiracional junto a su compañera Soledad Jaimes. Ese día, además, la marca presentó la primera colección de ropa de fútbol femenino.
Cometti consideró que el compromiso por parte de los sponsors es fundamental no solamente para lograr el crecimiento de la actividad, sino también para derribar mandatos y generar nuevos imaginarios. "Está bueno que las niñas que quieran jugar al fútbol se puedan identificar con las jugadoras y que quieran ser como las que salen en las publicidades: que vean en ellas a las futbolistas y no a una modelo", concluyó.
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