En el Mundial de Rusia continuó la tendencia que maltrata a la Argentina en el último tiempo. La final que protagonizarán Francia y Croacia acentuará el conflicto que no puede resolver el combinado albiceleste.
La maldición radica en la falta de resultados de la Selección y en gran parte se debe a que en su mayoría los sudamericanos siempre cayeron ante el campeón. En la edición presente, los dirigidos por Jorge Sampaoli fueron goleados por los balcánicos 3 a 0 en la fase de grupos y se despidieron contra los galos en los octavos de final (4-3). No importa quién se quede con la Copa, los antecedentes avalan la teoría.
Las tres finales consecutivas frente a Alemania y Chile (2014, 2015 y 2016) alimentan la estadística, pero en el certamen continental que se organizó en el país en 2011 también se cayó contra el mejor en los cuartos de final: Uruguay, que continuó su camino hacia lo más alto del podio.
La Copa América de Venezuela en 2007 también se llegó al último partido, y una vez más el campeón se interpuso en el camino albiceleste. En aquella edición fue Brasil, el mismo rival que en la Copa Confederaciones de 2005 bailó al elenco que conducía José Pekerman.
Las únicas excepciones que rompen la regla son las ocurridas en los mundiales de 2006 y 2010. En ambos casos la despedida fue contra Alemania, pero en dichos torneos los que se quedaron con el título fueron Italia y España.
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