La selección argentina volverá a jugar un Mundial femenino después de 12 años. Sin embargo, las futbolistas no serán las única representantes "Albicelestes" en Francia 2019. Allí también estarán presentes Laura Fortunato y Mariana de Almeida quienes, como árbitra principal y asistente, respectivamente, estarán encargadas de impartir justicia en varios de los partidos del certamen.
Las amplia trayectoria de ambas en el fútbol de inferiores y en el femenino de nuestro país (De Almeida, incluso, ha sido árbitra asistente en partidos de la Primera División masculina) les valió el reconocimiento internacional y la designación por parte de FIFA para el certamen que se disputará del 7 de junio al 7 de junio.
"Es una felicidad inmensa, creo que este Mundial va a ser una revolución y va a marcar un antes y un después para la disciplina", dijo De Almeida en un diálogo mantenido con Infobae antes de partir hacia el Viejo Continente. En tanto que Fortunato comentó: "Es un orgullo enorme y una felicidad poder representar a mi país en este evento tan importante. Estoy más que feliz y muy contenta. Voy a dar lo mejor de mí para que los partidos salgan de la mejor manera posible".
El acercamiento de las dos mujeres al arbitraje -una actividad que suele estar relacionada a lo masculino- se dio de una manera muy natural, aunque diferente. De chica, Fortunato jugaba al fútbol con varones en las plazas. Ya en la adolescencia empezó con el futsal y fue allí cuando una amiga le preguntó si la quería acompañar al curso de arbitraje. La carrera la enganchó de inmediato. De Almeida, por su parte, estudiaba periodismo deportivo y, luego de tener algunas clases de reglamento, decidió comenzar a estudiar para ser jueza con el objetivo de "tener más fundamento a la hora de opinar". Desde el primer día decidió que quería ser asistente.
"Hace 13 años, cuando comencé, no éramos muchas chicas y era lógico que les pareciera un poco extraño, más en un ambiente difícil como es el fútbol", recordó De Almeida. Fortunato aseguró que las reacciones que recibía cuando empezó a dirigir se sostienen hasta el día de hoy: "Cuando contás (que sos árbitra), la gente siempre se sorprende, pregunta qué nos dicen en la cancha o cómo nos tratan. Siempre es una sorpresa para el que no te conoce".
Fortunato hoy tiene 35 años. Inició su carrera en partidos de intercountry e inferiores y también fue cronometrista en futsal. En 2007 entró a AFA y sus buenas actuaciones la llevaron a ser nombrada como internacional: en 2010 como asistente y en 2013 como árbitra principal. Su currículum incluye participaciones en torneos Sudamericanos, Copa América, Copa Libertadores y dos Mundiales femeninos Sub 17 (Jordania 2016 y Uruguay 2018).
El camino de De Almeida (36 años) tiene un desarrollo ascendente similar al de su colega: entró en AFA en 2006 y dos años más tarde logró la designación como asistente internacional. Sus primeros pasos fueron en las categorías infantiles y Reserva, para luego dar el salto a las primeras divisiones masculinas y femeninas. Francia 2019 será su segundo Mundial femenino de mayores, luego de haber estado en la cita de Canadá 2015. También participó en la Copa del Mundo Sub 20 de Japón 2012 y en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, entre otros torneos de gran trascendencia.
Aunque recalcaron que nunca han sufrido agresiones ("solo los insultos típicos de cada fin de semana", subrayaron), ambas tienen en claro que el lugar de la mujer en el arbitraje argentino aún es muy marginal. En países como Alemania o Francia, ya ha habido casos de árbitras principales que han llegado a la Primera División masculina. Las dos representantes argentinas en el Mundial coincidieron en afirmar que "de a poco, la mujer va ganando terreno" en este ámbito y se ilusionaron con que, fruto del arduo trabajo, llegue el pleno reconocimiento de sus capacidades a la hora de controlar un partido.
"Creo que con el correr de los años va a ser posible que una mujer árbitra esté en el centro de una cancha de un partido de Primera División de varones. Es todo con trabajo, hay que esperar la oportunidad y estar preparada para cuando se presente", se esperanzó Fortunato.
La preparación para Francia 2019 implicó una enorme exigencia en los técnico y en lo físico para las argentinas, que debieron poner en suspenso sus tareas profesionales y laborales para dedicarse cien por ciento al arbitraje. Para Fortunato, el aspecto diferencial del Mundial será la cantidad de espectadores (en los estadios y a través de la televisión) que tendrán todos los encuentros. De Almeida, que ya tiene experiencia en este tipo de eventos, destacó todo lo que implica a nivel personal, más allá de lo estrictamente deportivo: "Una Copa Mundial es un sueño que todos quieren alcanzar porque implica poder ver jugar a las estrellas, relacionarte con compañeras de otros países, tener un intercambio cultural y convivir más de 30 días lejos de tu casa y de tus afectos".
Hace algunos meses, FIFA anunció que en el Mundial femenino también se utilizará el VAR, es decir, que la tecnología estará a disposición de las juezas para aclarar aquellas jugadas que se presenten como controversiales durante el desarrollo de los partidos. Es por eso que las argentinas viajaron a Francia acompañadas de Mauro Vigliano, quien fue seleccionado para estar a cargo del sistema de videoarbitraje por su experiencia cosechada durante el Mundial masculino de Rusia 2018.
Será la primera vez que Fortunato y De Almeida utilicen el VAR en partidos oficiales. Ya pudieron probar el sistema en torneos y partidos amistosos previos al Mundial. Para la asistente, se trata de "una herramienta muy útil que llegó para ayudar y que es un muy buen complemento, pero que no reemplaza al árbitro". "Las cámaras pueden captar todo lo que el árbitro no ve y lograr que los partidos sean más limpios. También pueden evitar dificultades a la hora de dirigir. Lo veo como algo positivo, estaría muy bueno que se emplee en todos los partidos porque soluciona muchos problemas dentro de las canchas", agregó la jueza principal.
Las árbitras argentinas ya comenzaron su concentración en Francia. Ellas también correrán detrás de la pelota, pero con un objetivo diferente al de las futbolistas: cuanto más pasen inadvertidas, mejor estará hecho su trabajo. Participar en un Mundial es un sueño cumplido, pero ellas van por más: "La idea es poder dirigir partidos importantes y, quién te dice, poder llegar a una final".
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